Es noticia
Menú
Cuatro hoteles rurales de lujo en España para disfrutar ¡por fin! de la naturaleza
  1. Estilo
VIAJES

Cuatro hoteles rurales de lujo en España para disfrutar ¡por fin! de la naturaleza

A los pies de la sierra de Gredos y a la sombra del Almanzor, en el Cáceres que va camino de Portugal, en el Alicante de tierra adentro y en Asturias entre el verde y el azul

Foto: ¿Te imaginas en una de estas tumbonas mirando el mar de Asturias? (Foto: 3 Cabos)
¿Te imaginas en una de estas tumbonas mirando el mar de Asturias? (Foto: 3 Cabos)

Nos vamos a Alicante, pero nada de Benidorm ni Jávea ni tan siquiera la bella y siempre apetecible Altea. Esta vez nos adentramos en la campiña hasta llegar al más desconocido Jalón (o Xaló, en valenciano). Y lo mismo hemos hecho en Extremadura para ir a dar con Aliseda. O en Ávila para volvernos a confirmar en nuestra fe en Candeleda. Y por último, en la verde y marinera Asturias de Valdés. En estos cuatro destinos hemos encontrado unos hoteles de lujo donde reencontrarnos por fin con la naturaleza. Esa madre que acostumbra a cuidarnos tan bien.

1. Cuatre Finques, en el Alicante interior

Esto es la Marina Alta. El lugar donde se halla este refugio entre viñas y almendros, con montañas alrededor, en pleno valle del Jalón (o de Pop, nada que ver con la música, esta vez no). Cuatre Finques tiene solo seis habitaciones, así que la exclusividad y la tranquilidad están servidas, con sus correspondientes bicicletas por si llega el momento, que llegará, de echarse a rodar; su desayuno con todo artesanal y muy ecológico (comerás huevos de sus gallinas), el almuerzo servido en la piscina o la terraza, y la posibilidad de cenar con el mismo encanto o más. Otro sueño familiar hecho realidad.

Y si luego te entran ganas de mar, te esperan Denia, Altea y Jávea con su playa de la Granadella, por ejemplo. Las tienes a menos de media hora.

Te gustará: el entorno, el pueblo, con tiendas de artesanía, bodegas y mercadillo los sábados, y la hospitalidad, a la griega. Te ofrecerán hasta volar en parapente, afición del propietario (ojo, también toca el saxo) .

Aprovecha para... hacer la ruta de los pozos y la ruta del Jalón histórico, que incluye el viejo Ráfol de Jalón, lo más antiguo, de calles estrechas de época mudéjar, y el Primer Ensanche, ya casi decimonónico. Hay hasta casas con fachadas vanguardistas.

Precio: desde 116 euros.

2. 3 Cabos, en la Asturias marinera

Una casona de más de un siglo de antigüedad típicamente asturiana que de pronto, milagros de la restauración, se convierte en un símbolo de la modernidad arquitectónica que mira al mar. Hablamos de 3 Cabos, un hotel especial en un lugar especial, desde el que se ven, sin ir más lejos, los (3) cabos de Busto, Vidio y Peñas. Las propias habitaciones han sido bautizadas también con sus nombres y con los de Lastres, Torres y Cebes, en total seis, con mucha piedra y más madera. Se añade una sala de estar, una biblioteca, una mesa de juego y ese impagable ventanal. Todo con vistas. Fuera, el gran azul y un verde casi lujurioso. A solo un kilómetro y medio, en El Vallín, están Casa Xabú y El Busgosu, en honor a esa criatura de los bosques salida de la mitología asturiana; dos casas con encanto gestionadas por el mismo hotel.

Te gustará: el paisaje, que lo mismo se traduce en una estampa marítima que en otra de bosques y ríos, o de cumbres de mil metros a las que muy probablemente querrás subir.

Aprovecha para... disfrutar de la villa blanca de la costa verde, como se conoce a Luarca, a solo siete kilómetros, con puerto pesquero, sidrerías y bares por doquier, visitar los jardines de la Fonte Baixa, recorrer el litoral valdesiano, con espectaculares acantilados, y montar a caballo.

Precio: desde 84 euros.

3. La Tierra Roja, el Cáceres más chic

La Tierra Roja te hará recordar otra vez París y lo mucho que te gusta lo chic. Este hotelito en Aliseda, al oeste de Cáceres, más allá de Malpartida y ya camino de Portugal, de la sierra de San Mamede, tras los pasos del Tajo, te emocionará. Hay muchas antigüedades y mucho arte, mucho viaje y un derroche de hospitalidad. La casa ofrece también, casualmente, seis habitaciones y hay en ellas muebles vintage, años 50, art decó e industriales; todas con un toque barroco por aquí y otro por allá. Fuera, la sierra de San Pedro, en la dehesa de Extremadura, un entorno cuidadísimo y muy natural.

Te gustará: la decoración, sin duda, con todo lujo de detalles.

Aprovecha para... perderte por la maravillosa Cáceres y cruzar al país vecino y dirigirte, por ejemplo, al increíble Marvâo (en lo alto y con castillo).

Precio: desde 75 euros.

4. La Casa de los Tomillares, en Gredos

Qué vamos a decir a estas alturas de Candeleda y la sierra de Gredos, ese paraíso a un tiro de piedra de Madrid. Pues lo mismo pasa con La Casa de los Tomillares, una casa de campo en toda regla recreada por su propietaria, que es anticuaria y decoradora, y se nota. Te toparás con un refugio serrano con refinamiento mayúsculo y sobrado encanto. Un total de ocho habitaciones dobles -esta vez no son seis-, diferentes entre sí, con muebles antiguos franceses y vistas al jardín. ¿Buscabas paz? Aquí la tendrás. También esa magia que resulta tan provenzal, aunque aquí lo que mande sea el tomillo. Y con el pico Almanzor, con sus 2.592 metros, como guardián de tu espacio. Podrás comer en el empedrado a la sombra de una pérgola o una encina. O, palabras mayores, cenar en el jardín iluminado.

Te gustará: su ambiente campestre y chic. Dice su dueña que “es un hotel para la gente que no le gustan los hoteles”. Y si te encaprichas de algún mueble, lo puedes comprar.

Aprovecha para... ir de picnic en cualquier rincón de la finca, adentrarte por la sierra de Gredos, visitar Candeleda, dar un paseo a caballo, hacer piragüismo en el río Tiétar o ir andando hasta el cercano embalse de Rosarito.

Precio: desde 179 euros.

¿Tienes un dispositivo móvil iOS o Android? Descarga la APP de Vanitatis en tu teléfono o tablet y no te pierdas nuestros consejos sobre moda, belleza y estilo de vida. Para iOS, pincha aquí, y para Android, aquí.

Nos vamos a Alicante, pero nada de Benidorm ni Jávea ni tan siquiera la bella y siempre apetecible Altea. Esta vez nos adentramos en la campiña hasta llegar al más desconocido Jalón (o Xaló, en valenciano). Y lo mismo hemos hecho en Extremadura para ir a dar con Aliseda. O en Ávila para volvernos a confirmar en nuestra fe en Candeleda. Y por último, en la verde y marinera Asturias de Valdés. En estos cuatro destinos hemos encontrado unos hoteles de lujo donde reencontrarnos por fin con la naturaleza. Esa madre que acostumbra a cuidarnos tan bien.

Viajes Hoteles Naturaleza
El redactor recomienda