El peor enemigo de tu piel está en tu móvil. Y sabemos cómo combatirlo
Has oído hablar de los efectos negativos de la luz ultravioleta o de los rayos infrarrojos, pero hay otra parte del espectro luminoso que también puede poner en peligro tu piel
La luz azul tiene un sinfín de beneficios para la salud: nos permite ver, regula los ciclos del sueño, hace que estemos alerta y nos pone de buen humor. Incluso la artificial se utiliza para mejorar la psoriasis y el acné.
Pero hay una pequeña parte del espectro de la luz azul que resulta dañina: la que se aproxima al color violeta. El problema se complica porque este tipo de luz no solo proviene del sol, sino que también la proyectan muchos de los aparatos electrónicos con los que convivimos: las lámparas LED, los ordenadores, la televisión, las tablets y el omnipresente smartphone. De hecho, según algunos estudios, pasamos ya más de seis horas al día expuestos a la luz azul que emiten los dispositivos digitales.
Pero ¿qué pasa con la piel? Cuando la luz azul llega a nuestra piel no sentimos nada, al contrario de lo que ocurre con los rayos UV que pueden quemar. Pero tiene la peculiaridad de que puede traspasar la epidermis fácilmente y penetrar a gran profundidad. Cuando esto ocurre, se pone en marcha el proceso de estrés oxidativo y se generan radicales libres. El siguiente paso de esta reacción en cadena es que se rompen las membranas celulares y se endurecen las fibras de colágeno que sostienen la estructura interna de la piel. Consecuencia: aparecen las arrugas, brotan las rojeces y las manchas y tenemos un aspecto más triste y apagado. ¿Cuáles son sus riesgos? Los ojos, y más en concreto la retina y el cristalino, son los más perjudicados. Y altera el sueño, con sus consecuencias sobre la salud.
Mejora tu postura
Además de los efectos directos de la luz azul de los dispositivos electrónicos, abusar de ellos puede acelerar el proceso de envejecimiento natural y provocar un sinfín de molestias. Como explica Juan Manuel Medina, terapeuta y director del centro Sanis Natura, "abusar del móvil produce el 'cuello de texto', una mala postura que sobrecarga la columna y los músculos del cuello que puede desembocar en hernias de disco, rigidez en el cuello y los hombros, dolores de cabeza, parestesias en brazos y manos…”.
Más aún: puede aumentar la papada ya que “cada vez que inclinamos el cuello hacia delante la presionamos de manera inadecuada y favorecemos su desarrollo”, explica Juan Manuel. Incluso abusar del móvil es malo para los mofletes, especialmente si lo sostenemos demasiado tiempo entre el hombro y la cara.
Ejercita tu cara
Además de descansar cada cuarto de hora del móvil, Juan Manuel aconseja varios ejercicios de yoga facial para mantener a raya el 'envejecimiento smartphone'.
Para los ojos:
- Elevamos la mirada todo lo posible, como si quisiéramos llevar los ojos hacia el cráneo. Al notar tensión en el párpado superior, contamos hasta cinco, relajamos las cejas y abrimos los ojos, repitiendo cinco veces.
- Cerramos los ojos, llevando las pestañas hacia abajo lo que podamos y elevamos las cejas, intentando subir también el extremo externo. Ponemos el borde inferior de las manos sobre los globos oculares, presionamos ligeramente y las abrimos, en forma de abanico de dentro a fuera suavemente. Repetimos unas cuantas veces.
- Cerramos de nuevo los ojos suavemente y damos un masaje ligero con las yemas de los dedos a los globos oculares por encima de los párpados; primero en el sentido de las agujas del reloj y luego al contrario, seis o siete veces en cada dirección.
Cuello:
- Llevamos los talones de las manos bajo el mentón, abarcando la mandíbula y envolviendo el óvalo de la cara. Intentamos inclinar la cabeza hacia delante mientras las manos oponen resistencia e impidiendo que la cabeza baje. Mantenemos 7 segundos, repitiendo tres o cuatro veces.
- Entrelazamos las manos en la nuca (nunca sobre las cervicales) y presionamos hacia delante oponiendo resistencia con la cabeza. Aguantamos 7 segundos, relajamos y lo volvemos a hacer 4-5 veces.
