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Del brunch a las copas: planes para estrenar 2018 en Madrid
  1. Estilo

Del brunch a las copas: planes para estrenar 2018 en Madrid

Una antigua sala de cine equis, un rincón en Chamberí apto para 'veggies' o una exposición muy ilustrada. Estos son algunos de los imprescindibles en ocio para arrancar el año nuevo

Foto: En Madrid caben otras formas de ir al cine. (Foto: Lucía M./Cortesía)
En Madrid caben otras formas de ir al cine. (Foto: Lucía M./Cortesía)

Enero y Madrid. Un binomio infalible. La capital está de estreno –con motivo del nuevo año– y existen otras tantas razones –en forma de novísimos locales– que bien merecen engrosar la lista de imperdibles para este recién inaugurado 2018. Algunos de ellos son ineludibles compromisos con el arte –con exposiciones para los amantes del diseño gráfico y la ilustración–, así como un regreso nostálgico al pasado desde una antigua sala de cine ‘equis’ cuyo leitmotiv está en que cada cual despeje la incógnita como quiera; ya sea mediante un cóctel o disfrutando de algún concierto en acústico.

Madrid se sacude el polvo del año viejo e ingresa en este 2018 con nuevas aperturas donde la gastronomía se convierte en la columna vertebral de su oferta de ocio. La tendencia del brunch continúa como un valor en alza y la cocina más delicada ahora se sirve en un espacio con los aires decorativos propios de una confitería decimonónica. La capital despega y lo hace de manera imparable. Porque le sobran los motivos para seguir siendo una ciudad novedosa y de vanguardia. Razón de más para elaborar ya la lista de imprescindibles que hay que conocer antes, durante o después del Día de Reyes.

1. Empezar por el brunch

placeholder Elektra. En calle Santa Engracia, 105. (Foto: Cortesía)
Elektra. En calle Santa Engracia, 105. (Foto: Cortesía)

Que la zona colindante a la calle Ponzano es un valor en alza dentro de la oferta gastronómica capitalina no es algo nuevo. Lo curioso es que este coqueto recinto del barrio de Chamberí cuenta desde hace algunos meses con locales de espíritu ‘veggie’. Y no, no se trata de un mito; y eso que tiene nombre de princesa griega. Elektra floreció con la intención de mimar a todos aquellos que buscan llevar una vida sana. Y su propuesta para tomar el brunch durante el fin de semana se convierte en una buena forma de arrancar la jornada.

En Elektra es posible sentirse como en un loft neoyorquino. El aire industrial de su decoración (que tanta tendencia marca en otros locales de la capital) invita a disfrutar de esta comida situada a medio camino entre el desayuno y el almuerzo. La oferta del mismo –tiene un precio medio de 19 euros– es amplia y variada: va desde los huevos benedict hasta llegar a sus zumos naturales, pasando por una amplia oferta de tostadas así como una singular carta de cavas y espumosos. Algo que convierte a su cocina, comandada por Emilio Salas, en todo un viaje gastro a los confines de la América más ‘in’.

2. Chute de arte ilustrado

Coco Daved, Gonzalo Muiño, Ricardo Cavolo o BoaMistura forman parte de la nutrida nómina de artistas que exponen y venden hasta el próximo día 5 de enero en el Espacio Ephimera (calle Sandoval, 3). Tras ellos está la nada diletante Gunter Gallery, responsable de esta muestra donde el mundo de la ilustración es el gran protagonista.

En esta ‘pop up’ navideña de la primera galería de venta online se expondrán 60 obras que van desde las serigrafías a los fotograbados pasando por el diseño digital. De esta forma, Amalio Gaitero, Marta Fernández y Mario Suárez quieren celebrar los cinco años de vida de su sello. Quienes busquen un regalo de Reyes original deben visitar este espacio que resultan tan ‘arty’ como efímero.

placeholder Algunas de las obras que se exponen y venden en Espacio Ephimera. (Foto: Gunter Gallery)
Algunas de las obras que se exponen y venden en Espacio Ephimera. (Foto: Gunter Gallery)

3. Comer en un obrador muy cool

Mantequilla, agua y harina. Estos son los tres ingredientes básicos para elaborar la masa del hojaldre. Y con esta premisa nace el diseño de Hojaldrería, un restaurante situado en el número 8 de la calle Virgen de los Peligros, que albergó durante casi 100 años la Mantequería Ribas y Alba. Un establecimiento que respira, en lo decorativo, esos aires propios de los locales del Madrid decimonónico cuyos mármoles y molduras harán que cualquiera forme parte de una tertulia literaria como las de épocas pasadas.

