El rey Felipe y Federico de Dinamarca, cortarse el pelo en la cuarentena es posible
Los dos royals continúan con un corte de pelo impecable incluso durante la cuarentena. Su secreto son las visitas regulares al peluquero… Palabra de Federico
Cuando el pelo de un hombre se ha convertido en algo incontrolable, recurrir a las tijeras es más que necesario. Federico de Dinamarca compartía en la cuenta de Instagram de la familia real su paso por el peluquero, ofreciendo incluso un antes y un después cual estrella de las redes sociales.
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El cabello del príncipe heredero se había transformado en los últimos días en una maraña de canas que le convertía en posible candidato a cualquier edición de ‘Supervivientes’. Por ello Federico acudía a la peluquería, aprovechando que en Dinamarca este tipo de establecimientos ya se han abierto. “Probablemente no soy el único que ha ido hoy al peluquero. Afortunadamente, ahora es posible que los peluqueros y otras empresas y tiendas más pequeñas permanezcan abiertas además de un largo cierre”, rezaba su fotografía.
Sus estilos son radicalmente distintos, pero ambos royals han optado por la misma idea capilar y continúan controlando el crecimiento de su cabello. El rey Felipe VI también está recortando con regularidad su cabello para mantener a raya su corte de pelo. Aunque en España las peluquerías aún permanecen cerradas, probablemente el equipo de peluquería de la Casa Real continúa en activo -eso o Letizia es ducha con las tijeras- porque la nuca de Felipe VI está perfectamente delimitada y apurada, igual que los laterales de su cabeza.
Si bien puede parecer que el cabello de Felipe tiene algo más del volumen en la parte superior, se debe más a una cuestión de estilo y del corte de pelo elegido que a que el Rey no esté recortando su cabello. Otro elemento perfectamente definido y cuidado pelo a pelo es la barba del Rey, que en estos días no ha perdido su forma y su longitud.
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A diferencia de Federico, Felipe ha cortado su cabello de forma regular durante toda la cuarentena, por ello no hemos visto un radical cambio de look en su cabello. Un truco para saber cuándo ha sucumbido a las tijeras, solo hay que fijarse en el tono de su cabello, que se ve más blanco. Por lo demás, todo en el look del Rey está perfectamente milimetrado.
Pero si no vivo en Dinamarca ni vivo con un equipo de estilistas, ¿qué hago con el pelo?, ¿lo dejo crecer hasta lograr el look náufrago?, ¿lo corto yo?
Cómo cortarle el pelo, paso a paso (sin dramas)
Lo mejor es que no, pero... Ni el tipo del cabello, ni la longitud, ni siquiera el corte tienen nada que ver, así que si estabas pensando en ayudarle con su pelo y cortar solo las puntas o recortar las patillas, detente un segundo y observa. De entrada, los cabello cortos se deben cortar más a menudo que los largos para no perder su forma, es recomendable que no se superen las 4 semanas, es decir, un mes, entre corte y corte. Si crees que lo tienes dominado y que podrás cortarle el pelo a un hombre, solo te adelantamos a modo de abuela cebolleta que “los errores se verán cuando el cabello empiece a crecer”.
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Después hay que escoger las herramientas adecuadas según el corte de pelo que se quiera lograr. La maquinilla es perfecta, además de para rapar, para conseguir acabados muy apurados. La cuchilla, aunque también consiga un corte más preciso, puede que no sea la mejor elección si no eres un experto ya que requiere de mucha técnica. Las tijeras son sin duda el aliado menos traicionero. En tu salón de peluquería tampoco debe faltar un peine fino de púas muy pequeñas para conseguir una mayor precisión y crear secciones.
El primer paso antes de cortar el pelo es trabajar sobre un cabello limpio -nada de residuos de fijadores, etc- y mojado. El pelo mojado se maneja mucho mejor y permite cortar en una sola pasada. Si optas por un corte de pelo con maquinilla, el cabello debe estar completamente seco.
