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38.000 € por un perfume personalizado, el lujo de oler diferente
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38.000 € por un perfume personalizado, el lujo de oler diferente

En Fragrance Lab diseñaban olores para reflejar el carácter de los individuos. Un experimento que transformó a Selfridges en un laboratorio.

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En Fragrance Lab diseñaban olores para reflejar el carácter y el comportamiento de los individuos. Un experimento que transformó la planta baja de Selfridges en un laboratorio durante dos meses (mayo y junio de este año). El comprador se adentraba en un viaje sensorial e interactivo en busca del perfume perfecto: tras hacer el check in en la futurista recepción, el recorrido se iniciaba en la zona de iPads. Con la tableta respondían a un cuestionario para conocer los hábitos de compra, los gustos olfativos y la personalidad. Después, continuaban en solitario guiados por un iPhone y unos auriculares a través de distintas estancias para tocar objetos y olerlos en busca de evocaciones. Al final, con toda la información recopilada en 15 minutos, se le entregaba un frasquito de 50 ml (y 83 euros) con su fragancia a medida en función del carácter (elaborada por el perfumista Givaudan).

Harrods acaba de inaugurar Salon de Parfum, un exclusivo espacio en la sexta planta, con los mejores perfumes y un servicio para crearlos personalizados por prestigiosos perfumistas como Henry Jacques y Roja Dove. También Kilian Hennessy, nieto del fundador del grupo LVMH, y cuestan algo más de 38.000 euros (sí, has leído bien). Un reflejo más del triunfo de la individualidad en su vertiente más lujosa. Muchos otros artesanos diseñan un aroma único, siguiendo esta tendencia ya consolidada de customizarlo todo, de distinguirse de los demás (también en el olor) en este mundo globalizado. "La gente busca algo diferencial, que se adapte a su propia persona, una esencia con la que te identificas e incluso te recuerda a etapas de tu vida", explica Antonio Rosique, formador de Shiseido y Serge Lutens, uno de los artistas de las fragancias que marcan tendencias.

Cuando vas a comprar un perfume (de autor) de Serge Lutens, los consejeros de ventas te ayudan a escoger el que más se adapta a tu personalidad. Primero averiguan quéaromas te gustan y cuáles no. Luego te preguntan cómo te definirías diciendo de forma espontánea 2 o 3 adjetivos. En su tienda emblemática de París, Le Palais Royal, personalizan el envase con el nombre o las iniciales. Solo allí pueden adquirirse sus ediciones limitadas en frascos con forma de campana adornados con piedras preciosas (cuestan 800 euros y casi siempre están vendidos a coleccionistas antes de lanzarlos). Basándose en esa experiencia de ventas, la firma ha clasificado cada perfume en función de la personalidad: L’Eau, el más vendido en España y conocido como el antiperfume porque literalmente huele a limpio (a jabón), lo asocia con una mujer transparente, simpática y noble. Fleurs d’oranger, el segundomás exitosoaquí, con cariñosa, reservada y tímida. Eltercero, Ambre Sultan, con una fémina sofisticada, singular y especial.

Para fragancias únicas otra opción es combinar varias a la vez. Todas las de Jo Malone London combinan entre sí (y son unisex). Pero no es alquimia. Se vaporizan y superponen varias sobre la piel. "Lo normal es ponerte dos capas pero también pueden ser tres o las que quieras. Sobre gustos no hay nada escrito. Puedes echarte una por el día y luego pulverizar otra distinta para salir por la noche", afirma Patricia Bolás Olcina directora de comunicación y relaciones públicas de Jo Malone London. Ese sello único también se logra con diferentes texturas. Por ejemplo, con una esencia y una crema de cuerpo o con esta y un gel de baño. La firma sugiere algunas combinaciones dependiendo de la personalidad: Peony&Blush Suede con Saffron para una mujer clásica y elegante, Earl Grey & Cucumber con Tuberose Angelica para una persona que huye de los convencionalismos y Amber & Lavender con 154 para el hombre que busca un aroma limpio. Aunque para oler distinto a los demás, debes ir a la tienda y probar y probar.

En Fragrance Lab diseñaban olores para reflejar el carácter y el comportamiento de los individuos. Un experimento que transformó la planta baja de Selfridges en un laboratorio durante dos meses (mayo y junio de este año). El comprador se adentraba en un viaje sensorial e interactivo en busca del perfume perfecto: tras hacer el check in en la futurista recepción, el recorrido se iniciaba en la zona de iPads. Con la tableta respondían a un cuestionario para conocer los hábitos de compra, los gustos olfativos y la personalidad. Después, continuaban en solitario guiados por un iPhone y unos auriculares a través de distintas estancias para tocar objetos y olerlos en busca de evocaciones. Al final, con toda la información recopilada en 15 minutos, se le entregaba un frasquito de 50 ml (y 83 euros) con su fragancia a medida en función del carácter (elaborada por el perfumista Givaudan).

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