Guía básica para saber qué desodorante comprar y acertar (por fin)
Pocas referencias cosméticas son tan irremediablemente necesarias como un desodorante. Están a la altura del cepillo de dientes, pero a veces parece que no les prestamos atención
Es el básico de cualquier neceser, el elemento que nos proporciona seguridad. Pero tras su formulación se esconden miles de prejuicios y efectos secundarios que debes conocer mejor. Hazlo y puede que mejores tu rutina diaria.
Llega el momento de admitir que el sudor es el vital aliado para controlar la temperatura corporal a unos 37º y las encargadas de enfriar tu cuerpo son los 2-5 millones de glándulas sudoríparas con las que cuentas. Te recordamos que hay de dos tipos: las ecrinas (ubicadas en manos, pies y cabeza), que segregan un sudor inodoro compuesto de agua y sales; y las apocrinas (están en axilas y zonas genitales), que se activan por las emociones y emiten un sudor compuesto por lípidos y proteínas. Así, la mala fama que tiene no es culpa del propio sudor, sino de los millones de bacterias que colonizan la dermis (ya sabes que tu cuerpo es su paraíso).
Ellas se alimentan de algunos de sus componentes para obtener energía y, en el transcurso de los procesos químicos que se desencadenan, se genera el mal olor que nos trae de cabeza y que se agrava en los momentos en los que tu cuerpo necesita reducir más su temperatura. Para que te hagas una idea, en situaciones normales el cuerpo emite 0,5-1 litro de sudor a diario. Sin embargo, en ocasiones excepcionales de mucho estrés o con una actividad física intensa, se pueden alcanzar los 8 litros. Además, las cifras revelan que un 3% de la población española sufre hiperhidrosis, una sudoración excesiva (multiplica los parámetros de la habitual) que afecta particularmente a las axilas, las palmas de las manos y los pies.
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Entonces, ¿desodorante o antitranspirante?
"El primero solo neutraliza el mal olor gracias a la presencia de sustancias antibacterianas en su composición. Mientras que el segundo reduce el exceso de sudoración por bloqueo del canal sudoríparo por su activo de sales de aluminio que absorben la humedad y sanean", afirma Mónica Martín, product manager de la firma Ducray. La experta recomienda que pienses en tus necesidades y que la primera elección sea siempre un desodorante. "El antitranspirante se debería utilizar únicamente cuando hay un exceso de transpiración. Deberíamos ser cuidadosos en la elección ya que algunos componentes pueden causar reacción en determinados tipos de piel", apunta.
Los ingredientes más polémicos
Al comprar tu producto debes prestar atención a las sales de aluminio, el alcohol y los parabenos. Como dice la experta, las primeras son componentes de los antitranspirantes que se encargan de bloquear temporalmente los extremos de los conductos excretores de las glándulas sudoríparas para reducir la cantidad de sudor liberada. En los últimos años, la controversia ha estado servida al criticarles que no permiten eliminar las toxinas de forma natural y se les acusa de que pueden afectar al tejido mamario, relacionándolas con el cáncer de pecho. Sin embargo, hay un sector que defiende que no hay evidencias científicas para confirmar este último dato, pero sí de sus buenos resultados para la transpiración excesiva. Para reconocerlas en el INCI, búscalas bajo sus los términos más frecuentes (Aluminium chlorohydrate o Aluminium zirconium pentachlorohydrate) o bajo aquellos que incluyan ‘alum’ o ‘aluminium’. El alcohol está presente en muchas fórmulas ya que "los agentes activos de los antitranspirantes y desodorantes suelen estar disueltos en él", explica Mónica Martín.
Las razones son porque al aplicarlo sobre la piel se seca con rapidez, proporciona una sensación inmediata de frescura y sirve de vehículo para fragancias más agradables. Su lado oscuro es que puede provocar irritación en una zona tan sensible como son las axilas, que son sometidas a agresiones constantes como la depilación. Por último, la tiranía de los parabenos ha llegado a estos productos de higiene. Son conservantes de bajo coste incluidos por su capacidad de actuar contra las bacterias. Los fundadores de Freshly Cosmetics apuntan: "Se les relaciona con el cáncer de mama al imitar la acción de las hormonas femeninas e interferir en el sistema endocrino, encargado de segregar hormonas. Por todo ello está catalogado como tóxico". La conclusión es que su uso controlado está permitido, pero puedes evitarlos reconociéndolos en el INCI con el sufijo -paraben.
Manual de uso
La efectividad de un desodorante depende de mantener unas correctas pautas a la hora de utilizarlo. Hay que aplicarlo sobre la piel limpia y perfectamente seca para que el producto no se diluya. Además, antes de vestirte permite que la fórmula cosmética se absorba por completo durante unos segundos y, aunque lo ideal es aplicarlos un par de veces al día, ten en cuenta que por la noche es cuando menos transpiramos y por lo tanto cuando tiene más tiempo de actuación. Así ganarás efectividad. Trucos para controlar la transpiración. Los especialistas en antitranspirantes de la firma SVR lo primero que recomiendan es evitar los alimentos que pueden hacer que tu temperatura se dispare como el alcohol, la cafeína o los ingredientes picantes. El segundo de sus trucos es que elijas ropa ancha, realizada en tejidos naturales en lugar de las prendas sintéticas que retienen la humedad y mantienen los malos olores. Por último, quizá el tip más complicado es que aprendas a controlar las situaciones que te generan estrés (culpable de muchos de tus picos de sudoración) con ejercicios de meditación o respiración.
6. Desodorante Active Protection, de Freshly Cosmetics (14 €). Natural, con tecnología antibacteriana y desodorante que calma y mejora la salud de la piel. 7.
Es el básico de cualquier neceser, el elemento que nos proporciona seguridad. Pero tras su formulación se esconden miles de prejuicios y efectos secundarios que debes conocer mejor. Hazlo y puede que mejores tu rutina diaria.