Aplicar colorete y conseguir un rubor natural es posible, toma nota
Un bonito rubor le queda bien a todo el mundo y, en el 99% de los casos, viene a marcar la diferencia entre estar viva o muerta (o por lo menos aparentarlo)
Hace unos años mi madre me regaló una cajita de colorete monísima que tenía en su neceser y que ya no usaba. Le dije que no se molestase porque no lo necesitaba y su respuesta fue tajante: "Cariño, todas necesitamos colorete".
Un bonito rubor le queda bien a todo el mundo y, en el 99% de los casos, viene a marcar la diferencia entre estar viva o muerta (o por lo menos aparentarlo). Es lo único que necesitas para conseguir tener buena cara y hasta parecer más joven. Pero ¿cómo se utiliza? ¿Hay que llevarlo conjuntado con el color de labios? ¿Con el color de la sombra de ojos? ¿Lo pongo en la mejillas? ¿Sobre el hueso del pómulo? ¿Debajo? ¿Rosa, rojo, lila, anaranjado, marrón? Pues la respuesta a todas estas incógnitas la tiene Pau Donés: "Depende". Del look que quieras llevar, el colorete depende.
Lo primero, el color
No hay nada como observarse bien delante del espejo. Lo mejor es imitar el tono que nos queda cuando nos ruborizamos de forma natural, el color que se te queda después de hacer un esfuerzo o el que consigues después de un paseo por el campo. A lo Heidi.
Resultado natural
Sigue con el ejemplo Heidi. Elige un tono rosa suave y aplícalo en la mejillas. Para ello, sonríe y aplícalo con toques suaves donde se elevan las mejillas.
Años 80
Para emular el look excesivo de la época prodigiosa, esculpe tu rostro utilizando un color potente como el fucsia o el lila. Aplícalo con una brocha gruesa siguiendo la línea del pómulo, desde la sien.
Accord Perfect Blush de L'Oréal Paris. Orgasm Illuminator de NARS. Majorette de Benefit.
Hagamos un trío
Utilizando un colorete tricolor (o incluso con cuatro o cinco tonos) podemos hacer virguerías con los denominados rostros planos; es decir, los que tienen las facciones muy poco marcadas. Para conseguir el milagro, aplica el más claro como si fuese un iluminador en la zona alta de los pómulos. Deja el tono medio sobre las mejillas para conseguir un efecto voluminizador y deja el más oscuro para la zona de debajo del hueso del pómulo para añadir profundidad.
Blush Prodige de Clarins. Blush Subtil de Lancôme. Shimmer Brick Compact de Bobbi Brown.
La forma de tu cara importa
Lo primero es saber qué forma tiene tu rostro y para ello lo mejor es contornear tu reflejo en el espejo con una barra de labios a la que no le tengas mucho apego. Obsérvala: ¿es ovalada?, ¿se parece más a un cuadrado o a un triángulo? Cada cara tiene su técnica:
• Ovalada: se dice que es la forma perfecta, así que puedes aplicar el colorete como quieras. Lo mejor, desde el pómulo a la sien.
• Cuadrada: si lo extiendes desde la mitad del pómulo hacia la sien, disimularás la dureza de la mandíbula.
• Redonda: crea un triángulo invertido con el colorete de la mejilla hacia abajo para simular más pómulo.
• Alargada: aplicando el trazo en horizontal añadirás el equilibrio perfecto.
Hace unos años mi madre me regaló una cajita de colorete monísima que tenía en su neceser y que ya no usaba. Le dije que no se molestase porque no lo necesitaba y su respuesta fue tajante: "Cariño, todas necesitamos colorete".