San Valentín en paz: tres trucos de psicólogo para evitar peleas el día más romántico
Es más fácil de lo que parece. Pon todo de tu parte para que este 14 de febrero todo vaya sobre ruedas con tu pareja. Y di adiós a los reproches
Vale, os queréis mucho, pero a veces la bronca aparece en el momento más inoportuno… como en medio de vuestra reserva en el restaurante más solicitado de la ciudad. Toma nota de estos trucos para que la bomba no explote el día más romántico del año.
1. Aprende la palabra mágica
Vas camino de vuestra cita romántica anual, esa que esperas de año en año, esa que llevas tres meses preparando, esa para la que te has ido a la peluquería, te has hecho la manicura y (locura) te has puesto hasta pestañas postizas… y llegáis tarde… por su culpa. Tu cara de sota a la hora de sentarte a la mesa muestra ilusión infinita. Y él decide que es el mejor momento para, además, lanzarte una pulla. Antes de que la escalada de tensión llegue a nivel franja de Gaza, usa el comodín de la palabra mágica: “Ay”. Según el terapeuta de pareja norteamericano Hal Rankel, esta exclamación, pronunciada en el tono adecuado, indica al otro que lo que ha dicho te ha herido, que debería pensar en sus palabras y, de paso, sentirse un poco regular. Por si no le queda claro, añade algo así como “lo que me has dicho me ha hecho sentir mal”. Si su respuesta es “tienes razón y lo lamento”... Bomba desactivada.
2. Olvídate de los reproches
Para siempre, no solo para ese día. Es el valioso consejo que el psicólogo José Amador Delgado, autor de 'Mi pareja no me escucha' (Pirámide), nos ofrece para tener la fiesta en paz. Esto no quiere decir que no le expliques a tu pareja lo mucho que te molesta que hayáis llegado tarde a vuestra cita, sino que seas capaz de hacerlo desde la serenidad y la escucha activa. “El reproche genera distanciamiento y queda instalado en nuestro inconsciente. Se necesita una potente capacidad de perdón para evitar que nos persiga toda la vida. Así de contundente puede ser una sola crítica”, asegura Amador Delgado. Es difícil (a no ser que lleves 'quemada' mucho tiempo) que directamente explotes delante de un restaurante repleto y te pongas a cantarle las cuarenta. Quizá piensas que lanzarle pequeñas pullas sobre todo lo que ha hecho y no te ha gustado no tenga mayor repercusión… pero te equivocas. Lo malo de los reproches es que suelen empezar por comentarios de baja intensidad, para progresivamente ir subiendo el tono. Como una jarra llenándose gota a gota, tus comentarios mordaces pueden rebosarla… y acabar en unos gloriosos y desafortunados fuegos artificiales. Lección aprendida: 0 reproches.
3. Piensa en lo que te ha pasado ese día
Quizás sentada en esa mesa, mirando la carta, piensas que todo tu mal humor está provocado por la actitud de tu pareja… ¿Pero es realmente así? Reflexiona en cómo has llegado tú a esa cita. ¿Estabas nerviosa por la presión del trabajo? ¿El estrés te ha comido la moral durante toda la semana? ¿Te sientes frustrada porque no has conseguido lo que querías en otros aspectos de tu vida? En ocasiones, con la pareja, nos comportamos como un adolescente con sus padres: con sus amigos y en el instituto es un angelito, pero al llegar a casa todo son malas caras y actitudes insolentes. ¿Por qué? Porque sabe que puede, que sus padres no le rechazarán y aguantarán sus desplantes. Los adultos, en ocasiones, nos comportamos igual: nos sentimos heridos o frustrados por algo que ha pasado fuera del entorno de la pareja, pero lo pagamos con esta porque sabemos que nos lo va a aguantar. Por ello, piensa detenidamente antes de soltar los perros de presa: ¿cómo ha sido tu día antes de la cita? ¿Y merece la pena dinamitar el encuentro más romántico del año? Si algo no va bien en tu vida, cuéntaselo, no se lo tires a la cara en forma de bronca.
¿Tienes un dispositivo móvil iOS o Android? Descarga la APP de Vanitatis en tu teléfono o tablet y no te pierdas nuestros consejos de moda, belleza y estilo de vida. Para iOS, pincha aquí, y para Android, aquí.
Vale, os queréis mucho, pero a veces la bronca aparece en el momento más inoportuno… como en medio de vuestra reserva en el restaurante más solicitado de la ciudad. Toma nota de estos trucos para que la bomba no explote el día más romántico del año.