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Conejilla de indias: probamos la mascarilla de colágeno de cerdo y otras terapias beauty
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BELLEZA ENTRE BAMBALINAS

Conejilla de indias: probamos la mascarilla de colágeno de cerdo y otras terapias beauty

Lo hemos probado: desde una mascarilla de colágeno de cerdo a un exfoliante de pies que te convierte en Walking Dead, y este es nuestro veredicto

Foto: Lady Gaga (sí, es ella) también se somete a extrañas sesiones de belleza
Lady Gaga (sí, es ella) también se somete a extrañas sesiones de belleza

Cuando trabajas en el sector de la moda y la belleza, es habitual sorprenderte a ti misma siendo el conejillo de indias de la redacción. Mis experiencias con el 'pole dance' y el aeroyoga en aras del periodismo fruto del trabajo de campo me han hecho replantearme alguna que otra vez el comenzar a valorar la idea de elaborar un testamento (es broma. O quizás no….). Tras años en este sector, he conocido a redactores jefe que tras probar determinadas infiltraciones faciales no han podido salir de casa a lo largo de un mes entero por unos resultados que harían que el personaje de 'El grito' de Munch pareciera un ser en paz consigo mismo. He visto de cerca a editoras de moda con erupciones cutáneas alarmantes resultantes de probar una crema determinada y he comprobado cómo una base de maquillaje de acabado supuestamente natural ha hecho que compañeras de la redacción parecieran preparadas para salir a bailar al festival de Río de Janeiro.

Pero la llegada de los 30 ha hecho que me encontrara, de forma voluntaria, ofreciéndome como conejillo de indias de tres productos de belleza bien diferentes que había comprado yo misma, por mi cuenta y riesgo (y nómina): un sérum que potencia el crecimiento de las pestañas, una mascarilla nocturna de colágeno de cerdo (sí, has leído bien) y un exfoliante de pies que te fuerza a pasar dos semanas cambiando de piel cual serpiente de forma extrema, han sido los productos que han pasado por mi neceser… y por mis carnes (y capilares). He aquí el veredicto.

1. Collagen Jelly Sleeping Pack, Dr. Phamor

Tener una amiga que llega tarde de forma sistemática tiene sus contras, pero si ocurre un gélido sábado y decides asumir la espera en la tienda de belleza coreana Miin, puede que haya sido tu día de suerte y la impuntualidad de tu BFF se haya convertido en tu mejor aliado 'beauty'. Mi vagancia ha sido la responsable de que nunca me haya interesado por los tratamientos de belleza de Corea. Esos procesos de diez pasos diarios para lograr el cutis perfecto jamás me habían interesado hasta que, como comenté antes, la treintena llegó a mi vida. Había leído acerca del colágeno de cerdo y descubrí la mascarilla del Dr. Phorm. El 'packaging' rosa, con un cerdito como reclamo, no era precisamente un llamamiento a la sofisticación, pero tras haber leído muchas virtudes de esta mascarilla nocturna, decidí llevármela.

Mi piel es extremadamente seca y, tras usar la crema durante una noche (su textura gelatinosa hace que con una cantidad muy pequeña logres cubrir el rostro por completo) y retirarla por la mañana, comprobé que las líneas de expresión de la frente se habían alisado (en realidad tengo una línea de expresión, pero el plural daba fuerza a esta afirmación) y mi piel estaba, por primera vez desde hace años, realmente jugosa. Llegada la tarde, una compañera de trabajo alabó mi piel. Cuando le comenté que se debía al colágeno de cerdo, creyó que le estaba gastando alguna de mis incomprensibles bromas, pero ahora ella ya tiene su mascarilla en casa. Basta con aplicar una cantidad muy pequeña para tener suficiente para cubrir el rostro completo y huele como uno de esos productos de belleza de firmas de gama media-baja; es decir: huele muy bien, aunque su aroma no es natural del todo. 

