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¿Iluminador en verano? Sí, pero sin acabado 'sweaty'
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¿Iluminador en verano? Sí, pero sin acabado 'sweaty'

El iluminador es un cosmético incuestionable en cualquier maquillaje, tanto si eres fan del look natural como si te gusta el drama, pero en verano puede ser un arma muy peligrosa

Foto: Rosie Huntington-Whiteley siempre lleva la piel iluminada pero libre de efecto 'sweaty'. (Getty)
Rosie Huntington-Whiteley siempre lleva la piel iluminada pero libre de efecto 'sweaty'. (Getty)

¡Viva el brillo! De eso no hay duda, pero ¿a qué precio? Abusar de iluminador, por mucho que nos haya costado o por mucho acabado natural que deje sobre la piel, puede terminar con un rostro ‘sweaty’, es decir, que brille tanto que parezca sudar.

Sí, nos encanta aplicar un pizquita de iluminador en la punta de la nariz, por no hablar de lo adorable que resulta iluminar el arco de Cupido y el efecto volumen inmediato que genera en los labios, pero esa zona es precisamente el triángulo de las Bermudas donde el iluminador pasa de ser varita mágica a arma mortal.

placeholder Cómo conseguir un glow perfecto como el de Chrissy Teigen pero sin acabado 'sweaty'. (Getty)
Cómo conseguir un glow perfecto como el de Chrissy Teigen pero sin acabado 'sweaty'. (Getty)

Si el brillo en el arco de Cupido se nos va un pelín de las manos, sea cual sea el formato del iluminador, la sensación que genera en el rostro es similar a la del sudor. Ese es el principal riesgo del abuso de iluminador, sobre todo en verano. Por muy jugosa que se quiera dejar la piel, hay que cuidar la cantidad, el formato del iluminador y la zona en la que se aplica.

Mide la cantidad

Para evitar un brillo sudoroso, hay que prestar mucha atención a la cantidad de producto que se aplica. Es preferible ir capa por capa para poder regularlo mejor y, si el cosmético te lo permite, aplicarlo con los dedos para conseguir el acabado más natural.

placeholder Iluminadores en stick.
Iluminadores en stick.

Un stick puede ser el cosmético salvavidas, siempre listo para un retoque sea donde sea. Para un acabado rosa nacarado, un toquecito de Watt’s Up de Benefit (35,95€) sobre el hueso del pómulo puede sustituir incluso al rubor.

Eliminar el brillo e introducir la luz con una cobertura mayor y un brillo nacarado es otra opción, la clave es aplicar la cantidad justa y necesaria de Vanish Flash Stick de Hourglass (24€).

Para un brillo muy jugoso pero con una capa muy ligera, el brillo microiridiscente e hidratante del Highlighter de Milk (24,95€), aplicado en una pasada sobre hueso de pómulo y arco de ceja, logra el acabado iluminado de la dewy skin.

placeholder La piel de Ashley Graham siempre tiene un acabado jugoso pero con los brillos bajo control. (Getty)
La piel de Ashley Graham siempre tiene un acabado jugoso pero con los brillos bajo control. (Getty)

Elige el formato adecuado

¿Queremos la piel con el glow de Jennifer Lopez? Sí, pero no por ello hay que entregarse a iluminadores demasiado líquidos o incluso oleosos. Si tu piel es seca, es una buena opción, pero si no lo es, corres el riesgo de acabar brillando como Whitney Houston, con un sweaty de libro. Los iluminadores en formato stick o gotero son geniales para medir la cantidad de producto, pero si lo prefieres en polvo, la clave está en tomar poco producto, sacudir y aplicar con toquecitos muy ligeros.

placeholder Iluminadores con los que medir la cantidad de producto.
Iluminadores con los que medir la cantidad de producto.

Para depositar la cantidad de iluminador justa, un aplicador que permita medir el producto gota a gota, como Meteorites Liquid Pearls de Guerlain (39,95), que se aplica con una esponjita retráctil y deja la versión cremosa de los famosos meteoritos.

Los iluminadores en gotero también ayudan a medir la cantidad de producto. Al aplicar capa tras capa, se puede regular el nivel de brillo y así no pasarse de la raya. Fresh Squeezed de Too Faced (9€) suma al brillo un ligero toque de pigmento, en dorado o en rosa.

También en gotero, la versión fluida del famoso Orgasm, Orgasm Liquid Highlighter de Nars (21€), es perfecta para la zona superior de las mejillas.

[LEER MÁS: El truco de Charlotte Tilbury para aplicar el iluminador y conseguir un efecto 'glow' natural y ultraluminoso]

Aplícalo en la zona indicada

El arco de Cupido queda liberado del iluminador en verano, o al menos liberado de las fórmulas más pigmentadas, pero el resto de las zonas a iluminar siguen siendo las mismas: arco de la ceja, un toquecito en el tabique y sobre el hueso del pómulo. El truco está en difuminar los bordes para que no quede nada y en que no haya demasiado producto. Incluso, el lagrimal puede potenciar la luz, borrando del mapa el efecto sudoroso.

placeholder Nuevos formatos iluminadores que sublimarán tu maquillaje.
Nuevos formatos iluminadores que sublimarán tu maquillaje.

Formatos clásicos y probados a todos los niveles, nuevas fórmulas o lanzamientos de elaborado packaging… Da igual cuál sea tu última adquisición en el terreno highlighter, si te entregas al brillo irisado, iluminarás mucho pero también difuminarás hasta que se pierdan los bordes. Una opción siempre ganadora es la de aunar esfuerzos y pasos como con el Cheek to Chic de Charlotte Tilbury (39,55€), que incluye un tono más claro y otro más sonrosado para que los mezcles e ilumines con naturalidad como lo hace la maquilladora, del pómulo a la sien.

Cremoso, fundente y tan brillante como de acabado invisible, You Glow Girl de INC.redible (12,55€) se adapta a cualquier zona del rostro. Puedes aplicarlo con cuidado en el lagrimal, el arco de la ceja, sobre el pómulo e incluso en el arco de Cupido pero con mucha mesura.

Y otro beneficio del brillo irisado es que con la luz puede jugar a crear distintas tonalidades y por ello pasar de ser un rubor a un iluminador o un bronceador, como el Diamond Multi Use Highlighter de Too Faced (41,55€), que deja la piel resplandeciente.

¡Viva el brillo! De eso no hay duda, pero ¿a qué precio? Abusar de iluminador, por mucho que nos haya costado o por mucho acabado natural que deje sobre la piel, puede terminar con un rostro ‘sweaty’, es decir, que brille tanto que parezca sudar.

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