Para evitar llenarlo todo de pelos y que luego todas las prendas piquen, coloca una toalla o una sábana vieja alrededor del cuello y comienza a sentirte estilista. El lugar en el que cortes el pelo también debe estar acondicionado, además de para facilitar su posterior limpieza, para evitar un juego de luces que engañe al ojo. Di hola a una habitación muy iluminada y con más de un espejo.
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Lo más importante a la hora de cortarle el pelo a un hombre es, igual que en el cabello femenino, trabajar por áreas perfectamente delimitadas. Eso de hacer un moño y cortarlo queda muy bien en las películas pero solo traerá dramas. Peina todo el cabello y comienza a cortar primero por los mechones de abajo.
Cuando cortamos el pelo, nunca debemos comenzar cortando por la longitud que deseamos sino un poco más abajo, para conseguir el largo que queremos después de varias pasadas. El corte siempre debe ser muy pequeño, casi imperceptible. Toma un mechón y peínalo hasta ver sus puntas entre los dedos y corta solo unos milímetros de las que sobresalgan. Coloca las tijeras en paralelo al cabello que se asoma entre los dedos y corta las puntas verticalmente… Nada de en línea recta, meeec, prohibido. La postura vertical con la que coloques las tijeras debe ir acompañada de un movimiento de abrir y cerrar en sentido ascendente. De esta forma aseguras un corte natural. Y de nuevo recuerda: pequeños cortes = pequeños dramas.
Pero a la hora de cortar el pelo a un hombre, en concreto si lleva el pelo corto, hay que tener en cuenta algunas diferencias con el corte de pelo de una melena. Los remolinos son el quid de la cuestión y la diferencia entre un desastre calamitoso y un corte aceptable. Mientras en los cabellos largos se puede intentar dominar algo más el remolino con la propia caída del cabello, cuando se trata de un pelo corto, el remolino manda.
Complicaciones a tener en cuenta
Este cambio en la dirección del cabello puede resolverse de dos formas. La primera es respetar el remolino y seguir su forma para que todo el corte gire en su dirección. La otra opción es someterlo al corte deseado e interpretar su rebeldía. Es decir, cuando se corta el remolino, el cabello parece salir disparado y quedarse de punta, así que puedes jugar con ese efecto y hacer que todo el corte de pelo sea ligeramente rebelde.
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Otra zona complicada son las patillas. Ante la probabilidad de cortarlas demasiado y acabar con un corte en que no se sabe donde empieza el pelo, es preferible lucir unas patillas a lo Marc Darcy… Con un poco de suerte se mezclarán con su barba y todo arreglado. La llamada coletilla también tiene su aquel. Ese rabillo en la nuca que suele tener la forma de una pirámide invertida ayuda a eliminar la sensación de ‘cabeza redondeada’ y además sigue el crecimiento natural del cabello, así que mejor respétala, total, tampoco molesta mucho.
¿Y si falta pelo?
Y llegamos a una de las zonas complicadas, sobre todo en el caso de los hombres con entradas o claridades. Aquí recurrimos a las enseñanzas de expertos como los estilistas de Jean Louis David, en cuya web explican cómo cortar según la zona en la que la calvicie es incipiente.
Si el cabello empieza a disminuir en las sienes y en la frente, es preferible recurrir a la degradación, es decir, apurar más los lados para dejar mechones ligeramente más largos en la parte superior. Si por el contrario, donde el cabello comienza a clarear es en la coronilla, de nuevo se degradan los laterales y la zona central del cabello donde hay más densidad, se peina hacia atrás. Para solucionar un problema de entradas, los estilistas recomiendan apurar los laterales y la parte posterior de la cabeza para que el resto del cabello se quede en la parte superior, peinado en un mismo sentido.
Teniendo en cuenta todo esto, ahora solo está en tus manos -y en tus tijeras- decidir si cortar o esperar un poco más y recurrir a un profesional.
Cuando el pelo de un hombre se ha convertido en algo incontrolable, recurrir a las tijeras es más que necesario. Federico de Dinamarca compartía en la cuenta de Instagram de la familia real su paso por el peluquero, ofreciendo incluso un antes y un después cual estrella de las redes sociales.