2. Xlash: el sérum que promete unas pestañas interminables

Descubrí este producto al ver un 'selfie' que una amiga había subido a su Facebook. “¿De dónde han salido esas pestañas?”, me pregunté mientras le mandaba un mensaje. “¿Son postizas?”, le dije, olvidando el pudor. Ella me habló de del sérum Xlash, que se aplica cada noche como si de un 'eyeliner' se tratara. Es decir: se aplica en la raíz de las pestañas, que han de haber sido previamente desmaquilladas. Tras investigar por internet y comprobar la satisfacción de un abrumador número de clientas, opté por hacerme con uno. Puesto que mis pestañas son anormalmente largas y curvadas (no puedo ponerme gafas de sol sin que las pestañas se aplasten, literalmente, contra los cristales), creí poco posible que un producto enfatizara aún más el aspecto de las mismas. Me equivocaba. Al mes de usar el sérum cada noche, desconocidos comenzaron a preguntarme con inusitada asiduidad (antes de usar Xlash, me lo preguntaban una vez al mes. Tras usarlo, se convirtió en una constante semanal) si llevaba pestañas postizas. Los resultados son visibles tras uno o dos meses, por lo que hemos de ser constantes y pacientes. Una vez notemos los resultados, habrá que continuar aplicando el sérum un par de veces a la semana para mantener el acabado. Porque me temo que si dejas de hacerlo, las pestañas vuelven a su ser pasados los meses. 

3. Shiny Foot Super Peeling Liquid, de TonyMoly

Llevo más de un año intrigada por un exfoliante de pies que, según anuncian cientos de foros de la red, funciona de maravilla. ¿El problema? Te obliga a pasar por un proceso de cambio de piel digno de película de terror. Nunca me había atrevido a hacerme con él porque siempre que ha venido a mi mente, ha coincidido con etapas de buen tiempo y créanme: según las imágenes de Google, ningún ser humano debería ser forzado a ver el estado de los pies hasta que se logran los resultados deseados, por lo que llevar sandalias no es compàtible con la operación 'pies de bebé’. Pero este invierno me he acordado de la mascarilla de pies TonyMoly (también coreana) y me he lanzado a la piscina. 

Se trata de un tratamiento exfoliante con ácido láctico y ácido salicílico, que minimizan las durezas de los pies. Tras introducirlos en las bolsas que contiene y verter en su interior el líquido que incluye el 'pack', has de esperar entre una y dos horas para que se absorba la sustancia. Tras retirar el producto con agua, pasados los días, las células muertas de la piel comenzarán a caerse.

A los cuatro días, me estaba duchando cuando creí que me había dejado los calcetines puestos: notaba algo extraño en la planta de los pies. Al mirar, comprobé que el proceso estaba comenzando y me preparé mentalmente para lo que estaba por llegar. Busquen imágenes en Google si se atreven, pero no es bonito, y yo me ducho cinco días a la semana en el gimnasio: el momento de secarse los pies, cuando estos parecen salidos de 'La matanza de Texas', no es óptimo y me fuerza a ocultarlos con la toalla con pavor a que alguien descubra mi secreto. Cada día se caían más células muertas, hasta el punto de que el suelo de casa y las sábanas de la cama estaba llenas de restos. Es importante no tirar de las pieles (algo complicado) hasta que termine el proceso, que suele durar dos semanas. Por supuesto, si estás soltera y has ligado, prepárate para inventar una excusa que explique el estado de tus pies (no: no es sutil). Lo que me gustó es que la planta de los pies no pica en ningún momento y realmente las zonas conflictivas, en mi caso la zona trasera, tardan más en escamarse, pero lo hacen finalmente. Eso sí: pasarás dos semanas dejando restos de piel a tus espaldas. 

Conclusión final: volvería (¡y volveré!) a comprarme los tres productos. Eso sí: el sérum de Xlash no es apto para impacientes, el 'packaging' del colágeno de cerdo espantará a amantes de la estética y del minimalismo, y el 'peeling' de pies de TonyMoly aterrará a aprensivas. 

 

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Cuando trabajas en el sector de la moda y la belleza, es habitual sorprenderte a ti misma siendo el conejillo de indias de la redacción. Mis experiencias con el 'pole dance' y el aeroyoga en aras del periodismo fruto del trabajo de campo me han hecho replantearme alguna que otra vez el comenzar a valorar la idea de elaborar un testamento (es broma. O quizás no….). Tras años en este sector, he conocido a redactores jefe que tras probar determinadas infiltraciones faciales no han podido salir de casa a lo largo de un mes entero por unos resultados que harían que el personaje de 'El grito' de Munch pareciera un ser en paz consigo mismo. He visto de cerca a editoras de moda con erupciones cutáneas alarmantes resultantes de probar una crema determinada y he comprobado cómo una base de maquillaje de acabado supuestamente natural ha hecho que compañeras de la redacción parecieran preparadas para salir a bailar al festival de Río de Janeiro.

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