¿De verdad es más sano comer sin gluten? Desmontamos todos los mitos
La moda del gluten free ha invadido todos los supermercados, restaurantes y tiendas de alimentación. Pero ¿es tan dañino cómo dicen? ¿Cómo sabemos si somos intolerantes?
Ha pasado de ser una prescripción médica a una religión extendida entre los adeptos a una alimentación sana y equilibrada. Cada vez hay más productos con el sello gluten free en las estanterías de las grandes superficies comerciales. Y, sin darnos cuenta, de toda la carta de un restaurante, ante la disyuntiva de un producto 'normal' de toda la vida y un alimento sin gluten, nos quedamos con el 'sin'. Por si acaso. Pero ¿de verdad todos deberíamos comer sin gluten? ¿Es realmente más sano retirarlo de nuestra dieta si no somos alérgicos o intolerantes? Aprovechamos que mañana es el Día Mundial del Celiaco para repasar todos los conceptos.
Celiaquía, alergia o sensibilidad
Veamos qué tipos de reacciones puede producir el gluten (una glucoproteína que se encuentra en cereales como el trigo, la cebada, el centeno, la espelta, la avena y el kamut). "La celiaquía es una enfermedad intestinal causada por una mala absorción del gluten y que provoca lesiones en la mucosa intestinal", señala Judith Torrell, dietista-nutricionista. En el desarrollo de esta enfermedad, también conocida como intolerancia al gluten irreversible, contribuyen factores genéticos. "Es decir, se es celíaco toda la vida, ya que las reacciones desaparecen al retirar el gluten, pero reaparecen a corto o largo plazo si lo reintroducimos".
Por otro lado tenemos la alergia, que es una reacción del cuerpo tras la ingesta de una proteína como el gluten, que, por cierto, es una proteína de bajo o escaso valor nutricional y que no es indispensable para el ser humano. En cuestión de minutos una persona puede manifestar reacciones cutáneas o digestivas y estas reacciones suelen aumentar con la edad.
En cambio, en el caso de la sensibilidad al gluten no celiaca (SGNC), "los síntomas son similares a la celiaquía, pero los marcadores clínicos de susceptibilidad son negativos", anota Torrell. Se diagnostica una SGNC en aquellos casos que, tras descartar la existencia de celiaca o alergia al gluten, manifiestan de igual manera molestias relacionadas con la ingesta de gluten y que, por tanto, mejoran al retirarlo. Esto es, puede sentarte mal el gluten, pero no ser intolerante o alérgico.
Y tú, ¿de quién eres?
¿Tienes dolor abdominal frecuentemente? ¿Sensación de hinchazón y flatulencias? Estos podrían ser síntomas de alguna de estas tres afecciones, sin embargo, sea del grado que sea, una intolerancia o una alergia debe diagnosticarla un médico, no vale el autodiagnóstico.
Si sufres alguno de estos síntomas, además de estreñimiento, flatulencias, gases, etc, lo mejor es que vayas a ver a un especialista y a partir de ahí, el protocolo a seguir es someter al paciente a una analítica o test sanguíneo para confirmar marcadores, un estudio genético para comprobar si hay antecedentes familiares de primer grado con esta enfermedad y una biopsia intestinal para descartar falsos positivos.
Sobre todo, recalca Torrell, "ante la sospecha de una enfermedad relacionada con el gluten (ya sea intolerancia, alergia o SGNC), las pruebas diagnósticas deben realizarse en hospitales o centros con laboratorios y profesionales acreditados (alergólogos, especialistas en gastroenterología, etc.). Evita test de nula validez disponibles en farmacias o diagnósticos alternativos".
¿Qué es más sano?
Y los que quedan fuera de esta clasificación, ¿deben comer sin gluten por alguna razón? ¿Es más saludable liberarse de esta proteína? La respuesta es no. Si uno no tiene ningún tipo de patología relacionada con la ingesta de gluten, debe tener en cuenta que esta exclusión no hará que su dieta mejore: "Hay dietas sin gluten que conllevan muchos desequilibrios, porque, para compensar la carencia de gluten, se pueden ingerir cantidades muy elevadas de otros nutrientes, como grasas y azúcares", sentencia la especialista.
Si una persona decide retirar el gluten por otras razones, como por ejemplo porque este se encuentra en la mayoría de alimentos farináceos procesados (pan, galletas, bollería etc.), "sería más sensato decir que una dieta saludable es aquella que evita alimentos ultraprocesados y promueve los cereales integrales, que no una dieta exenta de gluten", añade Torrell.
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Ha pasado de ser una prescripción médica a una religión extendida entre los adeptos a una alimentación sana y equilibrada. Cada vez hay más productos con el sello gluten free en las estanterías de las grandes superficies comerciales. Y, sin darnos cuenta, de toda la carta de un restaurante, ante la disyuntiva de un producto 'normal' de toda la vida y un alimento sin gluten, nos quedamos con el 'sin'. Por si acaso. Pero ¿de verdad todos deberíamos comer sin gluten? ¿Es realmente más sano retirarlo de nuestra dieta si no somos alérgicos o intolerantes? Aprovechamos que mañana es el Día Mundial del Celiaco para repasar todos los conceptos.