Una dieta 'detox' diferente en la que comer y no contar calorías son clave para perder peso
Jacynthe René come tartas cada día, no tiene en cuenta las calorías de su dieta y no le diría que no a un McDonalds. Así es el estilo de vida 'detox' que va a cambiar tu mente (y tu silueta)
La cercanía del verano bombardea las redacciones de moda y estilo de vida con decenas de libros plagados de trucos y recetas para perder peso. Sin embargo, un ejemplar nos llama especialmente la atención. Se trata de Vivir y comer detox para gourmets, de Jacynthe René, un libro carente de reclamos que anuncien cómo bajar una talla o que vendan recetas bajas en calorías. "No es una dieta, es elegir alimentos sensatos y naturales que eliminan toxinas y evitan que otras se acumulen", se explica en la contraportada. No pudimos -no quisimos, más bien- dejar pasar la oportunidad de desayunar con su autora para hablar de un estilo de vida que huye de las dietas. La propia Jacynthe no solo come tartas cada día, sino que solo hace deporte un día a la semana.
¿Qué quiere decir exactamente eso de "detox para gourmets"? ¿Es diferente a la fiebre por el detox que invade los medios y que aboga por dietas basadas en zumos para purificar los excesos? “La diferencia esencial reside en que mi filosofía de vida exige comer. De hecho, en mis seminarios comemos mucho, incluso tomamos postres de chocolate cada día, y te puedo asegurar que nadie coge peso. Muchas mujeres no se suben a la báscula durante mis seminarios porque temen haber engordado. ¿Sabes qué ocurre cuando finalmente lo hacen? Que la mayoría ha adelgazado. La alimentación que promuevo ayuda a perder peso, porque todo lo que se come es digerible para el cuerpo. Es gourmet porque es una alimentación deliciosa que no implica comer dos o tres ‘lechuguitas’. En realidad es un sistema de vida fácil y asequible que nos hace sentir bien”, afirma mientras toma un zumo de naranja natural.
En Vivir y comer detox para gourmets, Jacynthe cita como algunos de los beneficios del detox diario (no circunstancial) la pérdida de peso natural, la disminución del índice de grasa mala, una piel magnífica o la mejoría de problemas digestivos. Todo apunta a que Jacynthe coincide con Edzard Ernst, profesor de medicina de la universidad de Exeter, que asegura que el detox del que todos hablan es "una palabra utilizada por los emprendedores y charlatanes que venden tratamientos vacíos que prometen desintoxicar las toxinas que nuestro cuerpo ha adquirido". ¿Son las dietas detox que se siguen durante una semana, pues, inservibles?
“No sirven para nada. Tenemos necesidad de comer, no podemos vivir de zumos. El secreto está en el bienestar. Desintoxicarnos en una semana es sencillamente imposible. No se puede cambiar la alimentación de un día para otro, yo recomiendo hacerlo de forma progresiva. Por ejemplo, una buena idea es comenzar desayunando un smoothie verde -en su libro, su receta incluye un plátano, dos puñados de espinacas, leche de almendras y una cucharadita de chlorella en polvo-. De esta forma tendremos más energía y necesitaremos menos comida a lo largo del dia. Es importante no imponernos cosas: la vida es demasiado corta y hay que asociar la felicidad a algo sostenible”, aclara Jacynthe.
De acuerdo: la alimentación detox que aboga por eliminar los lácteos y el gluten nos llena de energía, pero por mucho que queramos negarlo, vivimos obsesionados con las calorías. Si tenemos en cuenta que el libro incluye recetas de hamburguesas, quesadillas, muffins y brownies, ¿cuál es el secreto de esta alimentación para lograr que los que la siguen estén siempre delgados?
“Justo acabo de declarar la guerra a las calorías. Al contabilizarlas al comer, tratamos a nuestro cuerpo como si fuera un laboratorio de química. Lo que realmente tenemos que tener en cuenta son los nutrientes de los alimentos y preocuparnos de que nuestro cuerpo los reconozca y digiera. El aspartamo, por ejemplo, no aporta calorías, pero es tóxico. El apio, por el contrario, tampoco tiene calorías, pero sí muchísimos nutrientes. No hace falta contar calorías, simplemente hay que comer. Una señora con sobrepeso, tras seguir mi alimentación durante seis meses, perdió 20 kilos. ¿El truco? COMER. Nunca hay que dejar de comer”, explica Jacynthe René. Durante una etapa de su vida, apuntaba las calorías que ingería en una libreta. Tras años obsesionada con las calorías, tiró el cuaderno. Se dio cuenta de que las calorías son una mentira y una obsesión que no solo se fomenta desde las industrias, sino desde los propios nutricionistas.
