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48 horas en Zaragoza: ruta por los rincones más trendy de la capital maña
  1. Estilo

48 horas en Zaragoza: ruta por los rincones más trendy de la capital maña

Bares, restaurantes, tiendas de decoración… Con la primavera, la ciudad estalla a ritmo de locales con encanto. A continuación, la lista de lugares imperdibles

Foto: Rincones con encanto. Zaragoza despierta con lugares tan cool como La Clandestina Café. (Imagen: Cortesía Comecome Zaragoza)
Rincones con encanto. Zaragoza despierta con lugares tan cool como La Clandestina Café. (Imagen: Cortesía Comecome Zaragoza)

Hubo un tiempo en que el nombre de la actual Zaragoza se declinaba en latín. Los romanos llamaban Caesar Augusta a una ciudad que, entonces y ahora, bailaba al son del caudal del río Ebro. Un torrente de agua solo roto por las pilastras de uno de sus puentes –el de piedra– que lleva siglos uniendo las dos partes en que se proyecta esta urbe y que bien merece un paseo por uno de sus márgenes para otear algunas de las maravillas arquitectónicas de la capital maña.

Tras la primera prospección visual del terreno, nada como recalar en la basílica-catedral de Nuestra Señora del Pilar. Y acceder a la misma –cuyo interior tiene cierto regusto estético vaticano– para jugar a descubrir algunos frescos de Francisco de Goya, oriundo de la provincia, o para toparse con la Pilarica y los 'infanticos' que la custodian. Y regresar de nuevo a la calle, a esa bulliciosa plaza en la que conviven fuentes y monumentos de corte moderno con la singular inclinación del campanario de la iglesia de San Juan de los Panetes; parroquia vecina a la segunda catedral de Zaragoza: la del Salvador (o la Seo).

Amén de esa espiritualidad que destila, Zaragoza es mucho más. Una urbe cosmopolita que bebe los vientos por los rincones de nuevo cuño y con apariencia hipster o vintage. Dos vocablos que la elevan como el penúltimo reducto vibrante y cool de nuestra geografía. Una ciudad apta para los amantes de los largos paseos que invita a descubrir algunos de sus locales de moda. A continuación, desgranamos los lugares más vibrantes de la bulliciosa Zaragoza. Los lugares por los que se mueve el maño moderno.

1. La Clandestina Café

Algo de neoyorquino tiene el interiorismo de La Clandestina Café. Un local con aires de loft industrial en el que es posible desayunar, comer, cenar o tomar la primera copa. Y todo en un ambiente que predica el estilo de vida slow; para viajeros tranquilos con alma cosmopolita dispuestos a arrancar la mañana desde este rincón situado en el número 9 de la calle San Andrés. Imperdible resulta su carta de postres cuya variedad en tartas bien merece una visita a esta cafetería donde todo aquel que acuda encontrará infinidad de ángulos para dar con la foto apta para compartir en sus redes sociales.

placeholder Imagen del interior de La Clandestina Café. (Imagen: Cortesía Comecome Zaragoza)
Imagen del interior de La Clandestina Café. (Imagen: Cortesía Comecome Zaragoza)

2. Le Marais

Diseño y más diseño. Un concepto elevado al cuadrado que se multiplica por 100 cuando se traspasa el umbral de esta tienda de decoración que parece sacada del celebérrimo distrito parisino que da nombre a la misma. Bohemia, chic y con un punto muy arty, en Le Marais es posible toparse con las cabezas de ciervo cerámicas de Guille García-Hoz, los platos ilustrados de Abe The Ape o las originales pastillas de jabón de The Singular Olivia. Un rincón altamente adictivo en el que tampoco faltan moda y complementos de autor que apuestan, cómo no, por los productos elaborados de forma artesanal.

placeholder Imagen del interior de Le Marais. (Imagen: Begoña Simón)
Imagen del interior de Le Marais. (Imagen: Begoña Simón)

3. El mercado de Ric

¿A la caza del perfecto 'souvenir' gastronómico? En este pequeño colmado situado en la calle Pedro María Ric número 25 no solo es posible tomarse unos encurtidos regados con algún vermú o vino de Aragón, sino también dar con el regalo perfecto que llevar después de visitar Zaragoza. Aceites de Belchite, conservas de Gallur o de Tudela, así como los irrepetibles escabechados de Castejón, entre otros, servirán como obsequio perfecto para los paladares más exigentes. En este espacio ecléctico, que conserva la estética propia de los negocios de ultramarinos de antaño, hallarán parada y fonda todos aquellos que quieran hacer un alto en su visita a la capital aragonesa.

placeholder Un colmado con encanto. Así es El Mercado de Ric en Zaragoza.
Un colmado con encanto. Así es El Mercado de Ric en Zaragoza.

