¿En qué se diferencia el perfume de la colonia?
Las fragancias son uno de los elementos que mejor definen nuestra personalidad. ¿Conoces sus diferencias? Te explicamos por qué una colonia y un perfume son distintos
Seguro que tú también lo tienes. Ese característico olor que te define, con el que te sientes cómoda y que complementa al máximo tu personalidad. ¿A quién no le ha ocurrido que un olor nos recuerde a nuestro amigo o pareja? Las fragancias se han convertido en mucho más que un accesorio que nos complementa en nuestro día a día. En la actualidad los perfumes y las colonias se han convertido en nuestra seña de identidad.
Pero, ¿alguna vez te has planteado la diferencia que existe entre los perfumes y las colonias? A todos nos han surgido dudas a la hora de comprar una nueva fragancia. Pero, pese a alguna creencia que existe por ahí, lo cierto es que ni los perfumes son para mujeres, ni las colonias para hombres. Por lo tanto, es momento de desprenderse de esos absurdos roles de género y conocer las diferencias que existen en torno a ellos.
¿Qué diferencias hay entre los perfumes y las colonias?
Podemos diferenciar un perfume de una colonia en su composición. Especialmente en lo que hace referencia a la presencia de los aceites y a la cantidad de alcohol que se utiliza para darle pureza a la fragancia en cuestión. A la hora de analizar la calidad de cualquier fragancia es importante fijarnos en la densidad de la misma. Los perfumes y las colonias están, normalmente, fabricados en base a un conjunto de esencias que son las que dan como resultado ese olor característico que se convierte en parte de nuestra identidad. La concentración de dichas esencias son un elemento clave a la hora de discernir entre un perfume de una colonia.
El alcohol es, como decíamos, el segundo componente más importante para diferenciar el perfume de la colonia. Es la solución con la que se diluye el aceite esencial y está íntimamente relacionado con la capacidad de la fragancia para que su olor perdure en el tiempo.
En este sentido, las colonias cuentan con entre un 7% y un 9% de aceite esencial. Uno de los aspectos positivos que tienen es que, en su gran mayoría, pueden ser utilizadas varias veces durante el día sin miedo a que tenga efectos negativos sobre nuestra piel. La escasa concentración de esencia con la que cuentan hacen que su olor no sea capaz de perdurar en el tiempo.
Los perfumes, por contra, cuentan con una concentración de esencia mucho mayor que las colonias, pudiendo abarcar hasta un 30% de pureza. Esto que hace que, en combinación con el alcohol, permitan que la fragancia quede impregnada en nuestra piel durante un máximo de 8 horas. Apenas unas gotas de perfume por la mañana pueden ser suficientes para acompañarnos durante toda nuestra jornada sin miedo a desprendernos de nuestra fragancia.
¿Qué es mejor: la colonia o el perfume?
Pese a que existe una creencia de incompatibilidad entre ambas soluciones, lo cierto es que podemos combinarlas sin ningún problema. En la mayoría de los casos encontraremos la misma fragancia en su versión colonia y su versión perfume, solo debemos de saber buscarla.
Es habitual que, para el día a día, las colonias se usen en los meses de verano, por su carácter refrescante y poder paliar el calor con unas gotas durante varias veces al día. Mientras que en invierno, con la temperatura a la baja, lo habitual es encontrar en el perfume nuestro mejor aliado. No obstante, lo importante es encontrar la fragancia con la que nos sintamos más cómodos. El resto, como siempre, será cuestión de gustos.
Seguro que tú también lo tienes. Ese característico olor que te define, con el que te sientes cómoda y que complementa al máximo tu personalidad. ¿A quién no le ha ocurrido que un olor nos recuerde a nuestro amigo o pareja? Las fragancias se han convertido en mucho más que un accesorio que nos complementa en nuestro día a día. En la actualidad los perfumes y las colonias se han convertido en nuestra seña de identidad.
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