- Inclinamos la cabeza hacia delante y cruzamos las manos por detrás, envolviendo la nuca a nivel del hueso occipital, nunca sobre las vértebras. Intentamos elevar la cabeza mientras las manos oponen resistencia. Mantenemos 7 segundos la tensión, relajamos lentamente y llevamos la barbilla hacia el pecho, aguantando unos 10 o 15 segundos de forma estática, sin rebotes. La tensión adecuada al estirar debe llegar hasta la parte alta de la espalda, donde sentimos el estiramiento pero sin forzar. Repetimos dos o tres veces.
- Situamos la mano sobre la clavícula sujetando los músculos que se encuentran por encima de ella. Elevamos la barbilla estirando toda la musculatura anterior, desplazamos despacio la mandíbula hacia delante y volvemos a la posición inicial. Repetimos de 10 a 15 veces.
Papada:
- Ponemos el puño debajo del mentón, llevamos la lengua al paladar y presionamos con la lengua hacia arriba. Repetimos 20 veces y mantenemos 10 segundos la última vez.
- Colocamos los puños de ambas manos bajo el mentón e intentamos abrir la boca mientras los puños oponen resistencia.
La solución
Ante este 'nuevo' problema para nuestra piel, Germaine de Capuccini ha renovado su línea Excel Therapy O2 Pollution Defense para frenar sus daños. Ha desarrollado un péptido biomimético, la L-Carnosina, que actúa como una potente barrera protectora frente a la luz azul. Este antioxidante no solo potencia las defensas naturales de las células cutáneas, sino que estimula la formación de fibras de colágeno y frena la síntesis de melanina. Como consecuencia, se retrasa la formación de las arrugas, la piel mantiene más tiempo su elasticidad y no aparecen manchas ni rojeces.
La L-Carnosina de Germaine de Capuccini ha entrado a formar parte de las fórmulas de los tres productos que integran su gama Excel Therapy O2 Pollution Defense. Además, cuentan con un blindaje extra frente a la contaminación urbana y los rayos UV, así como de los productos químicos que se emplean habitualmente en el hogar.
A la vez, estimulan el proceso de regeneración natural de la piel gracias a la acción combinada del Life Cytoxen, todo un 'chute' de oxígeno para el cutis, y el complejo MCP-Defense Complex, que frena el estrés oxidativo.
Triple barrera
La Crema Oxigenante Activadora de Juventud Excel Therapy O2 Pollution Defense tiene un tacto sedoso y una gran capacidad para nutrir la piel, por lo que es ideal para los cutis secos (48 €). Para la piel normal o mixta, Germaine de Capuccini propone la Emulsión Oxigenante Activadora de Juventud Excel Therapy O2 Pollution Defense, más ligera y refrescante (48 €).
Ambas se complementan con el Contorno de Ojos Oxigenante Activador de Juventud Excel Therapy O2 Pollution Defense. Tiene una textura de gel-crema y, además de regenerar y proteger frente a los diferentes tipos de contaminación, corrige y disimula las ojeras y las bolsas (37 €).
Pero para que esta barrera protectora sea lo más efectiva posible hay que aplicarlos correctamente. Según los expertos de la marca, tras limpiar bien la piel para liberarla de impurezas, maquillaje y contaminación, utilizaríamos el presérum 1st Essence de Excel Therapy O2, un concentrado que penetra rápidamente y multiplica los resultados de los productos que pongamos después. También refuerza las defensas de la piel, transformándola en una barrera invisible y evitando que las toxinas y las partículas de contaminación penetren en ella.
A continuación, extenderíamos el sérum o el booster, seguido por el contorno de ojos y el tratamiento (en crema o emulsión, según el tipo de piel) de la línea Excel Therapy O2 Pollution Defense. Y, por último, el Secret Mist.
Podemos ir un paso más allá para protegernos de la contaminación de todo tipo que nos rodea (atmosférica, digital, solar, doméstica…) modificando algunas pequeñas rutinas. Los expertos de Germaine de Capuccini recomiendan olvidarnos del tabaco, limpiar bien el rostro antes de acostarnos y no abusar de la calefacción. Si, además, apagamos todos nuestros dispositivos electrónicos cuando nos vamos a dormir y nos dedicamos un rato a nosotras mismas, aunque solo sean unos minutos al día, mucho mejor.
La luz azul tiene un sinfín de beneficios para la salud: nos permite ver, regula los ciclos del sueño, hace que estemos alerta y nos pone de buen humor. Incluso la artificial se utiliza para mejorar la psoriasis y el acné.