4. Tequila Sunset

Todo zaragozano (y hipster) que se precie debería saber que en Tequila Sunset tienen todo lo imprescindible para fardar -estilísticamente hablando- de apariencia moderna. Este establecimiento, situado en el número 14 de la calle Espoz y Mina, ofrece ropa y complementos con mucho encanto. Desde chubasqueros, pasando por gafas de sol, hasta llegar a carteras y complementos que son puro diseño. Marcas como Rains o Lemur harán las delicias de todos aquellos trendsetters que quieran dar un toque alternativo a su indumentaria del día a día.

placeholder Algunos de los complementos que hay a la venta en Tequila Sunset. (Imagen: Facebook)
Algunos de los complementos que hay a la venta en Tequila Sunset. (Imagen: Facebook)

6. Un alto en el camino

Estébanes, Mártires, Libertad, Ossau, Pino o Cinegio son solo algunos de los nombres de las angostas calles que conforman la zona de El Tubo: quintaesencia del tapeo maño que esconde infinidad de rincones aptos para comenzar la noche. La nómina de bares resulta infinita. Desde El Champi y sus célebres montados de champiñón hasta llegar a La Ternasca o Bodegas Almau, pasando por Casa Lac, La Republicana o Doña Casta con sus croquetas. Opciones todas más que recomendables para observar cómo y por dónde se mueven los oriundos de la ciudad.

7. Ric 27

De no ser un restaurante, Ric 27 podría ser perfectamente una tienda de antigüedades. En su interior, además de mesas y sillas antiguas y de diseño, alberga marcos, muebles y espejos de recalcitrantes aires vintage. Un local que hunde sus raíces en la cocina mediterránea... de Italia. ¿El motivo? Sus dueños, un zaragozano de ascendencia italiana y un italiano afincado en Zaragoza, forman el tándem perfecto para satisfacer los gustos gastronómicos de todos aquellos que busquen un restaurante diferente en la ciudad. Esta suerte de almoneda está ubicada en el número 27 de la calle Pedro María Ric.

placeholder Ric 27 un restaurante de comida italiana con alma de almoneda. (Imagen: Cortesía Comecome Zaragoza)
Ric 27 un restaurante de comida italiana con alma de almoneda. (Imagen: Cortesía Comecome Zaragoza)

8. Cebrián & Co.

¿Hamburguesas fuera de lo normal en un marco apto para publicar en Instagram? Afirmativo por partida doble. Así es este local que regentan los hermanos Javier y Jorge Blecua​, quienes se pusieron como objetivo revolucionar este plato tan americano allá por 2010. Llevan a gala haberse anticipado a las tendencias gastronómicas y han conseguido que su amplísima carta se convierta en trending topic entre los zaragozanos. Un local decorado con azulejos blancos o ventanales de hierro ubicado en la calle Jorge Guillén.

placeholder Imagen del interión de Cebrián and Co. (Foto: Facebook)
Imagen del interión de Cebrián and Co. (Foto: Facebook)

9. Mi habitación favorita

Pasteles, mermelada y limonada. Este trinomio perfecto para la hora de la merienda se escribe Mi habitación favorita: el personalísimo proyecto de Laura de la Rúa, una madrileña afincada en Zaragoza. Abandonó su carrera profesional como ingeniera industrial para montar este establecimiento desde el que sirve y vende productos sin gluten. Un local decorado con colores pastel en el que también tienen sitio los eventos, las reuniones con amigos y las celebraciones en familia.

placeholder Mi habitación favorita: el lugar perfecto para tomar pasteles y limonada. (Imagen: Cortesía Comecome Zaragoza)
Mi habitación favorita: el lugar perfecto para tomar pasteles y limonada. (Imagen: Cortesía Comecome Zaragoza)

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Hubo un tiempo en que el nombre de la actual Zaragoza se declinaba en latín. Los romanos llamaban Caesar Augusta a una ciudad que, entonces y ahora, bailaba al son del caudal del río Ebro. Un torrente de agua solo roto por las pilastras de uno de sus puentes –el de piedra– que lleva siglos uniendo las dos partes en que se proyecta esta urbe y que bien merece un paseo por uno de sus márgenes para otear algunas de las maravillas arquitectónicas de la capital maña.

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