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Burbujas, sales y relax... Cómo montar tu propio spa casero
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Burbujas, sales y relax... Cómo montar tu propio spa casero

Barato y económico. Tu casa 'esconde' los placeres del lujo asiático en clave acuática. La relajación llama a la puerta... de tu baño y solo necesitas cuatro 'tips' para recibirla

Foto: Monta un spa en tu propio baño con estos cuatro sencillos pasos (Foto: Wildfox)
Monta un spa en tu propio baño con estos cuatro sencillos pasos (Foto: Wildfox)

Lo más probable es que no tengas un 'jacuzzi' en tu apartamento... ni falta que hace. Con una bañera y agua corriente te bastará para montarte tu particular balneario, aunque no tenga tantas propiedades terapéuticas. Eso sí, ni se te ocurra vaciar un bote de sal en el agua caliente. Mejor elige tratamientos con propiedades mineromedicinales, sigue nuestro ritual y disfruta de un momento 'detox' sin salir de tu propio baño. Hacerlo es fácil... si sabes cómo. No será igual que sumergirse en las piscinas de chorros de Puente Viesgo o disfrutar en la fuente de hielo de La Perla, pero, sin duda, es más placentero que una ducha rápida. Toma nota de los cuatro pasos básicos:

1. Crear ambiente

Está más que comprobado que los prolegómenos son importantes. En este caso, también; no te los saltes. Lo primero es rociar la habitación con un 'spray' de aroma delicado o encender una vela que invite a evadirte. La aromaterapia ejercerá un efecto relajante. Déjate llevar con Liquid Yoga Candle, de Mio (30 euros), una vela elaborada con cera natural y con una fragancia a menta y lavanda. Enciéndela 15 minutos antes para que sus aceites esenciales invadan la estancia.

2. Hora de purificarse

Si quieres que esta inmersión tenga algún efecto más que el de pasar el rato, aplícate y consigue una piel impoluta. Antes de sumergirte en el agua, elimina la suciedad del rostro con Bye Bye Make-Up, del Caldes de Boí. Es un tratamiento termal que deja una piel limpia y aterciopelada gracias al agua mineromedicinal de la Font del Bou (enriquecida con magnesio, de alto poder hidratante) y al calcio, regulador de la permeabilidad de las membranas celulares. Cuando termines, hazte un masaje exfoliante en el cuerpo, con el que retirar las células muertas y activar la circulación. ¿Una buena opción? El gel Peeling de Ducha, de Mondariz (11,50 euros), con agua termal del Balneario de Mondariz, que respeta el pH de la piel.

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'Shopping' para spa casero

3. Adiós a los problemas

Abandónate al placer de no hacer nada, sentir tu cuerpo y dejar tu mente en blanco. Vamos, sigue los dictados del 'mindfulness' y concéntrate en el aquí y el ahora. Eso sí, vigila que el agua no esté demasiado caliente, pues esto puede dañar la barrera hidrolipídica de la piel y, además, si es un hábito frecuente favorece la relajación de los tejidos y la ptosis mamaria (caída del pecho). ¿La temperatura ideal? Entre 28 ºC y 30 ºC, y no permanezcas en el agua más de 15 minutos, si no quieres resecar la piel. ¿Y el jabón? Gel Termal Hidratante (7 euros), del Balneario de Archena, que limpia al tiempo que calma la piel.

4. Acabado de profesional

Todo lo que empieza tiene que terminar, esta es una verdad irrefutable. Pero, bueno, siempre cabe consolarse con el 'que me quiten lo bailado'. Pues eso, llega el final y este requiere algo más que secarse con la toalla y enfundarse (a ser posible) en el pijama (de franela calentita o de seda, según los planes que tengas...). Pon el punto y final con una crema hidratante específica para rostro (por ejemplo, Hydrance Optimale, de Avène Eau Thermale, rica y untuosa, 18 euros) y otra para cuerpo (prueba la crema en gel de algas del Atlántico, de The Body Shop, superfresca, 26 euros).

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Lo más probable es que no tengas un 'jacuzzi' en tu apartamento... ni falta que hace. Con una bañera y agua corriente te bastará para montarte tu particular balneario, aunque no tenga tantas propiedades terapéuticas. Eso sí, ni se te ocurra vaciar un bote de sal en el agua caliente. Mejor elige tratamientos con propiedades mineromedicinales, sigue nuestro ritual y disfruta de un momento 'detox' sin salir de tu propio baño. Hacerlo es fácil... si sabes cómo. No será igual que sumergirse en las piscinas de chorros de Puente Viesgo o disfrutar en la fuente de hielo de La Perla, pero, sin duda, es más placentero que una ducha rápida. Toma nota de los cuatro pasos básicos:

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