Los nueve mandamientos del perfecto 'sunning' veraniego
Has dicho adiós a calles y parques para hacer de las olas tu 'playlist' y de la playa tu lugar de entrenamiento. Pero, ¿conoces los trucos para correr de forma correcta?
Nos gustan los anglicismos, así que a eso de correr por la playa –como se ha hecho toda la vida–, ahora le llamamos 'sunning'. Se le ponga el nombre que se le ponga, cada verano, los corredores aprovechan la orilla del mar para practicar su deporte favorito. Lo han hecho desde siempre, pero ahora se ve más: básicamente por el auge del 'running', el deporte más barato y adictivo, que está viviendo una época dorada. Si estás a punto de echar una carrera con el mar como 'playlist', he aquí algunas cosas que debes saber.
1. La hora mágica
El amanecer y el atardecer son los momentos más indicados, por dos razones: no te achicharrarás y no cubrirás de arena a los bañistas que quieren tumbarse a la bartola en vez de ejercitar su cuerpo. Vive y deja vivir. De todas formas, además de echar una carrerita, también puedes aprovechar las horas de aglomeración playera para caminar, que es un ejercicio ideal para la circulación. Eso sí, aunque te levantes más pronto que las gallinas, no te olvides de utilizar protección solar y una gorra.
2. Adiós calorías
Uno de los beneficios de correr por la playa es que fulminas más calorías, porque debes hacer un mayor esfuerzo. Por ello, se recomienda que, al menos en tus primeras carreras, reduzcas tanto la distancia como el ritmo al que acostumbras a correr. Bajar la velocidad es importante, porque te enfrentas a un terreno que no es el habitual y podrías lesionarte. Y cuando te des cuenta de lo que cansa –teniendo en cuenta que estás de vacaciones– seguramente reducirás tú mismo el tiempo de entrenamiento.
3. Más en menos
No te sientas culpable por entrenar menos, pues correr por la playa es un ejercicio realmente duro para tu cuerpo, en especial para los músculos del tren inferior. Cuádriceps y gemelos se tonificarán a conciencia, así que si buscas lucir esas partes de tu cuerpo, estás en el lugar adecuado. Eso sí, no olvides que precisamente por la dureza del ejercicio es imprescindible que estires bien antes y después. Si quieres compensar ejercitando también el tren superior, te va a tocar hacer flexiones sobre la arena.
4. Escoge el terreno
Debes buscar una zona en la que la arena esté un poco húmeda y, por tanto, la superficie sea más regular. Las superficies blandas son más peligrosas si no estás acostumbrado a correr al son de las gaviotas, porque estas áreas engullen tobillos y eso pueden provocar torceduras. Los mejor es correr por la orilla. Y si realmente estás buscando un entrenamiento que te permita superar tus marcas y estás preparado para ello: puedes acercarte lo más posible al agua para que ejerza resistencia y te obligue a trabajar más duro. Lo ideal es hacerlo cuando haya bajamar.
5. Fortalece tus articulaciones
Si no tienes ningún problema previo, la arena te brinda la oportunidad de llevar a cabo un entrenamiento muy completo, porque mejora el equilibrio y la estabilidad –al ser una superficie inestable– lo que se acaba traduciendo en un incremento de la propiocepción. Y, por otra parte, trabajas las articulaciones de forma más profunda, pero sin el impacto que se produce sobre el asfalto.
6. Hidrátate
Es el mantra que le repiten a cualquier deportista, como si la sed no fuera suficiente indicativo para hacerlo. Pues bien, aquí puede que no lo sea. La brisa marina y la humedad pueden engañarte y hacer que no te des cuenta que necesitas beber hasta que sea demasiado tarde. Así que va bebiendo agua regularmente y no cuando ya no puedas más.
7. Ni se te ocurra hacerlo si...
Has sufrido alguna lesión reciente. El impacto sobre la arena es más inestable y si no tienes las articulaciones en solfa, puede que esa lesión que ya parecía superada, quiera amargarte unas vacaciones a las que no ha sido invitada. Si crees que ya está superada, consulta, al menos, a un especialista antes de saltar a la arena.
8. ¿Calzado o descalzo?
Esta es la pregunta del millón, pues el 'barefoot' ha puesto de moda los pies nudistas. Se recomienda que cuelguen las deportivas a aquellos que realmente ya llevan tiempo corriendo, han trabajado a fondo su pisada y tienen un nivel medio-alto. No en vano las marcas de zapatillas invierten un dineral en conseguir la amortiguación y el impulso perfecto. Si te decides por sentir la arena directamente sobre tus pies, apoya bien los dedos para darte impulso e intenta correr por la parte del principio de la playa, donde no encontrarás tantos objetos y la arena es más firme. Y ten cuidado con las infecciones.
9. Y, sobre todo, disfrútalo
Correr por la playa le da una patada al estrés y te produce una relajación que difícilmente conseguirás en la ciudad, con los tubos de escape de fondo. Por ello, es importante que te lo pases bien haciéndolo. Tómatelo como una actividad de ocio más y no como una obligación.
Nos gustan los anglicismos, así que a eso de correr por la playa –como se ha hecho toda la vida–, ahora le llamamos 'sunning'. Se le ponga el nombre que se le ponga, cada verano, los corredores aprovechan la orilla del mar para practicar su deporte favorito. Lo han hecho desde siempre, pero ahora se ve más: básicamente por el auge del 'running', el deporte más barato y adictivo, que está viviendo una época dorada. Si estás a punto de echar una carrera con el mar como 'playlist', he aquí algunas cosas que debes saber.
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