Cuidar el cuero cabelludo de la exfoliación a la hidratación: stop picor y caspa
Los cosméticos que aplicamos sobre el cuero cabelludo y la forma en la que nos lavamos el cabello repercuten no solo en la salud del pelo, sino también en el picor o la aparición de la caspa
El cuero cabelludo es la base sobre la que se sustenta la salud de todo el cabello, sin embargo, más allá de frotar con energía cuando toca lavarse el pelo, no solemos prestarle especial atención a su estado. En la raíz del cabello no solo se amontonan las células muertas y los residuos de los distintos productos que apliquemos sobre el cabello, también se acumulan la grasa, el sudor y la contaminación, creando una capa que no deja respirar el cuero cabelludo y tiene consecuencias poco deseables para el cabello.
Utilizar los productos indicados para cada tipo de cabello y su estado, mantener a raya agresiones externas como el sol o la contaminación o incluso el uso continuado de gorros pueden estar detrás de ese picor descontrolado. Todo ocurre en el cuero cabelludo, la base de la salud capilar y una de las zonas más descuidadas en nuestra rutina diaria.
Algo tan sencillo como cambiar los gestos que realizamos de forma mecánica al lavarnos el pelo o el recomendado cepillado del cabello pueden contribuir a una mejor salud del cuero cabelludo y, como consecuencia, reducir notablemente la sensación de picor. Tip número 1: nada de recoger la melena cuando aún está húmeda o de meterse a la cama con el pelo mojado.
Siempre se ha dicho que para tener un pelo bonito es imprescindible tener un cuero cabelludo sano. Y una de las primeras señales de alarma de que algo no va bien con el nuestro es que empieza a molestar, lo notamos tirante, sensible, incluso nos obliga a rascarnos en exceso, terminando con el cuero cabelludo irritado. Incluso es habitual identificar el exceso de "tocarse el pelo" como un indicativo de falta de la higiene, pero ninguna de estas acciones tiene por qué ser consecuencia de un mal cuidado del cabello.
Pero precisamente el abusar de productos cosméticos para el pelo, como tintes, lacas, fijadores, mascarillas e incluso champús inadecuados, puede hacer que el prurito y la sensibilidad entren en escena. La razón es que estos productos van irritando las capas superficiales de la piel, esta se desprende y comienza a molestarnos. Esta descamación no tiene que confundirse con las pequeñas moléculas de la caspa, otro tema del que ya hablaremos, su forma y tamaño son fácilmente reconocibles.
Otro de los grandes desencadenantes de las crisis de picor en el cuero cabelludo es la contaminación, que va depositando partículas nocivas como metales, minerales y todo tipo de suciedad sobre el pelo. Además, el cabello tiene una gran superficie expuesta a las agresiones externas, lo que unido a que el pelo en sí no tiene muchas defensas hace que los daños se acumulen con más facilidad que en el caso de la piel. Y, por supuesto, no podemos olvidar los efectos del estrés, que se refleja en una mayor sensibilidad cutánea.
Reinventa tu rutina
Pero no siempre la culpa la tienen los factores externos, muchas veces es por nuestras malas costumbres. Más concretamente, porque no nos lavamos el pelo bien o no lo enjuagamos correctamente. Uno de los errores más habituales es poner el champú en la mano y de allí directamente a la coronilla; así que lo repartimos mal por el pelo, quedan zonas sin lavar y otras con exceso de jabón.
Antes de empezar hay que asegurarse de que el pelo está bien mojado, ya que si no es así el champú no se deslizará por toda la melena y no podremos emulsionarlo bien. Luego es fundamental dedicar unos cuantos minutos a frotar y masajear, para que se desprendan bien la suciedad y las células muertas. Y lo mismo ocurre al enjuagar: nada de hacerlo deprisa y corriendo, echando el agua solo en una zona y olvidando las demás.
La solución pasa también por poner en marcha un plan detox que elimine todos esos elementos irritantes y permita a nuestro cuero cabelludo volver a funcionar con normalidad. Ojo, la paciencia es clave: hay que ser persistente para que las fórmulas hagan su trabajo.
Además de los tratamientos para usar en casa hay rituales de peluquería que nos pueden ayudar. Por ejemplo, el Capilar Intensivo de The Chi Spa comienza purificando el cuerpo cabelludo con un champú a base de jengibre y romero; luego se aplica una mascarilla de flor de la pasión y proteína de trigo, potenciando su efecto con calor húmedo y se masajea bien para relajar y activar la circulación.
En el Salón Oliveras, utilizan, en el protocolo Peeling My Scalp, una mezcla especial de hierbas, aceites esenciales y sales del Himalaya, junto con agua micelar y aceite de girasol. La combinación se personaliza en función de las necesidades específicas de cada cabello.
Shopping para mantener un cuero cabelludo sano
BC Scalp Genesis Serum Calmante, de Schwarzkopf Professional (6,80€), no lleva siliconas y tiene un complejo que reequilibra el cuero cabelludo. Además, aporta vitaminas para frenar el daño que causan el estrés y la contaminación.
Exquisito como la delicada peonía de China, relajante y equilibrante, es el ingrediente fundamental del Sérum calmante y antiirritante de Klorane (8,99€)Se puede utilizar en cualquier momento en que se note alguna incomodidad en el cuero cabelludo.
Para ganar brillo, nada como el champú Talasso-Scrub Efecto Detox de Collistar utiliza las sales marinas para limpiar las toxinas, las células muertas y los residuos de los productos capilares, especialmente los que dejan tintes.
Para un lavado suave, Vital Plus Active (11,95€) limpia y sanea el pelo, en lugar de utilizar productos químicos, se basa en las propiedades regenerativas y protectoras del tomillo, el limón, la lavanda, el cajeput y el lúpulo.
Las micelas han llegado al cuidado del cabello con Pantene Pro-V Micelar (3,99€) que ha aplicado la tecnología del agua micelar a este champú purificante, especialmente eficaz cuando se trata de arrastrar las partículas que deja la contaminación.
El cuero cabelludo es la base sobre la que se sustenta la salud de todo el cabello, sin embargo, más allá de frotar con energía cuando toca lavarse el pelo, no solemos prestarle especial atención a su estado. En la raíz del cabello no solo se amontonan las células muertas y los residuos de los distintos productos que apliquemos sobre el cabello, también se acumulan la grasa, el sudor y la contaminación, creando una capa que no deja respirar el cuero cabelludo y tiene consecuencias poco deseables para el cabello.