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¿Podrías vivir sin internet?
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¿Podrías vivir sin internet?

Estamos convencidos de que si nos quitasen el móvil de las manos, estaríamos más perdidos que Anna Wintour en McDonald’s. ¿Qué haríamos ante un apagón tecnológico?

Foto: ¿Regresaríamos a los teléfonos tradicionales ante un apagón tecnológico? (Foto: Kardashian Kollection)
¿Regresaríamos a los teléfonos tradicionales ante un apagón tecnológico? (Foto: Kardashian Kollection)

Que España es uno de los países con más dispositivos tecnológicos conectados a internet es tan cierto como que la tortilla de patatas debería ser Patrimonio de la Humanidad. Según Connected Life, un reciente estudio realizado por la consultora TNS, los españoles pasamos a diario más de dos horas frente al 'smartphone', 0,8 horas frente a la tablet y otras 2,3 horas frente al ordenador o portátil. Los datos no engañan. Y no, la mayoría de ellas no son por trabajo. No hay excusa que valga.

Dicho informe señala también cuáles son las aplicaciones que más usamos mientras mantenemos esta relación de amor incondicional con nuestro móvil. Whatsapp y Facebook son las redes sociales ganadoras, mientras que el correo electrónico y la lectura de noticias bajan posiciones respecto de años anteriores. Curioso también comprobar que cuando más atención le prestamos al teléfono móvil es por la mañana (el camino al trabajo siempre es duro) y por la tarde/noche (de nuevo al salir de la oficina).

Y no es un solo estudio el que afirma que no sabemos (ni intentamos) estar desconectados, un informe dado a conocer por Nominalia arrojaba unos datos espeluznantes (que diría Iker Jiménez). Según las cifras que manejan, 4,7 millones de españoles dedican más de cinco horas al día a navegar por internet, mientras que más de 13 lo hacen durante más de tres horas. Así no es de extrañar que el 17 de mayo celebremos, desde hace años, el Día de Internet.

¿Y si sufriésemos un apagón tecnológico?

Imaginemos que nos quedásemos sin conexión por unas horas (tampoco os vamos a hacer sufrir mucho). Una posibilidad que se barajó con el llamado efecto 2.000, pero que quedó en un susto. Una llamada de atención a la que nadie hizo caso dando por hecho que internet es ese amigo fiel que nunca nos abandonaría.
Pero pongámonos en situación. ¿Sabríamos enfrentarnos a la vida real sin GPS, WhatsApp, Uber, TripAdvisor, Twitter, Instagram, Google Maps, Shazam, Yelp...? Y para contestar un asunto de tamaña envergadura, os proponemos un 'flashback' al pasado. Bienvenidos al escalofriante y revelador relato (que volvería a decir Iker Jiménez) de cómo nos enfrentábamos a diversas situaciones de nuestra vida cotidiana cuando aún no teníamos móviles por manos.

Ligar

Antes de Tinder, nadie pasaba su dedo por la cara de un completo desconocido y la arrastraba al infierno (izquierda) o al cielo (derecha). La gente se conocía en el instituto, en la universidad, en el barrio, en la tienda, paseando, en el cine, en el teatro, tomando algo en una terraza... Ah, ya, que aún seguimos haciendo eso. Pues sí, pero no. Porque lo hacemos mientras mantenemos nuestras narices pegadas al móvil. Probemos a guardarlo por un momento y a mirar a nuestro alrededor. Hay humanos junto a nosotros. Y si les hablamos, puede ser que nos contesten. Intentémoslo. Es adictivo.

Coger un taxi

Olvidémonos de saber el número de matrícula, el modelo y color del coche y el nombre de nuestro conductor. Para buscar transporte que nos lleve camino a nuestro destino deberemos seguir estas instrucciones rigurosamente. Primero, nos acercaremos al borde de la acera con la carretera y levantaremos el brazo, de manera suave pero con firmeza. Cuando veamos que un coche que lleva en la parte superior un cartel con la palabra 'taxi' y una luz verde, le haremos una señal moviendo el brazo. Si no está verde es que está ocupado. Si para, subiremos al vehículo donde nos espera un completo desconocido que nos llevará a donde nosotros queramos. Una buena dosis de riesgo.

