¿Por qué usar cosmética unisex? El análisis definitivo
La cosmética con etiquetas de género está a la orden del día. Parece que lo extraordinario son los productos que se enmarcan dentro de la categoría unisex. ¿Compartimos?
Nos gustan las etiquetas. Nos encanta que nos cuenten todos los secretos de lo que vamos a consumir: ingredientes, lugar de fabricación, manual de uso… Sin embargo, a nadie le gusta que le etiqueten. Entonces, ¿por qué consumimos cosmética femenina o masculina?
Sí, somos diferentes
Hay algo ineludible: la piel de los hombres y de los mujeres es distinta. Respecto al colágeno, hay una mayor cantidad en el varón, lo sintetiza en mayor cantidad y su ratio de acumulación en la epidermis es mayor, por lo que se arruga más lentamente, pero una vez que aparecen los surcos, son más profundos. Si nos fijamos en las hormonas, ellos tienen más andrógenos que estrógenos y sus glándulas sebáceas son más activas, lo que se traduce en que segregan una mayor cantidad de grasa. Pedro Catalá, creador de Twelve Beauty y doctor en Farmacia, apunta que tienen un recambio celular más lento que el de las mujeres, por ello su tono resulta ligeramente apagado y su pH es inferior.
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Cuestión de gustos
Desde Twelve Beauty reconocen que las preferencias son claras y que el sector masculino “es mucho más decidido para comprar cosmética, no tiene tantas dudas o es tan precavido como la mujer”. Además, está su devoción por las texturas más ligeras que se absorben en el mínimo tiempo posible, lo que convierte a los contornos de ojos y a los sérums en fórmulas altamente compartibles. A los hombres no les suelen convencer las cremas nutritivas pues prefieren “fórmulas más evanescentes” -reconoce Pedro Catalá-. De hecho, tradicionalmente en sus productos hay un elevado contenido de siliconas volátiles y alcohol que confiere un toque seco a la piel”. ¿La excepción? Las fórmulas posafeitado que ayuden a regenerar el tejido tras la agresión producida por la cuchilla son uno de sus cosméticos favoritos. Palabra de Almudena Perera, responsable de formación de Matriskin.
Entonces, ¿tiene sentido la diferenciación?
Ana Gallego, responsable de formación de Sileä, reconoce que aunque cuantitativamente ambas pieles son ligeramente diferentes, cualitativamente son muy similares y que ambas solicitan a diario productos como limpiadores, sérums, cremas, contornos de ojos y protectores solares. Por eso, lo esencial es fijarse en las necesidades de cada dermis para tratarla de una forma individual. La mayoría de las firmas unisex apuestan por obviar la diferenciación por género para centrarse en tratamientos que se adapten al tipo de piel (va más al detalle de que sea grasa, mixta o seca), la edad y los beneficios que prefieras obtener. Su idea gira en tratarla de una manera única y personal, observando tus necesidades pero sin olvidar tus gustos. La clave para el éxito de un buen cosmético para todos son los principios activos concentrados, seguir unas pautas de formulación y una galénica adecuadas para que el resultado sea efectivo y gustoso de un modo universal (para hombres y mujeres) sin fragancias (factor esencial desde el punto del vista del marketing).
¿Y los perfumes?
Según Filippo Barbero, propietario de BoMonde, las claves de un perfume unisex son que reúne notas tradicionalmente masculinas y femeninas (según nuestra cultura), suele mantener un frasco minimalista y el storytelling que lo inspira es universal.
En la perfumería nicho se apela al gusto individual, por lo que la mayor parte de los caldos son unisex. Su construcción se realiza en torno a la belleza, la artesanía y la emoción, conceptos que difícilmente entienden de sexos. O en sus propias palabras: ¿por qué no va a poder oler un hombre a rosas o flores blancas y una mujer a cuero o cedro?
Pero más allá de los tesoros olfativos nicho, el término se ha instaurado en los perfumes más accesibles. El pionero fue Ck One, que se presentó en 1994 como la fragancia de una nueva generación, pero que hoy sigue vigente personalizando los conceptos de inclusión, diversidad, libertad e unidad. Tras 25 años, su mix de ingredientes tradicionalmente clasificados como masculinos con otros considerados más femeninos sigue ganado adeptos de ambos sexos.
Nos gustan las etiquetas. Nos encanta que nos cuenten todos los secretos de lo que vamos a consumir: ingredientes, lugar de fabricación, manual de uso… Sin embargo, a nadie le gusta que le etiqueten. Entonces, ¿por qué consumimos cosmética femenina o masculina?
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