10 trucos de wedding planner para organizar una boda como las de Instagram (sin estrés)

Si estás enfrascada en esa tarea tan cinematográfica de organizar tu boda: localizar los exteriores e interiores, elegir cada elemento del atrezo y atender al más mínimo detalle, en plan productor, nada como contar con la ayuda de quienes acostumbran a hacer lo propio un día sí y otro también. Estos trucos y consejos de wedding planner te ayudarán a hacer tus sueños nupciales realidad... y sin estrés. Con flores, muchas, y lo que haga falta. Cámaras y acción. ¡Empieza la película!

1. Sí, quiero. Y ahora ¿qué?

Una vez dado el sí preceptivo, empieza el rodaje, la hora de la verdad. Según Patricia y Lidia Gómez, las sevillanas responsables de Weddings With Love, cuyas bodas son, vaya por delante, “bailongas y disfrutonas”, lo primero que hay que hacer precisamente es decidir si “contar con la ayuda de un profesional para el diseño, planificación, organización y coordinación de la boda”; por supuesto fijar la fecha, concretar si va a ser civil o religiosa, y “tener una ligera idea del estilismo, ya que puede condicionar la búsqueda del espacio”. Después, lo ideal es contar con un año y medio para planearla, aunque, como dice Patricia, “hemos organizado bodas en dos meses”.

Por su parte, Moira González Wittig, de A-Típica, una de las grandes (y ya mítica) organizadoras de bodas con encanto en Madrid, lo fundamental es “establecer un presupuesto realista con el fin de priorizar unas partidas frente a otras, recurrir a profesionales que te ayuden a gestionar el tiempo, el presupuesto y a coordinarlo todo el día de la boda, tener siempre un plan B, sobre todo para bodas en el Norte, donde el tiempo es muy variable; reservar proveedores y localizaciones con antelación para no perder la fecha, y fijarse en los pequeños detalles, que son los que marcan la diferencia de una boda con respecto a otra”.

2. Una boda para cada pareja

El enlace en cuestión puede ser con aires románticos, espíritu campestre, toque vintage..., pero lo que la define es, según Patricia Gómez, “la personalidad de la pareja. Debe tener su esencia y que cuando sus invitados lleguen al evento digan: 'Esta boda tiene el sabor a los novios'. No hay dos parejas iguales y por tanto no hay dos bodas iguales”. Pero por dar ideas, las responsables de WWL confirman que “predominan las bodas bohos, románticas y la gran mayoría al aire libre. Vemos novias con vestidos confeccionados con tejidos naturales, con caída y movimiento, y casi todas optan por llevar una pieza de orfebrería o flores como corona o diadema. En este momento -asegura Patricia-, no suelen verse novias princesas”.

3. Ocho estilos, ¿con cuál te quedas?

Esto es un cuento de hadas en toda regla (el papel de hada madrina se lo piden las WP), así que hay que urdirlo bien. En 'Wedding Planner, el libro para organizar una boda', las chicas de WWL tienen hasta ocho estilos muy bien definidos. A saber: shabby chic, romántica, campestre o rústica, urbana, clásica o conservadora, palaciega, boho, vintage y temática. Sobre esta última, Patricia Gómez apunta que “también pueden mezclarse estilos y que queden geniales. Por ejemplo, en una boda rústica podríamos crear un córner de limonada con un mueble vintage y unos cuadros con estampados shabby chic. Y los tres estilos calzarían a la perfección”.

4. Lo más especial...

Atención, porque para las chicas de WWL lo que hace más especial una boda es... la parte gastronómica. Y lo explican: “Quizás suene raro que una WP, amante de la decoración y todos los detalles divinos de una boda, diga que la comida es lo principal, pero para nosotras es la parte que más hay que cuidar, ya que se lleva la mayor partida presupuestaria. Recomendamos ofrecer materia prima de primera calidad, vinos buenos, champán... Además, la decoración de la mesa, la música y la bebida durante la fiesta harán que el invitado se lleve una idea general supersatisfactoria de la boda”. Está claro: “Todo el mundo se acuerda de si comió bien o mal en una boda o si el DJ fue bueno o malo”.

5. Lo último de lo último

La tendencia, tal y como nos cuenta Patricia Gómez, es que las novias diseñen sus propios zapatos, que los peinados “sean mucho más desenfadados”, que la decoración de la mesa esté cuidadísima y que el estilismo floral cobre más protagonismo. “Si la ceremonia es civil -añade-, no suele faltar un córner de aguas de sabores, limonada, granizada... Y si la boda es de noche, se cuida muchísimo la iluminación con un paraguas de luces, lámparas, luces indirectas, velas...".

