Puede que te estés pasando con la exfoliación (y no lo sepas)

Ese cutis de japonesa o coreana que parece bañado en filtros es obsesión para muchas. Y es real a menudo, pero a menos que seas de allí, ni tienes su genética (con mayor cantidad de colágeno), ni probablemente comas la misma cantidad de proteínas, ni estés usando tanto exfoliante.

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Cuidado, porque aquí llega la tentación: su rutina diaria incluye una buena dosis de esencias, tónicos, cremas y toda suerte de gadgets para tal menester, algo que para una piel occidental puede convertirse en un problema. Y sí, emocionarse a la hora de retirar las células muertas en busca de la textura homogénea, lisa y ultraluminosa es normal, pero no conviene. “Las células muertas ejercen una función barrera, y cuanto menos de esta tengamos, más agua perderemos. La filagrina, proteína que se encuentra en el interior de la célula, es necesaria porque una vez acaba su ciclo vital, libera en el cutis aminoácidos y azúcares que forman parte del factor natural de hidratación. Recientes estudios demuestran la relación entre bajos depósitos de filagrina y la dermatitis atópica, pero además las células muertas protegen frente a factores externos como el clima o las infecciones”, explica Pedro Catalá, cosmetólogo, doctor en farmacia y fundador de la firma Twelve Beauty. Por eso, el experto considera que las células muertas no necesitan ayuda para desprenderse solas: “El cuerpo es una máquina perfecta y la piel también, se exfolia de manera natural cada 28 días. No hay que acelerar este proceso”.

Justo cuando las tendencias del mercado se dirigen a scrubs de todo tipo: mecánicos, químicos y enzimáticos, productos específicos o incluidos en fórmulas de limpieza, tonificación o tratamiento. Ni tanto, ni tan poco, según Lidia Maroñas, dermatóloga de la Clínica Dermatológica Internacional. “Efectivamente, cada 28 días los corneocitos se desprenden de manera natural a la vez que se crean nuevas células, pero conviene favorecer la renovación periódica para que cumplan su función, y la exfoliación facilita el proceso. Por ello hay que encontrar el equilibrio y este paso debe ser suave y mantenido en el tiempo, en lugar de hacerlo de manera puntual pero agresiva”.

Y te darás cuenta de si es así, porque seguramente la piel quede tirante, como pulida, quizá enrojecida, puede que más seca y hasta inflamada. Suficientes motivos como para parar y ser honesta: ¿No estaremos exfoliando demasiado? “Lo importante es la intensidad y la calidad. El número de exfoliaciones debe adecuarse al estado y necesidades de cada cutis, pero como norma general las pieles gruesas y aquellas con tendencia mixta o grasa lo toleran mejor: dos o tres veces por semana. En las más secas basta una vez, y en las sensibles, una cada dos semanas”, añade la Dra. Maroñas. Igualmente dependerá del producto utilizado, pues, según Pedro Catalá, no es lo mismo un limpiador con partículas físicas, el cual realiza una exfoliación mecánica, que por muy delicada que sea crea microcortes imperceptibles que alteran la barrera (no hay que dejarse llevar por las descripciones botánicas que relacionamos con delicadeza, como cáscara, corteza de jojoba o polvo de cereza), o los de tipo enzimático, que se han autoproclamado 'alternativa natural' pero que son inestables a los cambios de humedad, pH y temperatura. El cosmetólogo prefiere los químicos, aunque considera que un par de veces al mes es suficiente.

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Sin embargo, si el scrub es suave y formulado con microcristales de magnesio, “ayuda a eliminar el residuo acumulado y a limpiar el poro, sobre todo en cutis mixtos y con tendencia acneica”, aconseja la dermatóloga, que apuesta por la combinación certera de la opción mecánica y química. Luego está la exfoliación química con activos como el retinol o los alfahidroxiácidos, que mejoran la calidad cutánea en epidermis y dermis, agrega la Dra. Maroñas. Si tu tez es sensible, el consejo es priorizar productos suaves y respetuosos con la funcionalidad dérmica: "En general se toleran mejor los de tipo mecánico con partículas redondas formados con activos no irritantes, o los enzimáticos".

¿Optas por los químicos como el retinol? Para aumentar la tolerancia cutánea deben incorporar moléculas antiinflamatorias como la niacinamida. Pedro Catalá recomienda en piel sensible mascarillas de arcillas como alternativa, y en caso de no poder resistirse, hacer una prueba en el antebrazo y comprobar si enrojece. Y hablando de zonas sensibles, te habrás dado cuenta de que cada vez existen más exfoliantes para labios. ¿Hace falta exfoliarlos también? “Su piel es ultrafina y no tiene tendencia a acumular residuo, no es imprescindible exfoliarlos, excepto en pacientes con mayor predisposición a las imperfecciones o a la aparición de puntos negros en el perfil, aunque el producto debe ser respetuoso”. Catalá recomienda pasar el cepillo dental con una mezcla de azúcar y miel. “El azúcar es hidratante”, termina.

Algunos aliados

Biretix Micropeel, de Cantabria Labs (19,90€)

Es un gel limpiador exfoliante suave (de acción tanto mecánica como química) con efecto micropeeling para pieles grasas o con tendencia al acné, y lleva acción calmante.

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Detox&Luminosidad Exfoliante Diario, de Olay (7,99€)

Con vitamina E y pro-vitamina B5 que elimina la piel muerta progresiva y suavemente una vez se activan sus partículas.

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The London Mask, de Twelve Beauty (120€)

La mascarilla purificante con lista de espera (solo se pueden formular 50 unidades al mes por su complejidad) con una producción a mano a base de aceites ideal para todas las pieles.

Power-Full lip Scrub&New Power de Buxom (19€)

Exfoliante labial en barra que elimina suavemente las pieles secas, rico en azúcares hidratantes, manteca de mango y aceite de semilla de papaya.