De ruta por la dehesa salmantina: un viaje al hogar del toro bravo a través de ocho fincas

Salamanca cuenta con el mayor número de ganaderías de toro bravo de España, aproximadamente unas doscientas. En catorce de ellas abren sus puertas a quien desee conocer la dehesa y el trabajo con el toro bravo, su cría, selección genética, el trato, desde la protección de los pitones con fundas de fibra de vidrio a su alimentación, y la preparación para la lidia, que realizan algunas de las familias con más historia dentro del mundo de la ganadería de bravo. Las catorce dehesas tienen en común que ofrecen un recorrido por los cercados donde se encuentran las vacas madres y las crías, los novillos, los machos de un año, de dos y de tres, y por último los destinados a la corrida que ya han cumplido los cuatro. En algunas de ellas, también se produce o engorda el cerdo ibérico. Estas dehesas tienen sus puertas abiertas: los ganaderos quieren divulgar su trabajo. Apúntatelo en tu agenda viajera.

1. Finca Carreros de Fuenterroble

En el recorrido que ofrecen para conocer la ganadería de Carreros, se visita la capilla, la plaza de tientas, y el emblema de la dehesa: la casa, un auténtico museo lleno de recuerdos familiares, de fotos con figuras del toreo como Bienvenida, Manolete, Dominguín, cabezas de toro, carteles de corridas, sillas de montar, fustas, espuelas, zahones, polainas. Juan Carlos Martín Aparicio hijo transmite con gran entusiasmo que pertenece a una de las estirpes de ganaderos que más historia tiene a sus espaldas, mientras muestra la pieza clave de la casa, que solo se encuentra como tal en Salamanca: la cocina charra, que en este caso se mantiene como hace 150 años. En torno a ella se han reunido personalidades importantes del mundo de la literatura y de la política. Un almuerzo de productos de la zona en la Panera y una exhibición de doma vaquera son un colofón perfecto  de la visita.

2. Finca La Roblicita

​Al frente de esta dehesa atravesada por el río Yeltes, el que baña la cuna del toro de lidia, se encuentran los hermanos Alberto y Javier. “Aunque la gente le tiene miedo, el toro de lidia es un animal que si le respetas, no embiste nunca”, afirma Alberto Revesado. En La Roblicita, situada muy cerca de la Peña de Francia, ofrecen visitas de dos horas de duración, la posibilidad de estar en un tentadero, y ver acciones de acoso y derribo de los toros de la ganadería Torrealba. Muy cerca se encuentra la laguna y la ermita dedicada al Santo Cristo de la Laguna, de gran tradición en tierras salmantinas, y un lugar especial para los amantes de la ornitología desde donde se observan garzas, cigüeñas negras, milanos…

3. Finca El Zarzosillo de Abajo 

A las puertas del Parque Natural de las Batuecas-Sierra de Francia, el paisaje es mucho más salvaje porque la altitud de la zona condiciona el tipo de vegetación donde se impone el roble. Fernando García Rodríguez, ingeniero agrónomo, es el representante de la quinta generación que se encuentra al frente de la ganadería de Adelaida Rodríguez creada en 1890. La ruta que ofrecen la denomina Safari Charro. Además de la visita a su ganadería, dan la posibilidad de la visita a Cavenes del Cavaco, el recorrido del yacimiento y la entrada al Centro de Interpretación de la Minería Romana del Oro (Tfno: 659 418 17).

4. Finca Cabezal Viejo

Rafael Cruz, procedente de Bilbao, dirige la dehesa y ganadería José Cruz, que su padre levantó en medio del campo charro. Su padre, en 1991 consiguió su sueño de niño de tener una ganadería, lo que la convierte en una de las pocas ganaderías de nueva generación, donde se unen tradición y modernidad. Considerada como una de las más modernas de la región, han construido los muros de piedra que rodean la finca, una ermita por encima de la casa principal, la casa para el mayoral y la del vaquero. El recorrido de la dehesa en el que ponen de manifiesto el amor y cuidados al toro, se inicia haciendo la visita a la ermita a bordo de un premiado remolque de gran capacidad. A partir de visitas de 30 personas ofrecen la posibilidad de participar en una comida campera a base de carrilleras, caldereta de carne, embutidos, patatas meneás...

5. Finca Valdelacoba

El punto fuerte de esta finca es la posibilidad de alojarse en un hotel de diez habitaciones y despertarse rodeado de encinas y toros bravos pastando, antes de realizar paseos en coches de caballos para estudiar de cerca el toro bravo, o de realizar rutas a pie para observar las piaras de cerdo ibérico de pata negra criados entre encinas y alcornoques, de donde proceden los embutidos que venden.

6. Finca El Villar de los Álamos

Heredero de la Ganadería de Mercedes Pérez Tabernero Montalvo, Guillermo Marín explota de todas las formas posibles la dehesa. Las visitas guiadas en 4x4 para cuatro personas, y hasta diez en remolque, se inician en la plaza de tientas donde han toreado Manolete, Ordóñez, Bienvenida, el Viti... La dehesa, situada entre encinas centenarias, tiene una ganadería brava y mansa, además de cerdos ibéricos con los que elaboran un producto muy selecto, cabras, burros zamoranos, gallinas, caballos, percherones. Cuentan con instalaciones para celebrar bodas, seminarios y congresos.

7. Finca Las Tapias

Para conocer de cerca el toro de lidia, Alberto Orive realiza visitas en remolque con capacidad para 40 personas. Sus actividades permiten asistir a los herraderos de la ganadería Orive durante los meses de otoño: descubrir y aprender cómo se hace un trabajo tradicional como la identificación de los becerros y la separación de las madres. También hay la posibilidad de presenciar una exhibición de acoso y derribo, un espectáculo de recortadores o un tentadero. En los salones de su casa ofrecen una degustación de sus productos ibéricos y platos de la cocina tradicional. Disponen de casa rural en Villares de Yeltes, a escasos kilómetros de la dehesa.

8. Finca Gusende Moscosa

El arte y mundo taurino se dan cita en esta dehesa de la mano de Antonio Palla y su esposa Adora Calvo. Ofrecen un lote completo que incluye una visita al patrimonio histórico de Salamanca, otra a un centro de arte contemporáneo como el DA 2 o a la galería de arte Adora Calvo, y el recorrido por la dehesa que cuenta con dos plazas de tienta, así como una degustación de productos ibéricos. Para ambos la profesión del ganadero es algo muy vocacional y pasional, volcada en el proceso de cría del toro bravo y en reivindicar la defensa de un animal prehistórico que necesita ser protegido.

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