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El método definitivo para escoger gimnasio y no volver a equivocarte
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FITNESS INTELIGENTE

El método definitivo para escoger gimnasio y no volver a equivocarte

En septiembre y en enero un virus de rápido contagio y corta duración se extiende por la población. Recibe el nombre de 'buenos propósitos'.

Foto: © Victoria's Secret
© Victoria's Secret

En septiembre y en enero un virus de rápido contagio y corta duración se extiende por la población. Recibe el nombre de 'buenos propósitos'y sus síntomas más comunes suelen ser apuntarse al gimnasio, a una academia de idiomas o iniciar una dieta. Sus efectos secundarios suelen saldarse con un gasto económico inútil y una desazón existencial por ser incapaz de perseverar en el empeño.

No existe vacuna para tal virus, pero sí que se han descubierto algunos remedios que retrasan (e incluso hacen desaparecer) los efectos secundarios. Los especialistas apuntan que la prevención es uno de los más efectivos. En el caso de los gimnasios, una buena elección del centro es mano de santo. Así que si notas que estás incubando el buen propósito 'quiero apuntarme al gym', no te asustes ysigue las siguientes prescripciones.

NO TE VAYAS A UNO QUE ESTÉ DONDE CRISTO PERDIÓ LA ALPARGATA

Uno de los síntomas del virus es hacernos sentir imbatibles y capaces de sobrellevar cualquier incomodidad en pos de nuestro ideal. Te han dicho que ese gym es baratísimo o que tiene unas clases que no imparten en otros y te apuntas, porque estás segura de que serás capaz de cruzar la ciudad en llamas si fuera necesario. Pero no, no es necesario y a la sazón es poco práctico. Busca uno cerca de tu trabajo o de tu casa o aún mejor: apúntate a una cadena que tenga centros en esas dos ubicaciones para no tener excusas.

DI LA VERDAD Y NADA MÁS QUE LA VERDAD: ¿QUÉ ES LO QUE MÁS ODIAS DE IR AL GYM?

Los gimnasios tienen infinidad de prestaciones y pagar por ellas o decantarse por el centro que las ofertenos puede parecer un capricho innecesario en estos aciagos tiempos de cinturones estrangulados. Sin embargo, cada cual sabe que tiene algo que le da una pereza atroz. ¿Odias hacer la bolsa? Busca uno en el que te faciliten la toalla y el jabón. Y si sabes que no será suficiente, contrata una taquilla y el servicio de lavandería. ¿Detestas verte a ti misma como la patosa de la clase? Contrata un entrenador personal. ¿Tu deporte preferido es lanzar con rabia el despertador? No te apuntes al horario matinal para ahorrarte unos eurillos.

REPITE LA MÁXIMA: PUEDO CONSEGUIR UN DESCUENTO

El dinero es la coartada perfecta para desapuntarse sin cargo de conciencia y cayendo de bruces en otra variante del virus: 'este año tengo que ahorrar'. Consulta las webs de descuentos (groupalia, groupon, letsbonus, offerum…), que suelen ofrecer bonos a precios muy accesibles. Pero no caigas en la trampa de matricularte por un año: no te cases con tu gym hasta que sepas que es el de tu vida. Consulta si tu colegio profesional o tu empresa tienen acuerdos con algún centro. También puedes bajarte la app Gymforless, que por 5 o 10 € te da acceso a un número limitado de días (entre 1 y 30) en más de 200 gimnasios.

QUÉDATE CON EL QUE TE DÉ LO QUE QUIERES, CUANDO QUIERES

El 95% de las mujeres se apuntan a clases dirigidas, así que si no eres la rarita del 5% restante, una de tus motivaciones será matarte a hacer spinning o darle al zumba. Decide qué días puedes dedicarle a la actividad física y qué actividades quieres hacer. Coteja los horarios de esas actividades y podrás tomar la decisión sin despeinarte.

SOMÉTELO A LA PRUEBA DEL ALGODÓN

Hazte una lista con tus preguntas más insidiosas, recorre todas las instalaciones y si es necesario, toma notas, contacta con algún usuario para que te explique su experiencia personal y pide una jornada de prueba.

HAZ TRAMPA

Bájate la app Gymadvisor, creada por dos emprendedores españoles, que te permite elegir el más adecuado o comprar pases.

En septiembre y en enero un virus de rápido contagio y corta duración se extiende por la población. Recibe el nombre de 'buenos propósitos'y sus síntomas más comunes suelen ser apuntarse al gimnasio, a una academia de idiomas o iniciar una dieta. Sus efectos secundarios suelen saldarse con un gasto económico inútil y una desazón existencial por ser incapaz de perseverar en el empeño.

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