Duermes mejor, pero se te ven más arrugas: los pros y contras de adelgazar

Bajar de peso supone un antes y un después en la vida, sobre todo para las personas que reducen su talla considerablemente. Y esa disminución de kilos significativa conlleva un sinfín de beneficios para la salud, pero también alguna consecuencia negativa. He aquí algunas ventajas y desventajas inesperadas de vencer a la báscula.

1. En tu cara se dibuja una sonrisa

Sobre todo cuando has perdido muchos kilos y te miras al espejo y pareces otra persona, se dibuja una sonrisa en tu cara, reflejo de la felicidad y el bienestar que sientes con tu nuevo cuerpo. Es más, algunos estudios apuntan que una actitud positiva es clave para cambiar los hábitos, en este caso alimenticios. Vamos, que si has perdido y quieres mantenerte en el peso ideal, sigue en esa línea de ver el lado bueno de todo.

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2. Duermes mejor

La apnea del sueño, un trastorno en el que la respiración se interrumpe brevemente cuando estás dormido, se ha relacionado con la obesidad, ya que la grasa adicional alrededor del cuello estrecha las vías respiratorias y dificulta la salida de aire mientras duermes. Así que perder peso te ayuda a respirar mejor y, por lo tanto, a dormir mejor. Un estudio de la Universidad de Pensilvania comprobó que las personas que bajaron al menos un 5% de su peso, durmieron de media casi 22 minutos más por noche. El sobrepeso también puede ser el culpable de tus ronquidos. Por tanto, si pierdes kilos, de paso reducirás estos ruidos tan molestos.

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3. Mejora la memoria

La obesidad afecta a la memoria y la concentración: está relacionada con una presión arterial alta, diabetes tipo 2 y una reducción del flujo sanguíneo al cerebro. Cuando bajas de peso y estos problemas desaparecen, mejora la salud cerebral, de acuerdo con un estudio de la Universidad Estatal de Kent elaborado con personas a las que se les practicó una cirugía bariátrica. Además,quienes cuentan con un índice de masa corporal (IMC) saludable tienen menor riesgo de padecer demencia que quienes presentan un IMC en el rango de obesidad, según un estudio de la Universidad de John Hopkins.

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4. La flacidez campa a sus anchas

Te has quedado en tu peso ideal, pero te enfrentas a un problema estético de primer orden: tu piel no se ha contraído y mires por donde mires, te sobra. Después de ver cumplido tu sueño de perder muchos kilos, toca quitar el exceso de piel, remodelando el cuerpo en el gimnasio y, si tu presupuesto te lo permite, con algún tratamiento. En los casos extremos, la única solución es la cirugía plástica.

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5. Las arrugas de la cara se notan más

Sí, con sobrepeso una capa extra de grasa rellena las arrugas y las líneas de expresión. Pero al adelgazar se hacen más evidentes. Así que si nunca habías tenido arrugas y te han aparecido de la nada al bajar de peso, ya sabes por qué ha sucedido.

6. Sientes más frío

Aunque la percepción del frío puede depender de varios factores, las células de grasa liberan energía cuando sienten frío con el fin de mantener el calor, así que al perder mucha grasa corporal, se elimina un aislamiento natural y algunas personas sienten más frío. Cuando estás en el proceso de perder peso, la restricción calórica ralentiza el metabolismo para ahorrar energía y esto provoca una reducción de la temperatura corporal. De ahí que a veces sobrevenga una molesta sensación de frío con la dieta.

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7. Aumenta el riesgo de cálculos biliares

Las personas que se han sometido a una dieta extremadamente baja en calorías y/o que han perdido peso muy rápidamente son más propensas a desarrollar cálculos biliares, como concluye este estudio de la Universidad de Alabama.

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