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¿Son los bikinis y los desnudos de 'Sports Illustrated' sus mejores armas feministas?
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¿Son los bikinis y los desnudos de 'Sports Illustrated' sus mejores armas feministas?

Desnudos con palabras pintadas con rotulador y bikinis son las armas de la revista para apoyar al movimiento #Metoo. ¿Es su estrategia la adecuada?

Foto: La revista 'Sports Ilustrated' se apunta al feminismo.
La revista 'Sports Ilustrated' se apunta al feminismo.

Cuando la revista 'Love' quiso vender un mensaje feminista con su calendario de adviento, algunas señales hicieron a muchos pensar que las formas no habían sido las adecuadas. Para comenzar, el hecho de que los clips, filmados a través de la lente de Phil Poytner -porque poner a una mujer tras la cámara habría sido tan loco como haber dejado que fuera una mujer la que presentara los Goya, ¿verdad?-, parecieran vídeos de porno suave. Por si fuera poco, las modelos se manoseaban pechos y glúteos a cámara lenta -cuando la publicación está destinada, en teoría, a las mujeres- y la única modelo 'supersize' del proyecto era la única cuyo rostro se mostraba detalladamente en primerísimos planos, mientras que sus esculpidas compañeras presumían de oblicuos en planos que se centraban en sus vientres perfectos y en sus turgentes glúteos.

'Sports Illustrated' también ha querido mandar un mensaje empoderador con su último número, pero ¿lo ha conseguido?¿Han sido los bikinis, los desnudos y los rotuladores las armas adecuadas para hacerlo, o se ha subido la publicación al carro del feminismo para poder seguir así manteniendo una línea editorial en la que la ropa es lo de menos?

¿El fotógrafo? ¡Una mujer!

Para comenzar, nos vemos forzados a dar un minipunto a la revista por el hecho de que haya sido una fotógrafa la encargada de retratar a las modelos. No nos tilden, por favor, de puritanos. No sean ustedes Catherine Deneuve. Pero el que sea Taylor Ballantyne la encargada de hacer las fotografías no solo indica que las mujeres pueden tomar fotografías impresionantes a otras mujeres, sino que ante todo pueden también crear un entorno en el que las mujeres puedan sentirse realmente cómodas posando con o sin ropa. Lo sabemos: estamos en el 2018 y es realmente sorprendente que tengamos que repetir semejante obviedad, pero... Lo es. Es el año 2018 y es necesario repetirlo. Porque el que el equipo encargado de la sesión de fotos haya estado compuesto en su totalidad por mujeres, tras los constantes casos de acoso que la industria de la moda está comenzando a mostrar, entre los que destaca la reciente acusación que Kate Upton ha hecho sobre el fundador de Guess -no olvidemos que Kate Upton fue portada de la publicación cuando eso de las curvas era todavía un tema delicado-, estar en bikini o sin bikini rodeada de mujeres ha de ser ciertamente tranquilizador.

La directora de la revista es MJ Day, la responsable de que Ashley Graham fuera portada (¡por fin!) en el año 2016 y de que Danielle Herrington lo sea este año, convirtiéndose en la tercera afroamericana en lograrlo. La directora es una firme defensora de que las mujeres han de ser escuchadas al margen de la ropa que lleven puesta -si es que llevan alguna- y de la importancia de que las tallas sean diversas tanto en su revista como en la moda en general.

Emily Ratakowski ya habló sobre esta cuestión. “Para mí, la sexualidad femenina y su 'sex appeal', al margen de lo condicionado que esté por ese ideal patriarcal, es realmente poderoso para una mujer si ella así lo siente. La forma en la que visto, actúo, ligo, bailo o practico sexo es mi decisión y no debería afectar a ningún hombre. Ser sexy es divertido y me gusta serlo. No tendría que disculparme por ello. Yo elijo cómo es mi vida y que quiera ponerme lencería sexy solo depende de mí. El poder elegir es la idea central del feminismo para mí”, explicó acerca de su intervención en el anteriormente mencionado calendario de adviento de 'Love'.

La fotógrafa Taylor Ballantyne quiso que sus modelos eligieran las palabras con las que quisieran vestir su cuerpo para dar voz a las maniquíes en un medio que las silencia al plasmar sus imágenes de forma estática. Así fue cómo nació el shooting de Sports Illustrated 'In her own words', en el que las modelos, entre las que se encuentran la 'supersize' Robyn Lawley y Sailor Brinkley Cook -hija de Christie Brinkley-, eligen las palabras con las que posar desnudas. El problema es que muchos señalan que el intento de 'Sports Illustrated' de apagar el fuego con fuego -como señala Alexandra Schwartz en 'The New Yorker'- es incongruente. El que los cuerpos, objetivados a ojos de muchos, de diversas mujeres -todas ellas, por cierto, blancas y de curvas poco exageradas- manden mensajes a través de palabras escritas con un rotulador manda el mensaje contrario al deseado: el de que son mujeres a las que se les ha quitado la voz.

Recapitulando, hace dos años, el 'body positivism' fue abrazado de la mano de Ashley Graham. Hace un año, Nina Agdal posaba con una braguita y un 'crop top' color nude y bien empapado que decía 'A woman doesn’t have to be modest to be respected'. Y este año, el guiño feminista ha consistido en permitir a las modelos elegir las palabras con las que cubrir sus cuerpos desnudos. Es decir: los hombres que compren la revista -porque no olvidemos que los hombres son los principales lectores de la misma- seguirán viendo a mujeres en bikini posar en playas paradisiacas. Y cuando el mensaje del #Metoo se haga con sus páginas, antes de que los lectores bostecen, podrán descansar tranquilos al comprobar que el mensaje será enviado sobre la piel desnuda de sus modelos.

¿Se puede mandar un mensaje feminista en bikini? Sin duda. ¿Se puede mandar un mensaje feminista desnuda? Por supuesto. Pero ¿hay otras formas de hacer que los lectores masculinos de una revista cuyo éxito radica en hacer a sus esculturales modelos posar con diminutos bikinis sigan comprando la publicación si esta se reviste de mensajes feministas y de modelos vestidas? Este año, como podemos comprobar, nos quedaremos con la duda.

Cuando la revista 'Love' quiso vender un mensaje feminista con su calendario de adviento, algunas señales hicieron a muchos pensar que las formas no habían sido las adecuadas. Para comenzar, el hecho de que los clips, filmados a través de la lente de Phil Poytner -porque poner a una mujer tras la cámara habría sido tan loco como haber dejado que fuera una mujer la que presentara los Goya, ¿verdad?-, parecieran vídeos de porno suave. Por si fuera poco, las modelos se manoseaban pechos y glúteos a cámara lenta -cuando la publicación está destinada, en teoría, a las mujeres- y la única modelo 'supersize' del proyecto era la única cuyo rostro se mostraba detalladamente en primerísimos planos, mientras que sus esculpidas compañeras presumían de oblicuos en planos que se centraban en sus vientres perfectos y en sus turgentes glúteos.

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