Tips para mantener el resultado de la 'Operación Bikini' todo el verano
Te has pasado unos cuantos meses a dieta, controlando cada bocado y midiendo mentalmente las calorías, para que lleguen las vacaciones de verano y se abra la veda
La veda de visitar los chiringuitos, comer sin medida y relajar hasta tu consumo de refrescos. ¿El resultado? En la vuelta al cole apareces con unos kilos de más que ya creías olvidados…
Tres kilos. Eso es lo que engordamos los españoles de media durante el verano, según la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición. Pensarás que es irónico cuando en los meses estivales olvidamos los platos contundentes y lo que más apetece es alimentarse a base de gazpachos y fruta fresca. Desde IMF Business School han investigado sobre por qué esta estación es la peor enemiga de los resultados de la ‘Operación Bikini’.
1. El primer factor es el propio calor. A nadie le apetece ponerse a cocinar con las altas temperaturas y ese es el mejor método para controlar exactamente lo que estás ingiriendo. El resultado es que recurres a los platos precocinados que incluyen calorías de más.
Ante esta disyuntiva, elige sopas de verduras frías, gazpachos o ensaladas caseras con condimentos sencillos, regulando el consumo de pan. El doctor José Luis Sambeat, nutricionista experto en diagnóstico de la obesidad y coach nutricional, recuerda que lo esencial es elegir alimentos sanos, sabrosos y, a ser posible, de temporada que te nutran y refresquen.
¿Un truco a la hora de hacer un gazpacho? Antes de elaborarlo, escalda medio minuto los tomates y pimientos, ya que contienen una proteína que puede aumentar la inflamación en el cuerpo. Respecto a las ensaladas, el experto recomienda que utilices los ingredientes que den color a tus platos para cargarlos de antioxidantes, como la clorofila de las lechugas verdes, el licopeno de los vegetales rojos del tomate y el pimiento, o los carotenoides de la zanahoria.
Lo ideal es redondearlo con frutos secos y semillas (como son las pipas de calabaza) y una proteína marina de pescado azul, como las sardinas, el atún o el salmón, para sumar un aporte de omega 3.
2. La pasión por la cerveza no ayuda. ¿Sabías que entre julio y septiembre se bebe el 30% de la cantidad total consumida en el año? Este dato lo revela la Asociación de Cerveceros de España.
Ya sabemos que nada apetece más cuando sales de terraceo, pero es importante recordar que una bebida alcohólica nunca puede sustituir al agua, ya que aporta calorías y te deshidrata al disminuir el nivel en el cuerpo del propio agua (no olvides que es el complemento perfecto cuando estés con una cerveza en la mano). Además, destacan que el alcohol aumenta la sensación de hambre…
¿La solución? Intenta probar otras opciones como las infusiones. El Dr. Sambeat propone una de jengibre que, además de ser antioxidante, es antiinflamatoria, mejora las defensas y favorece la digestión.
Basta con cocer una raíz completa en un litro y medio de agua durante 10 minutos, dejarla reposar a temperatura ambiente y añadir zumo de limón y un poco de edulcorante. Métela en la nevera y tómala cada vez que te asalten las ganas de beber. Te ayudará a calmar la sed y a controlar las ganas de comer.
3. Es la temporada de los aperitivos. Es el acompañante perfecto en las sesiones de chiringuito y otro de los puntos candentes en esta época… Es complicado huir de él, por eso el nutricionista recomienda que, si puedes elegir, optes por las aceitunas negras, pues “contienen una alta cantidad de ácidos grasos mono insaturados y es especialmente sabrosa”. Otra opción es cambiar los típicos snacks por almendras, nueces o avellanas, que nutricionalmente son más sanos que cualquier opción procesada.
4. Combate el exceso de horas libres. ¿Has oído alguna vez la expresión “comer por aburrimiento”? En verano adquiere su máximo sentido cuando, al tener más tiempo libre, este hambre emocional te sorprende con una frecuencia mayor. Ante ello, bebe agua (que seguro que no te viene mal), realiza actividades físicas (bájate a nadar a la piscina o a dar un paseo) y, en caso de que te resulte imposible, elige algo de fruta.
Aprovecha la variedad y calidad de las opciones de temporada tomándola en batidos o como macedonias (truco: una macedonia completa puede sustituir una cena en una noche calurosa y hasta te ayudará a dormir mejor).
5. Los gestos típicos del 'summer' pueden ser una perdición. El último punto es la propia 'dieta de verano'. Porque si en primavera priman los bajos índices calóricos, los meses más cálidos son la época de las barbacoas y de los helados.
Los expertos del Máster en Dietética, Nutrición y Seguridad Alimentaria del IMF Business School afirman que el plan de actuación ideal ante el aumento de apetito tras un día de piscina (debido a un mayor gasto energético por la actividad física en el agua, la termorregulación corporal y la deshidratación) es incluir verduras para hacer a la brasa y calmar el calor con helados sin azúcar o realizados por ti misma.
La veda de visitar los chiringuitos, comer sin medida y relajar hasta tu consumo de refrescos. ¿El resultado? En la vuelta al cole apareces con unos kilos de más que ya creías olvidados…