Manicura en casa: trucos para que tu esmalte aguante toda la semana

Ha llegado el momento de hacerte la manicura en casa, desconecta el teléfono y prohibido cambiarse de ropa o de calzado con las uñas a medias. Aprovecha para hacértela, por ejemplo, antes de empezar a ver una peli o una serie, y así el esmalte se irá secando mientras te relajas tranquilamente en el sofá. Hacerse una manicura en condiciones requiere su tiempo, dedícale por lo menos lo mismo que si estuvieras en el salón.

Primer paso: Limar

Fundamental para darles forma y que crezcan bien. Hay que huir de los cortauñas y las tijeras, ya que suelen provocar que la uña se descame y se abra. Al limar, hay que hacerlo siempre en una dirección, la que resulte más cómoda, con pasadas largas y firmes. Nunca hay que llegar hasta el punto en el que 'despega' la uña, porque podemos provocar que se encarne, lo que resulta muy doloroso.

Segundo: Prebase protectora

Vale la pena invertir en una buena. No solo es clave para que el esmalte se adhiera mejor, sino que nutrirá y cuidará la uña. A la vez, evita que aparezcan estrías y se vuelvan amarillentas con los esmaltes oscuros.

Tercero: Color

Llega el momento del color. Espera a que se seque la primera capa antes de extender la segunda para que no se formen microburbujas: afean el esmalte y, por añadidura, pueden romperse y crear feísimos miniagujeros. Para saber si está seco presiona ligeramente una uña sobre otra; si no se pegan entre sí, es que puedes añadir otra mano más. Otro truco infalible consiste en rematar la última capa con una pasada en horizontal, a lo largo del borde de la uña. Así frenarás cada pequeño golpecito que reciba, especialmente si estás todo el día tecleando, y no se astillará tan pronto.

Cuarto: Top coat

Acaba con top fijador, así el color brilla más y refuerza el esmalte, haciéndolo más resistente a los golpes. Aplícalo inmediatamente después del esmaltado, para que se fundan las dos fórmulas y el efecto sea más duradero.

Acostúmbrate a mantener las uñas hidratadas y nutridas. Basta con poner cada día una gota de aceite de almendras en cada una y masajear tanto la superficie de la uña como la cutícula, para suavizarla y que no se reseque. En caso de que salte un poco de esmalte, en vez de quitarlo todo y volver a pintar, añade una capa extra, no demasiado gruesa, sobre la zona que se ha estropeado. Te aguantará sin problemas unos días más.

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