¡Usar cinco capas! Y otras curiosidades de las barras de labios que no sabías

Los labios son una de las zonas de nuestro rostro que más importancia tienen, dicen mucho de ti. Y junto a tu mirada son un mapa de tu personalidad. Aquí te contamos algunos misterios que tienen mucha historia sobre el producto de maquillaje más valorado y que mejora automáticamente nuestro aspecto. Toma nota.

Como ya sabrás la piel de tu boca es más fina que la del resto del rostro, por lo que los vasos capilares se transparentan. Un ejemplo es cuando hace mucho frío (y se contraen) que pueden modificar su tono. ¿La consecuencia? Cuídalos más, mantenlos hidratados, protégelos de sol y realiza una exfoliación periódica que facilite que sus células se renueven.

Organic Wear Rose Oil Lip Polish, de Physicians Formula (10,90 €). Exfolia, hidrata y suaviza. Anthelios XL Stick Labial 50+, de La Roche Posay (9,95 €). Para labios sensibles o secos. Lip Super Serum, de Catrice (5,19 €). Fórmula transparente que nutre con aceite de argán y de jojoba. Flash Patch Hydrating Lip Gels, de Patchology (11,50 €), en Sephora. Parches hidratantes de gel.

Carecen de glándulas sebáceas

Y por lo tanto, tampoco cuentan con vitamina E (se encuentra en el sebo). Pedro Catalá, cosmetólogo y fundador de Twelve Beauty, asegura que ese es el motivo por el que no son fáciles de proteger. A la hora de hacerlo, el experto recomienda que prestes atención a los ingredientes de tus bálsamos. De la vaselina o el aceite mineral, que incluyen muchos de ellos, aplaude sus propiedades antialérgicas pero ejercen un efecto oclusivo sobre la superficie. Mientras que la piel agradece este método para hidratarla, en los labios no se adhiere correctamente, por lo que debemos replicarlos de forma continua. ¿Los aceites minerales o la parafina? Pueden crear un efecto lupa, aumentando las consecuencias de los rayos del sol. La solución: cuídalos con SPF, lánzate a las fórmulas naturales y prueba los aceites naturales que los cuiden 360º.

Hyaluroil Lip Treatment, de Twelve Beauty (36 €). Con ácido hialurónico encapsulado. Lip Oil, de Darphin (20 €). Rellenan, suavizan y protegen.

Maquillarlos así no fue posible hasta 1870

Los creadores de la primera barra de labios fueron los alquimistas de Guerlain. Después de haber importado de Inglaterra un líquido formulado con rosas que los teñía sutilmente, mejorar la fórmula con un extracto de estas flores y crear rojo sólido que venía en frasco de porcelana, se dieron cuenta de que era necesario un cómodo formato en barra. Para ello, unieron cera y pigmento rojo inspirándose en la fábrica de velas que tenían unos familiares. Así en 1870 nació Ne m’Oubliez Pa (no me olvide), un tubo de cera con color recargable que funcionaba con un pulsador. Desde entonces la firma no ha cesado de mejorar la experiencia de usar un labial. Rouge G, de Guerlain (48 €). Con carcasas personalizables.

El primer gloss de labios nació entre bambalinas

El creador de la famosa firma Max Factor inició su carrera con los pinceles en el sector del cine. Su objetivo era mostrar el mejor aspecto posible de las actrices y esa misión no resultaba tan sencilla en las películas en blanco y negro… En 1928 creó su Lip Pomade, una fórmula que permitía que los los labios pareciesen más glamurosos y brillantes. Ese fue el origen de lo que hoy conocemos como lip gloss. Colour Elixir Gloss, de Max Factor (9,95 €).

Manías de las bocas más famosas

Los labios, el rouge y el glamour están estrechamente relacionados. Las leyendas de Hollywood aseguran que Elizabeth Taylor pretendía ser la única actriz de sus películas que fuese maquillada con carmín, con el fin de resaltar entre todo el elenco. Otro de los mitos de la cumbre cinematográfica es que Marilyn Monroe tenía como ritual esencial de belleza aplicarse cinco capas (ni más ni menos) de labial rojo.

Le Rouge Liquide, de Givenchy (35 €). Color intenso con aplicador de esponja. Clinique Pop Splash, de Clinique (25,50 €). Con cobertura media. Love Lipstick, de Lola Make Up (9,95€). Labial líquido.

El 999, el color atemporal

Seguro que te suena porque es la referencia que lleva conquistándonos desde 1949. Ese año Christian Dior creó su primer rojo de labios en una edición limitada que regaló a sus clientas por Navidad. Años después, eso se materializó en una primera colección de labiales a la que le fueron sucediendo muchas otras con nombres inspiradores, donde no podía faltar el insustituible tono 999. Su rojo entre los rojos sigue estando vigente, bajo ese mismo nombre pero con fórmulas mejoradas y en diferentes texturas. Rouge Dior, de Dior (37 €), en tono 999.

El rouge o el empoderamiento de la mujer

En 1912, que una mujer se maquillase los labios de rojo no estaba demasiado bien visto. Pero era una época incierta y las cosas, por fin, empezaban a cambiar. En la histórica Marcha por el Sufragio Femenino que recorrió la Quinta Avenida de Nueva York, las protagonistas se maquillaron con rouge de labios, convirtiendo este gesto en un símbolo de poder femenino. La idea fue de una acérrima defensora de los derechos de la mujer y una apasionada de los cuidados cosméticos: Elizabeth Arden. Labial March On, de Elizabeth Arden (29 €). Edición limitada del pasado marzo, cuyos beneficios se donan a ONU Mujeres, para luchar contra la desigualdad de género.