placeholder Fachada de Hojaldrería. (Foto: Javier Salas/Cortesía)
Fachada de Hojaldrería. (Foto: Javier Salas/Cortesía)

“El diseño del espacio se segmenta en tres partes: la mantequilla aparece representada en el color del suelo, el agua en los espejos que reflejan la tonalidad del techo y la harina la llevamos a las paredes”, explica a este medio Mario Bonet, ideólogo de este flamante local y también ‘padre’ de Sala de Despiece y Muta; esos otros locales que lo han convertido en todo un referente dentro de la escena gastro capitalina. Para hacer realidad este concepto decorativo se ha valido de la ayuda de Paco Pocovi, reputado profesional dentro de la industria de la moda y el interiorismo, y de la pasión por la fotografía de Javier Salas.

La propuesta gastronómica de Bonet es amplia: “Tenemos desde desayunos y meriendas con una carta de productos dulces y salados, así como nuestro restaurante: apto para tomar algo en la barra o en la zona del comedor”, sostiene. Y, cómo no, el hojaldre se convierte en el producto estrella y marca de la casa. En Hojaldrería también preparan dulces para llevar o degustar a lo largo de todo el día. Como en los obradores de antaño. “En nuestra carta caben desde un menú degustación cuyas recetas contienen esta masa, así como otras propuestas que no la llevan”, dice. ¿El apunte final? Nada como probar su Wellington Burger, un plato pensado para compartir.

placeholder La harina, la mantequilla y el agua como hilos conductores deco de Hojaldrería. (Foto: Javier Salas/Cortesía)
La harina, la mantequilla y el agua como hilos conductores deco de Hojaldrería. (Foto: Javier Salas/Cortesía)

4. Donde tomar la penúltima

El antiguo cine Alba, hoy rebautizado como Sala Equis, tiene todos los ingredientes para granjear a cualquiera un buen puñado de ‘likes’ en alguna que otra red social. La nueva aventura empresarial de los promotores del anejo El Imparcial consiste en un espacio de 700 metros cuadrados que arrancó hace unas semanas con el fin de rescatar el uso de la cultura y el ocio de esta sala construida durante la II República y que se mantuvo hasta hace poco como el último cine porno de la capital. De ahí su nombre.

Los artífices de esta reconversión han sido los arquitectos de Plantea Estudio, quienes han rescatado la esencia de este espacio con un propósito claro: dotarlo de una nueva vida cultural y de ocio no convencional que dé respuesta a las nuevas tendencias en ocio de la capital.

Sala Equis consta de varios espacios: una terraza de entrada con aspecto de callejón y en la que se ubican diversas mesas bajas; la Sala Plaza con un gran lucernario y que consta de una barra donde comer y beber, así como de una grada y zonas con sillones o columpios que la encumbran como el ágora más 'cool' de la capital. Y, cómo no, tampoco podía faltar su celebérrima sala de cine. Con sus butacas y sus solados hidráulicos. Un guiño a la decoración Midcentury que la convierte en la tendencia predominante en el mundo del interiorismo.

placeholder En la Sala Plaza hay una barra, sillones y columpios. (Foto: Lucía M./Cortesía)
En la Sala Plaza hay una barra, sillones y columpios. (Foto: Lucía M./Cortesía)

Un flamante establecimiento rescata los ciclos de cine. Tanto temáticos como de reposiciones y que corre a cargo de Sunset Cinema; una factoría de experiencias cinematográficas ‘pop up’. Una amplísima propuesta cultural para arrancar el nuevo año con energía.

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Enero y Madrid. Un binomio infalible. La capital está de estreno –con motivo del nuevo año– y existen otras tantas razones –en forma de novísimos locales– que bien merecen engrosar la lista de imperdibles para este recién inaugurado 2018. Algunos de ellos son ineludibles compromisos con el arte –con exposiciones para los amantes del diseño gráfico y la ilustración–, así como un regreso nostálgico al pasado desde una antigua sala de cine ‘equis’ cuyo leitmotiv está en que cada cual despeje la incógnita como quiera; ya sea mediante un cóctel o disfrutando de algún concierto en acústico.

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