¿Piernas cansadas o hinchadas? Los trucos y productos para solucionarlo
Si asocias el calor con la sensación de unas piernas que pesan como losas, sigue leyendo: te contamos lo que puedes hacer para que sean por fin ligeras. Sí, tienes que moverte del sofá
Llega el calor y con él, una sensación tan familiar como desagradable: al final del día, no caminas, más bien arrastras las piernas, que pesan como dos pilares de cemento. ¿Te suena? Seguro que si. Es una experiencia muy común –afecta al 80% de las mujeres, pero también a muchos hombres– que suele ir acompañada por calor, hormigueo, calambres e inflamación en la zona de los tobillos. El origen del problema está en que las venas de esta zona tienen ciertas dificultades para enviar la sangre de retorno desde las piernas al corazón. Esto provoca que el equilibrio de líquidos se altere y se acumulen hasta convertirse en un edema, es decir, en tobillos y piernas hinchados. Además del calor, el sobrepeso, los problemas circulatorios, algunos fármacos –anovulatorios o corticoides– y la ingesta excesiva de sal son salvoconductos perfectos para experimentar en toda regla el síndrome de piernas cansadas.
¿Qué hacer?
La buena noticia es que, además de consultarlo con el médico, podemos introducir variantes muy eficaces en nuestro estilo de vida.
1. Caminar: 30 minutos al día. Un paseo a buen ritmo y sin detenernos mejora la circulación y favorece el intercambio de líquidos.
2. Vigilar la dieta: si te aseguras de tomar unos dos litros de agua al día, consumir alimentos ricos en vitamina E y C –frutos rojos, cítricos, manzanas–, incluir verduras de todo tipo, y si además destierras las grasas, la harina refinada, las bebidas con gas o azucaradas, tendrás más de la mitad del trabajo hecho.
3. Piernas en alto: cuando llegues a casa, ponte ropa cómoda, túmbate y apoya las piernas en un cojín. Media hora en esta posición favorece la circulación sanguínea y el intercambio de líquidos. Una solución clásica, si, pero imbatible.
4. Agua fría, por favor: lo ideal sería acabar siempre la ducha aplicando el chorro de agua fría en círculos ascendentes, desde los pies hasta el cuello, pero, imposible negarlo, hace falta mucho valor. Sin embargo, hay una versión simplificada que funciona muy bien y es mucho más llevadera incluso durante el invierno: masajea unos minutos los pies, los tobillos y las pantorrillas con agua fría. Si no confías mucho en este sistema, haz la prueba: date una ducha al final del día, cuando la sensación de piernas cansadas esté en su momento más álgido, y comprobarás que la ligereza de las piernas es inmediata, casi mágica.
5. Muévete: si trabajas sentada, por favor, no cruces nunca las piernas porque esta postura dificulta la circulación. Levántate cada hora y camina unos minutos.
6. Bendita presoterapia: es una técnica tan clásica como eficaz. Consiste en meter las piernas en unos manguitos especiales que se llenan de aire y las comprimen y descomprimen de acuerdo con unos valores establecidos y controlados. El tratamiento –el numero de sesiones varía en función de la gravedad del problema– tiene como objetivo activar el sistema circulatorio, incrementar la tasa de oxígeno, evitar la retención de líquidos, reducir el edema y acabar con la sensación de pesadez. Puedes acudir a un centro de belleza pero hay también aparatos de presoterapia diseñados para ser utilizados en casa que funcionan muy bien
Siempre a mano
• Cuatro acciones.
• Si estás embarazada. La emulsión
• Efecto frío. El Gel Confort embellecedor de piernas
• Piernas libres. Este gel de Singuladerm, que se puede utilizar frío o a temperatura ambiente, calma la sensación de pesadez, disminuye y previene la retención de líquidos y descongestiona (26,56 €).
• ¡Qué alivio! El Gel Defatigante de Gerard's con extracto de mentol y de arándanos elimina de un plumazo la sensación de cansancio y pesadez. Llévalo en el bolso para repetir aplicaciones siempre que lo necesites (66,20 €).
• En ampollas. Hammamelis, castaño de indias, rusco y vid roja, el cuarteto anti piernas pesadas por excelencia, presentados en ampollas que se toman con el desayuno Venoforte de Arkopharma (12,90, 10 ampollas).
• Impulso electrónico.
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Llega el calor y con él, una sensación tan familiar como desagradable: al final del día, no caminas, más bien arrastras las piernas, que pesan como dos pilares de cemento. ¿Te suena? Seguro que si. Es una experiencia muy común –afecta al 80% de las mujeres, pero también a muchos hombres– que suele ir acompañada por calor, hormigueo, calambres e inflamación en la zona de los tobillos. El origen del problema está en que las venas de esta zona tienen ciertas dificultades para enviar la sangre de retorno desde las piernas al corazón. Esto provoca que el equilibrio de líquidos se altere y se acumulen hasta convertirse en un edema, es decir, en tobillos y piernas hinchados. Además del calor, el sobrepeso, los problemas circulatorios, algunos fármacos –anovulatorios o corticoides– y la ingesta excesiva de sal son salvoconductos perfectos para experimentar en toda regla el síndrome de piernas cansadas.
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