Nuestra experiencia Aquabiking, el spinning de las sirenas

El frío ha llegado, por lo que nada me hace más feliz que meter en mi bolsa de deporte un bikini en lugar de una sudadera. ¿La razón de un gesto tan veraniego en pleno noviembre? Me dirijo al centro Veeva Form dispuesta a probar las mieles del Aquabiking. En mi tabla de entrenamiento habitúo a hacer media hora de bicicleta a diferentes intervalos de intensidad, una tabla basada en las tradicionales clases de spinning, pero me apetecía probar algo diferente con lo que experimentar los beneficios dela resistencia hidrodinámica.

Gracias a la hipogravidez, la presión hidrostática y la resistencia al movimiento, es menos posible sufrir lesión alguna. Al reducir el impacto el medio acuático, la tensión sobre las articulaciones disminuye. La clase, de 45 minutos, consta de calentamiento, una fase de aceleración y estiramientos, y se puden quemar hasta 800 calorías por sesión. Todo ello en una piscina a 29 grados de temperatura. En mi caso, compartí experiencia con dos alumnas y con Carlos Díaz Montiel, nuestro coach. Me explica que el ejercicio y la tensión muscular son continuados gracias a que el pedaleo progresivo facilita que cuando realizas un sprint y vuelves al ritmo normal, el esfuerzo sea también continuado gracias al agua. Sobre tierra, si pedaleas a gran velocidad y paras en seco, la bici se detiene, pero esto no ocurre bajo el agua. Es decir: la resistencia constante que ejercefacilita su ejecución y reduce el riesgo de lesiones. Se consigue un trabajo isotónico durante todo el ejercicio.

En el spinning tradicional, al elevar los glúteos del sillín, tendemos a cansarnos mucho. Sin embargo, compruebo que en el agua todo es más sencillo. Lo que más me gusta es que puedes elevarte tan solo unos centímetros del sillín (algo que en tierra exige un esfuerzo tremendo) y mantener la postura durante un prolongado tiempo sin sufrir tanto. De esta forma, trabajas muslos y glúteos con especial hincapié. "Al estar en el agua, este medio resta sufrimiento a la articulación y se centra solo en el trabajo de la musculatura. Da lugar a una buena vascularización, elimina la piel de naranja y logras hacer ejercicio pero con un constante masajeo de agua", explica Carlos Díaz Montiel. Le pregunto si al hacer esta postura mis muslos ensancharán mucho por el trabajo muscular que exige. "No te preocupes: el aquabiking elonga los músculos y estiliza la figura, pero nunca hará que tus muslos parezcan más grandes, sino más tonificados", asegura.

Trabajamos los brazos con diferentes ejercicios en los que apartamos el agua hacia un lado, manteniendo el otro brazo sujeto al manillar, para repetir luego el ejercicio con el brazo contrario. También trabajamos los bíceps con mancuernas de kilo y medio mientras mantenemos un pedaleo continuo. "Los pies van a un ritmo constante. Si tienes un nivel alto, lo que recomiendo es que a medida que avanza la canción, se acelere el ritmo de pedaleo para terminar tanto con los brazos como con las piernas preparadas para el siguiente tema", explica Carlos.

Uno de los ejercicios más exigentes consistió en seguir pedaleando mientras nos situamos por detrás del sillín, con únicamente cabeza y hombros fuera del agua. Para mantenerte a flote, ante la ausencia del agarre del manillar, has de emular los movimientos de braza de natación.

Me fui de la clase feliz: había conseguido pasarme una clase de spinning, que habitualmente no me gusta, sonriendo sin parar y sin la incomodidad del sudor habitual. Y como me aseguró nuestro coach, no tuve agujeta alguna. 1,2,3... ¡Splash!