6. Una boda muy Pinterest

Y quien dice Pinterest dice Instagram: “Todos sueñan con las bodas que ven en estas redes sociales, que están continuamente inspirando a nuestras parejas, y en los blogs y revistas". Y todo lo que se ve “por supuestísimo se puede encontrar en nuestro país. Las mejores bodas se hacen aquí. Los españoles somos muy creativos y tenemos todos los recursos que necesitamos”, afirma esta wedding planner. Y no solo esto: “En nuestro país tenemos haciendas, fincas, casas-palacios, castillos... que son realmente increíbles”.

7. ¿Barra libre?

Un poco más de orgullo patrio, de parte de una de las fundadoras de WWL: “Las parejas españolas son muy buenos anfitriones y no escatiman en gastos ni detalles a la hora de sorprender y cuidar a sus amigos. Somos unos de los pocos países que ofrecemos barra libre de copas a sus invitados. Nos ha pasado en muchísimas ocasiones en las bodas de extranjeros que los invitados han querido pagarnos las copas que pedían en barra y cuando les informábamos de que eran gratis, se quedaban alucinados”.

8. Cómo sería la boda ideal

Para las chicas de WWL, la boda perfecta sería "de día, en una ceremonia civil, con un arco floral precioso y en la que se diera la bienvenida a los invitados con un buen champán. Durante el aperitivo, tendría que haber música en directo, show cookings, sushi y ostras, entre otras cosas ricas. Y para el almuerzo, mesas largas con una decoración floral que dejase a todos con la boca abierta. Y para la fiesta, todo. Lo pondríamos todo: coctelería premium, música con violín o saxo en directo, una chica que fuera DJ y un candy bar de al menos ocho metros con dulces y golosinas". Ni Babette y su festín (guiño cinematográfico).

9. Hortensias, peonías...

Ya lo han dicho las wedding planners de WWL: las flores mandan y mucho en una boda, casi diríamos que gobiernan. Les hemos preguntado por ellas a Claudia Rodríguez y María Redón, de Sibilina Deco, decoradoras florales, quienes nos aconsejan para esta primavera las hortensias y según se acerque el verano, las peonías. Pero siempre teniendo en cuenta el entorno: “La finca, si es en la playa o la ciudad, la estación del año... Todo eso influirá en el proyecto”. Este empieza por el ramo, que suele ser “equilibrado en cuanto a variedad de flor y colores”, y sigue con los pajes, los centros de mesa, la decoración del cóctel si se desea un montaje espectacular y los sitios clave por donde pasa la mayoría. Si por ellas fuera, lo llenarían todo de flores: “Nunca sobran, bien elegidas y en armonía con el sitio en cuestión nunca están de más. De hecho, las bodas más espectaculares cuidan mucho la decoración y nunca faltan flores”.

10. ¿Y si pones flores artificiales (=naturales)?

Eso significaría que podrías tener el ramo para toda la vida. “Mi idea es que las novias luzcan un ramo de aspecto natural en su boda y que luego puedan reconvertirlo en un bonito centro que les dure para siempre, o incluso varios centros pequeños para repartir entre amigas, hermanas...”, explica Sonia Mompó, la encargada de hacer realidad esta locura desde su atelier Los Detalles de Sonia. Sus flores artificiales, que lo son pero no lo parecen, permiten “elegir y lucir cualquier flor esté o no de temporada, que la novia tenga el ramo en su casa varios días ante de la boda, sin preocuparse de si se estropea o no por el calor; encargar a juego adornos para el coche, prendidos para el novio, padrino... e incluso ramos mini para las damas de honor, y decir adiós a la alergia al polen”.

Sonia Mompó elegiría “algo cero convencional pero a la vez muy romántico”. Sus favoritas son las mezclas silvestres: “Desde brezo a lavandas, flor de apio, alcachofas, alliums, y todo ello mezclado con hortensias, peonías, lilas, etc”. Los ramos que se llevan, según nos dice, tienen un toque silvestre y diferentes volúmenes: “Vuelven los ramos en cascada, pero también con muchas mezclas. En general, la tendencia en la colocación de las flores es cada vez más desorganizada, como si hubieran cogido unas flores del campo sobre la marcha para hacer el arreglo”. Por supuesto, las pondría aquí y allá y en todas partes: los prendidos del novio y padrino, un ramillete para las damitas de honor, los adornos del coche; en función del peinado de la novia, quizá un pequeño detalle en el pelo, y también para las invitadas. Todo a medida.

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