¿De verdad hacen falta tantas cremas?

La cosmética no para de crecer, de añadir nuevas fórmulas que, desde el punto de vista de la industria, habría que incorporar inmediatamente a la rutina diaria si queremos una piel sana y bonita. Sin embargo, cada vez son más los dermatólogos que avisan: una piel normal necesita pocos cosméticos; no está claro que agobiarla con capas de equilibrantes, esencias, sérums, hidratantes, bases de maquillaje, etc, no acabe por arruinar su salud; es decir, conseguir justo el resultado contrario de lo que buscábamos.

Limpiar la piel: con una leche y un tónico basta

La limpieza de la cara, por ejemplo. Sepultado el dúo limpiadora + tónico por los protocolos de limpieza que japonesas y coreanas siguen para mantener una piel intacta y que incluyen hasta cinco o seis cosméticos distintos para una higiene de la piel perfecta, ya no sabemos dónde estamos. ¿De verdad la piel necesita tanto? Pedro Catalá, farmacéutico, doctor en cosmetología y creador de Twelve Beauty, es tajante en su respuesta. “Yo soy más de utilizar pocos productos pero buenos. La limpieza es importante en nuestra rutina porque hay que limpiar pero sin agredir la piel. Las leches o cremas tradicionales que se retiran con agua y un tónico de nueva generación, es decir, sin alcohol, son los cosméticos ideales para que la piel esté limpia y equilibrada y sea receptiva a tratamientos posteriores.

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La exfoliación, en el punto de mira

El doctor Catalá no es partidario de esta rutina: “Las células muertas que se acumulan en la superficie de la piel ejercen una función de barrera protectora. La piel se exfolia de manera natural cada 28 días, cuando las células más maduras se van desprendiendo, a su aire. Al forzar este ritmo con una exfoliación, la epidermis queda desprotegida y más expuesta a agresiones de todo tipo. Entiendo el encanto de la exfoliación. La piel queda más luminosa y suave, si, pero también mucho más frágil, así que mi propuesta pasa por utilizar una mascarilla purificante una o dos veces por semana como plan B a una exfoliante”.

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El contorno de ojos, solo en algunos casos

También en el punto de mira, en este tema hay división de opiniones: para la industria cosmética, el contorno de ojos es imprescindible porque la piel de esta zona goza de una estructura diferente, más fina que la del resto del rostro, y tiene, por tanto, necesidades muy específicas. “Es cierto –dice Catalá–, pero hay sueros o cremas para el rostro que se adaptan muy bien a las necesidades del contorno. Solo una excepción: si utilizas una fórmula antimanchas o antiacné, entonces es mejor que uses un contorno de ojos convencional”.

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¿Qué hacemos en la ducha?

Junto con Italia, España es el país que más se ducha. Nos encanta el agua y los cosméticos muy espumosos todas y cada una de las veces que abrimos el grifo, algo, desde el punto de vista de los expertos, absolutamente innecesario. Pedro Catalá dice que entiende perfectamente el placer de ducharse con un jabón que genere mucha espuma, “pero la mayoría son muy agresivos porque tiene un pH muy elevado. Prefiero recomendar geles libres de sulfatos y derivados del oxido de etileno y que incluyan, en cambio, sustancias derivadas del azúcar, como el decyl glucoside, que además de lavar deja la piel muy hidratada.

¿Cada cuántos días hay que lavarse el pelo?

Es otro tema en el que las recomendaciones varían muchísimo, entre quienes sostienen que hay que lavarlo siempre que se sienta la necesidad de hacerlo y las posturas más austeras que aconsejan “aguantar un poco” y lavar el pelo cada dos, tres o incluso cuatro días. “Depende mucho del estilo de vida y el lugar de residencia. No es lo mismo hacer deporte que no hacerlo, vivir en una ciudad pequeña o en otra contaminada. La mala fama de los champús viene dada por la alta concentración de tensioactivos. De este rechazo nació el movimiento 'no-poo', que promueve el uso de champú sin espuma con fórmulas más delicadas y respetuosas con nuestro cabello”.

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En el neceser

•​ Una limpiadora de riesgo cero. Agua termal de Avène con activos hidratantes para eliminar hasta la última impureza sin riesgos de irritación o descamación. Es la Lait Démaquillant Douceur, de Avène (14,50 €. En farmacias).

•​ El tónico ultrasuave para completar la limpieza. Contiene extracto de caléndula para un extra de suavidad e, importantísimo, sin alcohol. Perfecto para todo tipo de pieles. Calendula Herbal Extracto Toner, de Kiehl’s, uno de los grandes clásicos de la firma (38,50 €).

•​ La hidratante que se funde con la piel. Voile protecteur, de Diptyque, es una emulsión de textura muy ligera que protege e hidrata la piel. Además, gracias a un extracto de viña, proporciona mucha luz (52 €).

•​ Una mascarilla purificante en lugar de una exfoliante. La que te proponemos contiene arcilla blanca, que elimina el exceso de sebo y desincrusta los poros. Se aplica una o dos veces por semana y, después de diez minutos, se retira con agua tibia. Es la Masque Purifiant Resines Tropicales, de Sisley (97,50 €).

•​ Aceite para todo tipo de pieles. Este aceite de Twelve Beauty es el primer aceite orgánico en roll on que trata todos los problemas de la piel, desde rojeces y flacidez hasta el acné, sin alterar su equilibrio (75 €).

•​ El champú más suave para el cabello. El champú epigenético de Nuggela & Sule protege el cuero cabelludo, ayuda a evitar la descamación, tiene una acción calmante y, además, estimula el crecimiento del pelo (19,90 €).

•​ Un gel de ducha respetuoso con la piel del cuerpo. Refreshing Gel de Apivita está formulado con aceites esenciales que proporciona la hidratación que necesita y una protección antioxidante natural (13 €).