Muere Hubert de Givenchy, el creador de alta costura que vistió a Audrey Hepburn
El diseñador que definió la elegancia en los años 50 murió el sábado. En la memoria colectiva quedan sus creaciones y su amistad con Audrey Hepburn, a quien vistió para sus grandes películas
Con la muerte, a los 91 años, de Hubert de Givenchy concluye una era. Una, la de la alta costura de los años 50, en la que todo parecía más sublime, menos mundano. El creador falleció el sábado en su casa mientras dormía y sus familiares lo han anunciado hace apenas unas horas. Confidente, amigo y diseñador de cabecera de la legendaria Audrey Hepburn, a Givenchy se le recordará eternamente por ese vestido negro de espalda arquitectónica con el que la actriz se asoma al escaparate de una joyería de la Quinta Avenida de Manhattan, Tiffany & Co, mientras mordisquea un croissant. Sí, la escena más famosa de 'Desayuno con diamantes' lleva la firma de este francés de alta alcurnia que soñó desde niño con vestir a mujeres magníficas. Lo consiguió, sin duda. Audrey sería su amiga más íntima, pero grandes damas como Jackie Kennedy o la duquesa de Windsor también confiarían plenamente en su talento. A la primera la vistió para su despliegue de glamour en París en la visita oficial de su marido, el entonces presidente de los Estados Unidos J. F. Kennedy. Justo ese momento, recreado en una escena de la segunda temporada de 'The Crown', en el que Jackie enamora a Charles de Gaulle y a los franceses embutida, por supuesto, en un vestido de Monsieur Givenchy.
A Wallis Simpson, la esposa del abdicado rey de Inglaterra, la vistió en infinidad de ocasiones. Una de ellas, la más curiosa, fue para una fiesta del Baron de Redés en la que otras siete mujeres acudieron con el mismo vestido de rayas. De Givenchy, claro. Con su habitual desparpajo, la duquesa las convenció para salir a bailar todas juntas. También acudió en su ayuda la noche que falleció su marido. Se la pasó entera creando de la nada un abrigo negro que le serviría a la duquesa viuda para sobrellevar el luto. De todo ello habló en su última aparición pública hace apenas nueve meses. Lo hizo en Calais, en el Museo del Encaje de la ciudad portuaria francesa, para inaugurar la exposición sobre su obra que el comisario español Eloy Martínez de la Pera ha llevado ya a diferentes pinacotecas europeas, entre ellas, al Museo Thyssen Bornemisza de Madrid en 2014.
Y mereció la pena escucharle contar aquello de que la tarde que conoció a Audrey Hepburn esperaba encontrarse a otra actriz de mismo apellido, Katharine. Le habían dicho que iba a conocer a una estrella de Hollywood muy interesada en vestir su ropa en una película. "Pero en lugar de una norteamericana pelirroja, se presentó esta chiquilla deliciosa con la que conecté instantáneamente, que me llevó a cenar y de quien no me volví a separar nunca más”. La película era 'Sabrina' y esa cena fue el comienzo de una gran amistad. El final de cuya historia se escribe ahora, con la muerte del diseñador, heredero de Elsa Schiaparelli y Cristóbal Balenciaga. Él definió la elegancia entre 1952, el año que presentó su primera colección, con sus originales piezas separadas y su blusa Bettina, hasta 1996, el año que se retiró para poner su maison brevemente en manos de John Galliano, a quien sucedería un joven Alexander McQueen en 1996. Nada ha sido igual desde entonces.
Con la muerte, a los 91 años, de Hubert de Givenchy concluye una era. Una, la de la alta costura de los años 50, en la que todo parecía más sublime, menos mundano. El creador falleció el sábado en su casa mientras dormía y sus familiares lo han anunciado hace apenas unas horas. Confidente, amigo y diseñador de cabecera de la legendaria Audrey Hepburn, a Givenchy se le recordará eternamente por ese vestido negro de espalda arquitectónica con el que la actriz se asoma al escaparate de una joyería de la Quinta Avenida de Manhattan, Tiffany & Co, mientras mordisquea un croissant. Sí, la escena más famosa de 'Desayuno con diamantes' lleva la firma de este francés de alta alcurnia que soñó desde niño con vestir a mujeres magníficas. Lo consiguió, sin duda. Audrey sería su amiga más íntima, pero grandes damas como Jackie Kennedy o la duquesa de Windsor también confiarían plenamente en su talento. A la primera la vistió para su despliegue de glamour en París en la visita oficial de su marido, el entonces presidente de los Estados Unidos J. F. Kennedy. Justo ese momento, recreado en una escena de la segunda temporada de 'The Crown', en el que Jackie enamora a Charles de Gaulle y a los franceses embutida, por supuesto, en un vestido de Monsieur Givenchy.