Mudanza sin estrés: todas las claves para cambiarte de casa sin morir en el intento
¿Misión imposible? No tanto. Decenas de cajas, metros y metros de cinta de embalaje y mucha organización y paciencia es lo que necesitas para no dejar tu salud mental en el camión
Los psicólogos lo tienen claro. Mudarse es la tercera causa de estrés nocivo, justo por detrás de los procesos de duelo y de los despidos. Vaya, que todas esas veces en las que pensaste en cambiar de piso, no tenías ni idea de la que se te venía encima. Si lo analizamos detenidamente, es normal que las mudanzas nos descoloquen por completo. No se trata solo de abandonar el que ha sido nuestro hogar durante un tiempo (que se dice pronto), se trata de comenzar una nueva etapa. Es decir, un cambio. Y al ser humano no le gusta cambiar, esto es así. Viviríamos toda la vida en la misma casa y nos sentaríamos en el mismo sofá con tal de no tener que enfrentarnos a ese horrible momento de '¿me lo quedo o me lo llevo?'.
Porque no podemos negar que una mudanza implica meter en cajas todo aquello que nos define y decidir si queremos seguir cargando con ello y verlo todos los días o no. Que lo mismo en plena mudanza nos damos cuenta de que no queremos llevarnos a nuestra pareja. Ahí lo dejamos. Sin embargo, como esto ya es otro tema mucho más complejo, nos centraremos en conseguir que superes la mudanza material con matrícula de honor. Poder se puede, pero tienes que estar preparado. ¿Acaso ibas a los exámenes sin boli?
El tiempo es clave
No nos referimos a si lloverá o no el día que decidas realizar la mudanza. Estamos hablando de que si te mudas el día 8, no empieces a empaquetar el 7 por la noche. “De cajón”, pensarán muchos. Pues no. Con los horarios laborales y los diversos compromisos sociales, las horas vuelan y puedes encontrarte el día de antes sin una sola caja hecha. De ahí que lo mejor sea planificar los tiempos. ¿Cómo? Coge un calendario y marca las fechas en las que iniciarás una tarea y la terminarás. Exacto. No dejes ningún cabo suelto. “Pero si lo único que hay que pensar es el día de la mudanza y punto”, dirán otros. Error.
Antes de plantearte establecer una fecha de salida, piensa que debes hablar con la empresa de mudanzas y/o con los amigos o familiares que puedan ayudarte y coordinar tu agenda con las suyas. Nadie dijo que fuera fácil. Es por ello que el timing es fundamental si no quieres terminar llorando entre cajas a medio hacer.
Cuestión de espacio
Si te mudas a una casa más grande, podrás llevarte todo lo que quieras, pero si por el contrario tu nueva vivienda es más pequeña o está distribuida de manera muy diferente a la anterior… ¡bingo! No podrás llevarte ese sofá esquinero modular de cinco plazas que tanto te gusta. Es cuestión de usar un poco el sentido común y las matemáticas de toda la vida. Ah, y en caso de que sí puedas llevártelo contigo, asegúrate de que cabe por la escalera. No te hagas un ‘Friends’.
Proceso de selección
Siéntate frente a cada objeto, prenda, cuadro y vaso como si fueses Risto Mejide. Puede que esa estantería tuviese talento, pero si ha perdido chispa o no encaja allá a dónde vas, no lo dudes, destiérrala de tu vida para siempre.
Mudanzas en equipo, mejores mudanzas son
Da igual que vivas solo, involucra a tus familiares y amigos en este ‘planazo’. Obviamente, tendrás que ofrecerles algo a cambio dado que se van a dejar la espalda subiendo y bajando cajas. Unas cervezas, terminada la mudanza, lo arreglarán todo. Y si contrataste un camión de mudanzas, lo mismo te puedes hacer con uno de cerveza.
Organiza una fiesta de despedida
Puede sonar a película barata de Hollywood, pero lo cierto es que pegarte una buena juerga en el que en breve pasará a ser el piso de otra persona es la mejor manera de cortar todo vínculo con él. Eso sí, es probable que el casero no te devuelva la fianza íntegra si la fiesta se te va de las manos. Si quieres recuperar tu dinero, será mejor que al día siguiente hagas esto:
Organiza una fiesta de inauguración
Sí, lo sabemos, todo tiene que ver con fiestas. Pero, queridos, las celebraciones sociales son la sal de la vida. Si festejamos bodas, bautizos y comuniones, ¿por qué no también el inicio de una nueva vida en un lugar mejor? Y si es peor, con más motivo.
P.D: Y si no quieres destruir aún tu nuevo hogar con una party, siempre puedes tirar de nido familiar.
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Los psicólogos lo tienen claro. Mudarse es la tercera causa de estrés nocivo, justo por detrás de los procesos de duelo y de los despidos. Vaya, que todas esas veces en las que pensaste en cambiar de piso, no tenías ni idea de la que se te venía encima. Si lo analizamos detenidamente, es normal que las mudanzas nos descoloquen por completo. No se trata solo de abandonar el que ha sido nuestro hogar durante un tiempo (que se dice pronto), se trata de comenzar una nueva etapa. Es decir, un cambio. Y al ser humano no le gusta cambiar, esto es así. Viviríamos toda la vida en la misma casa y nos sentaríamos en el mismo sofá con tal de no tener que enfrentarnos a ese horrible momento de '¿me lo quedo o me lo llevo?'.