Asegura que su alimentación es tan completa que nunca siente hambre, pero ¿qué snack podemos tomar los que comemos sin tanta dedicación? “Alguno de los bizcochos de los que hablo en mi libro o las bolas energéticas de Audrey, cuya receta también encontrarás ahí”, asegura sin dudarlo. No puedo evitar comentarle lo sorprendida que estoy ante esta afirmación. ¿Realmente una persona que come con normalidad no va a engordar si en lugar de cinco almendras o unas crudités toma un bizcocho para saciar el hambre? “Es imposible coger peso con estas recetas, porque aportan nutrientes, que son los que asimila el cuerpo. El resto lo elimina. Por ejemplo, mis brownies son nutritivos y no aportan calorías vacías. Hay que comer y disfrutar, no estar toda la vida calculando calorías. Yo antes tenía miedo de comer, al igual que te ocurre a ti o a muchas mujeres, pero llegó un día en el que comprendí que había que ver las cosas de forma diferente. Hay que utilizar la comida como una ayuda, como algo que nos cuida. No hay que estar en guerra con las comida ni contar calorías ni cantidades”, asegura.
Más tarde, vuelvo a mirar la receta de las bolas energéticas de Audrey. Acostumbrada a leer las indicaciones únicamente tras haber comprobado que las calorías del plato a cocinar parecen apropiadas para mi dieta, me extraña no ver por ningún lado alusión alguna a las calorías del plato en cuestión. En cambio, una foto a toda página de estos dulces contradice el recetario de cualquier persona obsesionada con las dietas. Esta receta incluye 3/4 de taza de almendras crudas, 3/4 de taza de dátiles, 1/4 de taza de albaricoques secos, una cucharada de semillas de chía, media cucharadita de maca en polvo, media cucharadita de semillas de cáñamo descascarilladas, una cucharada de jarabe de arce o de miel, cuatro cucharadas colmadas de manteca de coco y 1/3 taza de proteínas en polvo.
Siempre que leemos libros acerca de comida natural o nos recomiendan introducir quinoa y alimentos ecológicos en la dieta, una pregunta asalta nuestras mentes. ¿Es asequible comer así? ¿Puede una mujer trabajadora asumir este tipo de alimentación, que parece requerir una planificación muy elaborada? “Yo siempre ando metida en decenas de proyectos y te puedo asegurar que tengo tiempo para todo. Mis recetas no exigen más de cinco o diez minutos. Por la mañana siempre preparo un smoothie, que exige tan solo cuatro minutos. El domingo hago barritas energéticas o bizcochos, y así cada día comienzo el día con mi smoothie y una barrita. Si quiero comer ensaladas, que aliño con mi vinagreta -en su libro incluye una versión sencilla que se realiza con media taza de mantequilla de almendra, media taza de agua filtrada, zumo de limón y una cucharadita de mostaza de Dijon-, puedo guardar la salsa en la nevera durante una semana, por lo que no tengo que perder ni un minuto en mi día a día. Para comer, por ejemplo, basta con coger una hoja de arroz o de alga, meter la verdura dentro, poner mi salsa, enrollar la hoja y ya está todo listo. Siempre ceno quinoa con verduras o germinados, y cocinarla conlleva solo tres minutos”, explica René.
No queremos parecer escépticos, pero una vez que asumimos que seguir esta alimentación no exige mucho tiempo y que nuestra apretada agenda no va a sufrir cambios, ¿cómo podemos introducir este estilo de vida en España, donde nos encanta comer fuera? “El estilo de vida detox es totalmente compatible con una agenda social ajetreada. Yo como así en mi casa, pero luego voy a comer a casa de mis amigos o a restaurantes. No hay que vivir obsesionado con la alimentación, pero hay que tener en cuenta que hay que buscar alimentos saludables. En mi estancia en España, por ejemplo, voy a aprovechar para tomar tomate con aceite de oliva. Aquí el pescado es fresco, algo que es difícil de encontrar en América”.
Por último, si la invitáramos a comer al McDonalds… ¿saldría corriendo? “Para nada. Me tomaría una ración de patatas fritas”, sentencia. Una ración mediana tiene 450 calorías, pero supongo que eso, a Jacynthe, le da totalmente igual. Abandono el lugar con la firme promesa de dar una oportunidad al universo detox. Desafortunadamente, cuando llega la hora de comer, me tomo una Coca Cola Light, una fuente de aspartamo que anuncia que, quizás, la actitud detox no va con todos.
La cercanía del verano bombardea las redacciones de moda y estilo de vida con decenas de libros plagados de trucos y recetas para perder peso. Sin embargo, un ejemplar nos llama especialmente la atención. Se trata de Vivir y comer detox para gourmets, de Jacynthe René, un libro carente de reclamos que anuncien cómo bajar una talla o que vendan recetas bajas en calorías. "No es una dieta, es elegir alimentos sensatos y naturales que eliminan toxinas y evitan que otras se acumulen", se explica en la contraportada. No pudimos -no quisimos, más bien- dejar pasar la oportunidad de desayunar con su autora para hablar de un estilo de vida que huye de las dietas. La propia Jacynthe no solo come tartas cada día, sino que solo hace deporte un día a la semana.