Manteca de karité, el secreto milenario de belleza de Cleopatra y Rihanna
Redescubrimos un clásico que nunca debería faltar en nuestra rutina
El universo de la belleza y cosmética no para de sorprendernos con nuevos productos e innovaciones. Una actualidad que nos encanta conocer, pero que no debe hacernos perder de vista algunos de los cuidados que nos acompañan desde hace milenios.
Una muestra de ello es la manteca de karité, también conocida como el oro africano de la piel. Una maravillosa fuente de hidratación para nuestro rostro, cuerpo, cabello y uñas del que nos debemos olvidar.
Su origen está en la sabana de África occidental, donde se encuentra el karité. Un árbol del que se extraen las nueces que después de tostar se trituran, antes de manera manual y ahora con presión en frío, para obtener esa mantequilla o manteca vegetal.
Se trata de una potente fuente de nutrientes para nuestro cuerpo, ya que cuenta con una composición de principios activos muy especial como las vitaminas A, D, E y F, o los ácidos oleico y esteárico.
Un gran origen de antioxidantes que cuenta con propiedades antiinflamatorias para calmar la piel seca, sensible o con psoriasis. Además de ayudar a mejorar la elasticidad de la dermis, por lo que es muy recomendada para la prevención de las estrías o para reparar las grietas en labios o talones.
Por ello, aunque podríamos añadir muchos beneficios más, no es de extrañar que la manteca de karité haya sido usada a lo largo de toda la historia. De hecho, los egiptólogos creen que reinas como Cleopatra y Nefertiti usaban este producto como cuidado de belleza.
Una tendencia que ha sobrevivido a lo largo de los siglos, ya que actualmente encontramos que Rihanna también es otra de sus fieles adeptas.
Así lo corroboramos al ver que muchos de sus productos de la firma Fenty Beauty cuentan con este ingrediente para dar nutrición a la piel, como la base
Un ingrediente que también encontramos en otras marcas, tanto de cuidado de la piel como del cabello. Una de ellas, Karitene, nos ha llamado especialmente la atención por su carácter sostenible y solidario.
La firma tiene su sede en España, pero todo el proceso de recolección, fabricación y producción está realizado por mujeres de Malí. A través del comercio justo, se apuesta por el desarrollo femenino local de las comunidades rurales del país africano.
Además, su formulación no está mezclada o refinada, por lo que es 100% manteca de karité natural. Aunque sí la encontramos unida a otros elementos, como el árbol de té o lavanda, en diferentes formulaciones con las que se amplían sus propiedades.
De aspecto sólido, blanquecino y con un olor casi amaderado en su versión más pura, encontramos casi mil maneras de incorporar el karité natural a nuestra rutina de belleza.
Por ejemplo, uniendo una pequeña cantidad a nuestra crema habitual, a una mascarilla o a un exfoliante. Especialmente en estos días de frío, donde necesitamos una recarga extra de hidratación, aunque con su acabado de textura no grasa es perfecta para cualquier época de año.
El universo de la belleza y cosmética no para de sorprendernos con nuevos productos e innovaciones. Una actualidad que nos encanta conocer, pero que no debe hacernos perder de vista algunos de los cuidados que nos acompañan desde hace milenios.
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