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Querido doctor Armario: ¿qué me pongo hoy para comerme el mundo?
  1. Estilo
el poder de la ropa

Querido doctor Armario: ¿qué me pongo hoy para comerme el mundo?

La ropa produce ilusión, te da confianza e incluso aumenta tus niveles de dopamina. Así que tienes que pensártelo bien antes de escoger una camiseta. Te damos las claves para acertar

Foto: La ropa te puede cambiar la vida. (Foto: Confesiones de una shopaholic)
La ropa te puede cambiar la vida. (Foto: Confesiones de una shopaholic)

Hace eones que la ropa ha dejado de ser una forma de resguardarse del frío, aproximadamente desde que colgamos los taparrabos, se inventó la moda. Las prendas que nos ponemos hablan de nosotros: de nuestro estatus, de nuestra personalidad, de nuestras aspiraciones. Pero aún hay más. También influyen directamente en nuestro estado de ánimo. Y de formas muy diferentes. Todo ello se estudia en la llamada 'psicología de la moda' y lo mejor de todo es que puedes emplear los estudios realizados para convertir tu armario en tu psicólogo y coach personal. Aunque suene superficial, tu día puede ser muy diferente dependiendo de la ropa que te pongas. Y no es que las prendas tengan en sí superpoderes, simplemente es que si tú te sientes a gusto con ellas, la percepción de lo que ocurre fuera cambiará para mejor.

Eres Superman

Bueno, o al menos te puedes sentir como este superhéroe si te enfundas en una camiseta que lleve su logo. ¿Te parece ciencia-ficción? Pues la doctora Karen Pine, profesora de Psicología del Desarrollo en la Universidad de Hertfordshire (Reino Unido), realizó este experimento con sus alumnos. Les pidió que se enfundaran una camiseta del extraterrestre alérgico a la criptonita y les hizo un cuestionario. Los que lucían la 'S', por ejemplo, se sentían capaces de levantar más peso que los que llevaban una camiseta corriente y moliente. Además, cuando portaban la prenda mágica también se consideraban a sí mismos más agradables e, incluso, superiores al resto de sus compañeros, al menos durante el día que la lucían. Llevar ropa con mensaje, ya sea de un héroe que se pone los calzoncillos sobre las mallas o simplemente mostrar al mundo una frase que nos anima, puede aumentar nuestra autoestima al momento.

La ilusión de estrenar

Vuelves a casa después de haber ido de compras. Miras las bolsas y te regocijas con tu botín. Tienen una textura y un olor diferente al del resto de ropa que se almacena en tu armario. Pero el verdadero placer está por llegar: estrenar esa camiseta o esos pantalones te produce no tan solo cierto orgullo y placer, sino que catapulta tu autoestima a niveles insospechados. Porque, confiésalo, aunque tengas un montón de ropa que te gusta, la novedad convierte a tu última adquisición en algo mucho más especial. Según la encuesta 'El placer de estrenar', realizada por la marca Ariel, los españoles somos los europeos que más disfrutamos con llevar algo nuevo.

Siete de cada 10 encuestados reconoce que compra ropa no por necesidad, sino por ese gusto que le produce lucir algo que no ha sido utilizado con anterioridad. Tanto en hombres como en mujeres, llevar una prenda nueva nos aporta seguridad y confianza en nosotros mismos. Y sentimos que destacamos más sobre la multitud que cuando compramos perfume, maquillaje, relojes o joyas. Esa alquimia que nos otorga una prenda acabada de salir de la tienda suele durar hasta el primer lavado. Entonces ya deja de tener ese poder mágico y se convierte en una más del armario.

Ropa que te ayuda a concentrarte

Vale que sentirse bien vestido puede ser de gran ayuda a la hora de subir la autoestima, pero ¿tiene la ropa suficiente poder para conseguir que te concentres más? La respuesta es afirmativa, según un estudio realizado en la Universidad de Northwestern, en Illinois (EE.UU.). En un experimento, varios sujetos llevaban una bata de médico y ello provocó que cometieran menos errores y tuvieran mayor capacidad de atención que los que no la llevaban. Sin embargo, cuando les decía que la bata era de otro tipo de profesión, por ejemplo de pintor, el nivel de errores era el habitual.

La conclusión es lo que se llama 'cognición investida', que consiste en atribuir a una prenda ciertas cualidades que pueden provocar un cambio en nuestra forma de pensar. A los médicos se les presupone una serie de valores como la meticulosidad y los sujetos que llevaban su uniforme desarrollaban estas cualidades.

Elige bien cuando estás mal

En 2012, en la Universidad de Hertfordshire (Reino Unido) se llevó a cabo otro estudio para determinar qué tipo de ropa llevaban las mujeres cuando estaban pasando por horas bajas. El 57% declaró que unos vaqueros con cualquier camiseta que le cubriera la cintura. También se demostró que cuando una mujer no está muy animada, no lleva tantos complementos: desde bisutería a joyas o gorros.

De hecho, cuando una chica está de buen humor, tiene cinco veces más probabilidades de ponerse sus zapatos preferidos. Así que justamente, para animarte en esos días en los que no tienes ganas de nada, lo mejor será que saques del armario tu vestido predilecto, algo que quieras estrenar o una camiseta de Superman para alegrarte el día.

En el trabajo: traje con falda

Esta es la prenda que más segura hace que se sientan las mujeres y a su vez el que consigue que causen una mejor impresión. Según otro estudio de la psicóloga Karen Pine, la idea de cómo es alguien en el trabajo se crea rápidamente en nuestra mente y la ropa influye mucho. Cuando una mujer lleva traje con pantalón o cualquier ropa con aire masculino, se la juzga como más competitiva y ambiciosa. En cambio, cuando lleva una falda y una americana parece más cercana y competente. Lo que no funciona en ningún caso en el entorno laboral es la forma excesivamente provocativa: tanto las mujeres que la llevan como sus compañeros de despacho no la perciben como adecuada para el trabajo.

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Hace eones que la ropa ha dejado de ser una forma de resguardarse del frío, aproximadamente desde que colgamos los taparrabos, se inventó la moda. Las prendas que nos ponemos hablan de nosotros: de nuestro estatus, de nuestra personalidad, de nuestras aspiraciones. Pero aún hay más. También influyen directamente en nuestro estado de ánimo. Y de formas muy diferentes. Todo ello se estudia en la llamada 'psicología de la moda' y lo mejor de todo es que puedes emplear los estudios realizados para convertir tu armario en tu psicólogo y coach personal. Aunque suene superficial, tu día puede ser muy diferente dependiendo de la ropa que te pongas. Y no es que las prendas tengan en sí superpoderes, simplemente es que si tú te sientes a gusto con ellas, la percepción de lo que ocurre fuera cambiará para mejor.

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