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La petición de moda 'regálame bótox' y llega sin arrugas al verano
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PIEL COMO UN BEBÉ

La petición de moda 'regálame bótox' y llega sin arrugas al verano

El bótox es uno de los métodos de medicina estética más populares debido a sus rápidos resultados y a que su utilización apenas presenta contraindicaciones para el organismo

Foto: Una piel sin arrugas es un objetivo de muchas. (Imaxtree)
Una piel sin arrugas es un objetivo de muchas. (Imaxtree)

No hace tanto tiempo era difícil que alguien reconociera que la desaparición de las arrugas del entrecejo o las patas de gallo no se debía a un milagro divino sino a la intervención médica a través de la toxina botulínica. Ahora esa realidad ya no es un secreto. En Estados Unidos tener un buen profesional de esta especialidad y compartirlo es una manera de socializarse igual que hace Woody Allen con sus terapeutas.

En España también ha llegado la normalidad a la belleza y la estética, y ahora no sorprende que uno de los regalos que más éxito tienen desde hace un tiempo sea una sesión de este tratamiento que siempre debe realizarlo un profesional titulado.

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La doctora Amaya Jiménez, directora de la clínica AG Biomedic, explica que “es una decisión razonable y absolutamente comprensible. Hemos permanecido confinados y sin poder salir de casa salvo para lo esencial. Es normal que una vez que esto ha terminado las personas quieran tener buen aspecto. El resultado del bótox es inmediato y por supuesto que es un buen regalo. Antes casi nadie decía que se hacía tratamiento pero ahora sí. La gente más joven tiene menos problemas y es habitual que si les funciona se lo pasen a sus amistades. Es un momento perfecto y es totalmente compatible con el sol y el agua del mar y piscinas. La edad para iniciar el tratamiento depende de cómo sean las líneas de expresión. Hay pacientes de veintitantos que ya empiezan a marcar y otros que con más edad tienen los surcos menos profundos. La única norma es que siempre lo haga un profesional”.

¿Qué es el bótox exactamente?

La toxina botulínica es una neurotoxina elaborada por una bacteria denominada Clostridium botulinum. Se trata de la toxina más poderosa descubierta hasta la fecha. La versión más popular de esta neurotoxina por su uso en estética se denomina botox.

La doctora Jiménez cuenta que “se obtiene de manera biosintética y se aplica en los músculos que causan las arrugas o líneas de expresión muy marcadas, relajándolos y manteniendo la expresión natural del paciente. Los efectos se notan al tercer día y el efecto final a los diez. Dependiendo de cada persona la toxina se mantiene intacta en nuestra piel por un espacio de tiempo que puede variar entre cinco y seis meses. Se aplica mediante inyecciones y no se necesita anestesia porque el dolor que produce es el de un pinchazo leve”.

De hecho, esta toxina está considerada como el veneno más potente y mortífero de todos los existentes. Pero que no cunda el pánico. A día de hoy, el uso del bótox se concentra en soluciones estéticas y es la herramienta perfecta contra las temidas arrugas de expresión facial. Esta es su aplicación más conocida, en gran parte gracias a todas las celebridades que recurren a él para disimular que los años también pasan para ellas.

placeholder La actriz Kim Basinger. (Getty)
La actriz Kim Basinger. (Getty)

Aplicaciones estéticas del bótox

Cuando las defensas de las cremas antiarrugas ya no pueden hacer más por contener las secuelas biológicas del envejecimiento facial, entra en combate el bótox. La aplicación dermatológica de la toxina botulínica ofrece claras ventajas frente a otras prácticas estéticas que tienen el mismo objetivo: disimular los pliegues de la piel, principalmente en la frente, en el contorno de los ojos, en el entrecejo y en la comisura de los labios.

Para empezar, evita pasar por quirófano. El bótox se aplica con una aguja muy fina mediante infiltraciones en el músculo de la zona a tratar. Con un pequeño pinchazo la toxina relaja e inhibe el movimiento del músculo. El proceso resulta indoloro para el paciente, lo único que genera son las molestias propias de sufrir un pinchazo. No es necesario esperar para comprobar sus efectos, puesto que son inmediatos y son visibles entre cinco y seis meses.

placeholder La actriz Nicole Kidman. (Getty)
La actriz Nicole Kidman. (Getty)

No existe una época del año más recomendada que otra para someterse a un tratamiento de infiltración de botox. Presenta pocas contraindicaciones y, como ocurre con cualquier medicamento, los efectos secundarios varían según cada persona. Las reacciones de tipo alérgicas, las náuseas y la rigidez facial serían las respuestas adversas más comunes a este tratamiento.

Otras aplicaciones del bótox

Aunque como destacábamos unas líneas más arriba, el uso de esta toxina en materia estética es el más popular y difundido, la toxina botulínica tiene muchas otras aplicaciones médicas. Su potencial para paralizar el funcionamiento muscular hace que sea idóneo para controlar la contracción intermitente e involuntaria de la musculatura del ojo, lo que en términos científicos se conoce como blefaroespasmo. Es igualmente útil en otras dolencias con espasmos.

placeholder La actriz Uma Thurman. (Getty)
La actriz Uma Thurman. (Getty)

En la actualidad forma parte de tratamientos destinados a la incontinencia urinaria de personas con paraplejia con resultados muy favorables. La hiperhidrosis también puede ser regulada mediante el uso de bótox. La actividad de las glándulas sudoríparas baja y los efectos de esta expresión corporal (que se caracteriza por el exceso de sudoración en axilas, manos y pies) se reducen considerablemente. Como se puede comprobar, los beneficios del bótox van más allá de la magia de restar años a la apariencia de los rostros.

No hace tanto tiempo era difícil que alguien reconociera que la desaparición de las arrugas del entrecejo o las patas de gallo no se debía a un milagro divino sino a la intervención médica a través de la toxina botulínica. Ahora esa realidad ya no es un secreto. En Estados Unidos tener un buen profesional de esta especialidad y compartirlo es una manera de socializarse igual que hace Woody Allen con sus terapeutas.

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