Las mascarillas triunfan en Instagram: aprende a utilizarlas, para el pelo, la piel...
Las redes sociales las han situado en el mapa porque son versátiles, eficaces e incluso divertidas. Este es el momento para que aprendas cómo utilizarlas. Para todo
Las mascarillas son antiguas como el mundo, aunque al principio se conocían con el nombre mucho menos glamouroso de emplasto y se utilizaban para cicatrizar heridas o calmar dolores. Después, las mujeres de Egipto, Roma y la Grecia clásica vieron que algunos de estos emplastos conllevaban un efecto secundario –embellecían la piel– y se lanzaron a investigar y experimentar con los ingredientes que tenían más a mano. Según algunos investigadores, fue Popea, la madre de Nerón, la inventora de las mascarillas, pero lo más probable es que su reconversión de emplasto a cuidado facial surgiese de forma espontánea en varios lugares más o menos al mismo tiempo. En su obra 'El arte de amar', el poeta Ovidio describe mascarillas elaboradas a base de miel, bulbos de narcisos y huevo. El historiador Plinio cuenta que las mujeres de la isla de Quíos diluían en agua la arcilla blanca de su tierra para suavizar la piel.
Fórmulas limitadas, pero eso era antes
En el siglo XX, y tras una biografía con altibajos –en la Edad Media, las mascarillas desaparecieron, rebrotaron en el Renacimiento y ya siempre han estado ahí–, las mascarillas jugaban un papel muy marcado y siempre dentro de una líneas cosméticas. Todos los días, limpieza e hidratación; una vez por semana, mascarilla para cerrar el círculo. Todo muy pautado. Y las fórmulas eran limitadas: mascarillas hidratantes para pieles secas, mascarillas a base de barros para pieles acneicas y mascarillas capilares a base de germen de trigo para hidratar la fibra. Punto.
¿Una vez a la semana?
Pero luego llegó Instagram, a las celebrities les dio por fotografiarse con mascarillas de todos los pelajes y las subieron a la gran ola de la tendencia a una velocidad de vértigo: ¿quién habló de restringirlas a una vez por semana y por qué? Ahora puedes hacerlo incluso a diario combinando distintas necesidades –hidratar, reafirmar, iluminar, controlar la producción del sebo, calmar irritaciones, combatir pequeñas arrugas, etc– porque las posibilidades son casi inagotables; y puedes hacerlo en la textura que más te guste: polvos que se mezclan con agua, geles, cremas o las clásicas peel of (hay que esperar a que se sequen y luego retirarlas como una segunda piel).
Poderosos concentrados de principios activos
La industria cosmética ha dado una respuesta rápida a la súbita y fulgurante fama de las mascarillas y actualmente podemos decir de ellas que encierran en sus fórmulas poderosos concentrados de principios activos que son como una fuerza de choque en el tiempo que tu elijas. Porque hay mascarillas que actúan en tres minutos, en diez o durante toda la noche. Del placer que proporcionan se ocupan los aromas que calman o equilibran o energizan y las increíbles texturas. En definitiva: el fascinante e inagotable mundo de las mascarillas a tus pies, para que tu elijas, cambies, pruebes y experimentes.
En el neceser
• Adiós a los puntos negros en la nariz. El parche para la nariz de Sephora tiene extracto de carbón que absorbe y desincrusta los puntos negros de la nariz de una forma casi mágica. Solo tienes que dejarlo actuar 15 minutos y cuando lo retires no te lo creerás (1,99 €).
• Labios bien hidratados. Dos o tres veces a la semana, o cada vez que tengas los labios resecos o agrietados, aplícate un parche con manteca de karité de Sephora y déjalo actuar 15 minutos. Después verás que unos labios bien hidratados parecen más gruesos y, sobre todo, mucho más sexis (2,50 €).
• Buena cara en un instante. La firma
• Un cuerpo ultrasuave. Esta mascarilla es un canto al hedonismo. Contiene cristales de azúcar para eliminar las células muertas de la piel y extracto de orquídea negra, gardenia blanca y aceite de comino negro, que regenera e hidrata –esto es lo mejor –cualquier tipo de piel. Es la
• Acabar con la fatiga de los ojos (en 15 minutos). Los parches
• Un pelo fuerte y flexible. Intensive Spa Mask, de
• Purificar la piel y hacerse un selfie. Es una mascarilla peel off (se retiran como una segunda piel una vez secas), perfecta para quitar las impurezas de la piel pero tiene un giro superdivertido: la purpurina, que le da un aire un poco loco, perfecto para compartir en las redes. Es la Glitter Mask de
• Retrasar el envejecimiento del cuello. La firma Natura Siberica asume el reto con una fórmula superlujosa que contiene extracto de caviar negro y oro además de su complejo de hierbas energizantes, proteínas y ácido hialurónico. Hay que dejar que la mascarilla se absorba y después retirar el exceso con un algodón. ¿Su nombre?
• Aclarar y dar luz a la piel.
• Las plantas de los pies más suaves del mundo. Los tacones y la constante fricción entre los pies y el calzado se salda en forma de durezas y callosidades. La firma SVR acaba de presentar
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Las mascarillas son antiguas como el mundo, aunque al principio se conocían con el nombre mucho menos glamouroso de emplasto y se utilizaban para cicatrizar heridas o calmar dolores. Después, las mujeres de Egipto, Roma y la Grecia clásica vieron que algunos de estos emplastos conllevaban un efecto secundario –embellecían la piel– y se lanzaron a investigar y experimentar con los ingredientes que tenían más a mano. Según algunos investigadores, fue Popea, la madre de Nerón, la inventora de las mascarillas, pero lo más probable es que su reconversión de emplasto a cuidado facial surgiese de forma espontánea en varios lugares más o menos al mismo tiempo. En su obra 'El arte de amar', el poeta Ovidio describe mascarillas elaboradas a base de miel, bulbos de narcisos y huevo. El historiador Plinio cuenta que las mujeres de la isla de Quíos diluían en agua la arcilla blanca de su tierra para suavizar la piel.