¿Imaginas quién es la ahijada de Carolina de Mónaco? Su nuevo corte de pelo te encantará
La hija de una íntima amiga de la monegasca está pisando fuerte en París
‘Égérie’, una palabra francesa que no paran de repetirnos en el mundo de la belleza y que en lenguaje profano significa musa. Seguro que a tu mente acuden miles de nombres como Audrey Hepburn, Jane Birkin, pero hay una contemporánea que nos viene a la mente constantemente y es Ines de la Fressange. Ines ha sido la inspiración de Karl Lagerfeld, de Roger Vivier, firma de la que es embajadora, y de muchos otros creadores. Fue la reina de las pasarelas parisinas durante los setenta y ochenta gracias al descubrimiento que hizo Paolo Reversi. Ella reunía todas las características del chic francés y un toque único heredado de su madre, modelo también. Pero, sobre todo, Inés respiraba clase, mucha clase, su padre era el marqués de la Fressange y ella respiraba refinamiento por todos los poros de su piel. Razón por la que en 1980 Karl la eligió como embajadora exclusiva de Chanel, nadie como ella para representar los valores de la maison.
Diez años después de ser la primera modelo con un contrato de este tipo se casó con Luigi d'Urso, un ejecutivo italiano, y tuvieron dos hijas: Nine d'Urso, ahijada de Carolina de Monaco, y Violette d'Urso.
Pero la mayor, Nine, parece ser la heredera natural de su madre. Desde hace unos años, Ines la pasea por los front rows orgullosa de la belleza y la genética que ha obtenido de sus padres. Hace tres semanas, Nine d'Urso dio el golpe de efecto final para emular a su madre, se cortó el pelo igual que ella y desde entonces el parecido no puede ser más asombroso. Su madre lo contaba en sus redes sociales mientras la felicitaba por su cumpleaños. Y desde entonces se han prodigado juntas (hasta estas fechas de encierro) gritando a los cuatro vientos que ya hay una firme conservadora del estilo Fressange.
El corte elegido ha sido el pixie, el icónico que ha lucido su madre a lo largo de todas estas décadas, demostrando que la melena no es una pieza fundamental para lucir estilo. Las tijeras elegidas para dar este paso han sido las de la peluquera Delphine Courteille, la estilista de moda entre las mujeres parisinas.
Ella colgó en su perfil a Nine posando tras pasar por sus manos y gracias a esta imagen hemos podido descubrir a quién confiaba todo este tiempo la gran Ines su melena. Delphine, está claro, es la persona de confianza en materia capilar porque también ha sido la responsable de los looks de la colección que la parisina lleva unos años diseñando para Uniqlo.
Pero no solo la dinastía Fressange se pone en sus manos, también Jeanne Damas, la fundadora de la marca Rouje, y Alexa Chung. Esta peluquera es unas de las imprescindibles de la pasarela parisina.
El salón de belleza V&I ya nos anticipaba que este iba a ser uno de los cortes de la temporada: “Es un corte de pelo corto, despuntado con flequillo, que muestra un lado sexy, atrevido y además ¡te quita años de encima! El nombre de pixie significa 'duendecillo' y está asociado a fábulas, duendes y seres mitológicos. Seguro que te recuerda a un mundo de elfos y hada”. Estábamos seguras de que no era un corte al azar y que una chica que vive tan de cerca del glamour no se iba a lanzar a por un look pasado de moda.
‘Égérie’, una palabra francesa que no paran de repetirnos en el mundo de la belleza y que en lenguaje profano significa musa. Seguro que a tu mente acuden miles de nombres como Audrey Hepburn, Jane Birkin, pero hay una contemporánea que nos viene a la mente constantemente y es Ines de la Fressange. Ines ha sido la inspiración de Karl Lagerfeld, de Roger Vivier, firma de la que es embajadora, y de muchos otros creadores. Fue la reina de las pasarelas parisinas durante los setenta y ochenta gracias al descubrimiento que hizo Paolo Reversi. Ella reunía todas las características del chic francés y un toque único heredado de su madre, modelo también. Pero, sobre todo, Inés respiraba clase, mucha clase, su padre era el marqués de la Fressange y ella respiraba refinamiento por todos los poros de su piel. Razón por la que en 1980 Karl la eligió como embajadora exclusiva de Chanel, nadie como ella para representar los valores de la maison.