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¿Tienes problemas en la piel? La culpa la puede tener tu intestino
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¿Tienes problemas en la piel? La culpa la puede tener tu intestino

Para proteger la salud gastrointestinal y evitar un desequilibrio de la microbiota, hay que cuidar la alimentación.

Foto: Cuidar lo que comes afecta a tu piel. (Gabriel Matula para Unsplash)
Cuidar lo que comes afecta a tu piel. (Gabriel Matula para Unsplash)

Nuestra piel está protegida por una capa de bacterias (se conoce como microbioma o microbiota). Pero diversos factores externos -entre ellos, productos cosméticos agresivos, antibióticos o una higiene excesiva- la alteran y desequilibran. De ahí que cada vez más se lancen más tratamientos para proteger a estos microorganismos.

Estos mismos microbios habitan también en otras partes del cuerpo como los pulmones y el intestino. Estas últimas, las que pueblan el tracto digestivo, la flora intestinal, influyen en la salud de la piel, podrían ser la causa de tu afección dermatológica. Aunque todavía queda mucho por investigar, algunos estudios evidencian que el microbioma intestinal puede afectar la fisiología cutánea e incluso influir en el microbioma de la piel.

“El microbioma intestinal está formado por más de 100 trillones de bacterias. Nos protegen de procesos autoinmunes, alergias y eccemas. En niños y jóvenes con dermatitis atópica algunos estudios han demostrado concentraciones más bajas de bifidobacteria​. A mayor diversidad del microbioma intestinal disminuye el riesgo de tener dermatitis atópica”, explica Raquel Rivera Díaz, dermatóloga de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV). Sin embargo, existe algún estudio que relaciona el crecimiento bacteriano excesivo de algunas bacterias en el intestino con el riesgo de tener acné.

placeholder (Nicolas Lobos para Unsplash)
(Nicolas Lobos para Unsplash)


La conocida dermatóloga Whitney Bowe, pionera en el estudio de la influencia de la flora intestinal en la piel, explica en su libro 'La belleza de la piel sucia' que el “acné, la rosácea, las psoriasis, los eccemas y las arrugas prematuras son manifestaciones de irregularidades enraizadas en el intestino”.

Cuando la microbiota se desequilibra, se daña el tracto intestinal y puede provocar lo que se conoce como intestino permeable, una dolencia que se ha relacionado con varios trastornos, entre ellos el acné, aunque “aún no tenemos estudios clínicos en humanos que muestren tal causa y efecto”, señala Marcelo Campos, doctor y profesor en la Harvard Medical School. Con un intestino permeable, las toxinas, partículas de alimentos no digeridos y las bacterias malas se filtran y viajan por el torrente sanguíneo. El sistema inmunológico las detecta como sustancias extrañas y puede desencadenar distintos problemas en la piel.

Todos tenemos un cierto grado de permeabilidad intestinal, y aunque puede haber una predisposición genética, “la vida moderna puede ser en realidad el principal factor de inflamación intestinal. Existe evidencia de que una dieta pobre en fibra y alta en azúcar y grasas saturadas puede iniciar este proceso. El consumo excesivo de alcohol y el estrés también parecen perturbar este equilibrio”, explica Campos.

Bowe también propone en su libro llevar una dieta sana, seguir unos hábitos saludables de sueño y mantener a raya el estrés. Cuando el intestino no absorbe los suficientes nutrientes, la piel, el pelo y las uñas son lo primero que se resiente. De ahí la importancia de basar la dieta en la ingesta de frutas y verduras. Y recomienda consumir alimentos como el kéfir, chucrut, yogur natural, kombucha, sopa de miso o un suplemento de probióticos. Como ves, a veces, la causa de tu problema dermatológico se encuentra en tu interior. Para prevenirlo simplemente debes mantener bajo control el equilibrio de tu flora intestinal.

Nuestra piel está protegida por una capa de bacterias (se conoce como microbioma o microbiota). Pero diversos factores externos -entre ellos, productos cosméticos agresivos, antibióticos o una higiene excesiva- la alteran y desequilibran. De ahí que cada vez más se lancen más tratamientos para proteger a estos microorganismos.