Rubores en tinte: ¡sube ese colorete y que dure todo el día!
Nada más saludable y natural que unas mejillas ronrosadas con un poquito de rubor y una de las mejores formas de lograrlo es a través del tinte, porque no solo hay tinte labial…
Como recién apretadas por una abuela, como si acabaras de correr media hora, como si el sol hubiera comenzado a broncearte… ¿A alguien no le gustan las mejillas con un poquito de color?
Conseguir recrear ese saludable sonrojo en la zona de las mejillas es mucho más fácil y duradero con los tintes, ya que aportan color sin resecar la piel ni dejar un artificial acabado empolvado. Si ya has probado los tintes labiales, enhorabuena porque muchos de ellos pueden utilizarse también para aplicar en las manzanas del rostro, de ahí su nombre: ‘kiss & blush’.
La pigmentación de los tintes es mayor que la de los cosméticos habituales, de ahí que haya que tomarlos con cuidado para no terminar con el efecto ‘cara de muñeca’, dos círculos muy rosas en las mejillas.
Se pueden aplicar directamente sobre la piel, previamente hidratada de forma habitual o encima de nuestra pase de maquillaje. Es recomendable no aplicar un tinte de mejillas sobre una base en polvo, ya que podrían aparecer grumitos y arruinar todo el maquillaje. Este tipo de rubores se llevan mejor con las bb creams y las bases de maquillaje fluidas y ligeras.
Aplícalo para que nadie lo note
Antes de depositar esas ultrapigmentadas gotitas de producto, fíjate en tus mejillas. ¿Cuál es su forma? ¿Hasta dónde llegan? ¿Qué tono necesitan?
Cuando las hayas contestado, aplica el tinte en el centro de la mejilla y rápidamente trabájalo con tus propios dedos con movimientos circulares y de forma ascendente para que se pierdan los bordes. Mueve el rubor siempre hacia afuera y nunca para dentro, recuerda que no queremos ser Heidi a secas, sino Heidi Klum.
La cantidad de producto es de vital importancia. Pasa como en los anuncios de detergente: un poquito cunde para mucho. Así que con una gota puedes trabajar en toda la mejilla. Y si no estás contenta con la intensidad de color, solo tienes que aplicar un poco más, pero siempre mirándote en el espejo o acabarás como Bridget Jones en un taxi.
Es importante que delimites el tono de rubor que mejor va con tu tono de piel y que lo apliques de la forma que más le convenga a la forma de tu rostro, tal y como te hemos contado en alguna ocasión.
Según textura puedes dejarte llevar por fórmulas más líquidas como el clásico
2. Dracarys Colorete Líquido Para Labios y Mejillas de Urban Decay (26 euros) para reparar la morriña de Juego de Tronos con el mismo rubor que la madre de dragones. Rojo parece, pero cereza es cuanto toca la piel y deja un acabado super ‘healthy’.
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Las texturas más cremosas que líquidas suelen llevarse muy bien con los aplicadores modo gloss, acabados en pincel ayudan a aplicar la cantidad precisa de producto y suelen ser más habituales en los cosméticos para labios y mejillas. Gloss de Labios y Mejillas Glaze de Isabel Marant x L’Oréal (15,95 euros) es fácil de trabajar, refrescante y de acabado jugoso.
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3. No Make Up Blush de Perricone MD (35 euros) se aplica con muchísima facilidad. Se trata de un producto muy pigmentado que al contacto con la piel adquiere un tono mucho más natural; además, mejora la apariencia la piel al contener vitamina C.
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A partir de ahora se han acabado las excusas en lo que a rubores se refiere. Naturalidad y color pueden ir en la misma ecuación y salpicar tus mejillas de salud en un solo gesto.
Como recién apretadas por una abuela, como si acabaras de correr media hora, como si el sol hubiera comenzado a broncearte… ¿A alguien no le gustan las mejillas con un poquito de color?