Ir al cine

Increíble, pero cierto, hay unas zonas en los cines que se llaman taquillas. Allí podremos comprobar, de primera mano, los horarios y sacar las entradas. Eso sí, lo mismo tenemos que hacer cola. Pero vaya, que estar un rato de pie es beneficioso para nuestro organismo. Ah, y también hay una especie de folletos con letras (llamados periódicos) en los que aparecen los horarios. De nada.

Salir de compras

¿Qué hubiese sido de la serie ‘Sexo en Nueva York’ si Carrie Bradshaw hubiese podido comprar online? Pues que no hubiese habido guion, ya os lo decimos. El shopping requiere de tiempo, paciencia, comprobación de los tejidos, prueba y error... ¿Por qué limitarse a mirar las prendas en una pantalla sin saber nada más? ¿Acaso hay algo mejor que ir con vuestros familiares y amigos al centro comercial y acabar discutiendo? ¡Una auténtica maravilla!

Elegir un restaurante

Pues con el boca a boca de toda la vida. ¿Que nuestra prima Trini había ido al chino de la plaza del pueblo y le había gustado? Pues íbamos. Y si no nos gustaba, pues ya podíamos poner a parir sus gustos culinarios, además de haber cenado de pena. Porque hay algo que no alcanzamos a comprender del todo del ser humano del siglo XXI: ¿por qué nos fiamos de comentarios de gente que no conocemos en páginas como Yelp, TripAdvisor...? Ahí lo dejamos.

Cómo ubicarnos y desplazarnos (geográficamente)

Dicen que todos los caminos conducen a Roma, pero hay una cosita llamada mapa que nos llevará a todos ellos. Es un papelito con coordenadas que, bien utilizado, puede indicarnos la dirección a cualquier parte del mundo. Solo hace falta tener bien claro aquello que aprendimos en el colegio de Norte, Sur, Este y Oeste.

Quedar con nuestros amigos

No es tan difícil. Solo tenemos que decirles antes de salir de casa (llamándolos al fijo, por ejemplo), el sitio al que vamos a ir y la hora aproximada. Si no aparecen, nos han dado plantón. Las cosas como son.

¿Qué canción es esta?

Escuchar la radio y esperar a que el locutor dijese el nombre de ese temazo que se nos había pegado cual chicle al zapato, era la mejor opción antes de Shazam. Sin embargo, si estamos en una discoteca, otra gran idea sería la de preguntarle al DJ y, de paso, hacer un nuevo amigo y, quién sabe, lo mismo hasta ligar.

¿Dónde veo mis fotos?

Tras realizar las instantáneas (como el Cola-Cao) con una cámara analógica o digital, las llevaremos a revelar (a una tienda especializada en fotografía) o las pasaremos al ordenador para imprimirlas. Después las pegaremos en un álbum y listo. Eso sí, el problema es que nadie nos dejará 'likes' o comentarios al margen a no ser que vayan específicamente a nuestra casa a verlas. Algo que, por otro lado, es de agradecer algunas veces.

Desconecta y serás más feliz

Apagar de vez en cuando nuestros dispositivos electrónicos no es ninguna tontería y sus efectos son muy beneficiosos para nuestra salud emocional. El Happiness Research Institute concluyó durante un estudio que las personas que habían desactivado sus cuentas de Facebook se sentían menos preocupadas y más felices pasados siete días. Sin embargo, la cuestión es, como bien reza el título de uno de los libros de Enric Puig, 'Cómo sobrevivir sin Internet y no aislarse del mundo'.

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Que España es uno de los países con más dispositivos tecnológicos conectados a internet es tan cierto como que la tortilla de patatas debería ser Patrimonio de la Humanidad. Según Connected Life, un reciente estudio realizado por la consultora TNS, los españoles pasamos a diario más de dos horas frente al 'smartphone', 0,8 horas frente a la tablet y otras 2,3 horas frente al ordenador o portátil. Los datos no engañan. Y no, la mayoría de ellas no son por trabajo. No hay excusa que valga.

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