El look beauty de Carrie Symonds en su boda: del peinado boho al maquillaje sesentero

Nadie esperaba una boda repentina, pero ahí estaba Carrie Symonds para sorprender a todo el mundo con traje de novia de inspiración boho y un peinado a juego. De la manicura al maquillaje, todo estaba cuidado en el look de la antes novia, ahora mujer, de Boris Johnson. Aprovechar un día de buen tiempo en Inglaterra puede llevarte a hacer un pícnic en el parque, una barbacoa en el jardín o, en el caso de primer ministro, a casarte en petit comité aprovechando las horas de luz.

A juego con la idílica postal de un soleado fin de semana de mayo, Carrie Symonds pasaba por el altar enfundada en un diseño de inspiración hippie de Christos Costarellos. El vestido, a la venta en Net-a-Porter por 2.870 libras, ya está agotado. El look beauty, por suerte, está al alcance de cualquier novia de primavera-verano.

Estética campestre

Si de alguna forma se podría definir el inesperado enlace es como bucólico. Las pocas fotografías que han trascendido de los novios, además de mostrarles muy sonrientes, nos dejaban ver los verdes jardines de Downing Street como protagonistas de la ceremonia. La estética elegida por la novia era la boho, luciendo un vestido del diseñador alemán de origen griego Christos Costarellos, caracterizado por sus diseños de estilo heleno. Para acompañar al diseño, eligió una corona de flores naturales, las únicas que se verían en la celebración, según han confesado algunos asistentes al 'Daily Mail'.

La corona, compuesta por margaritas, paniculata y rosas inglesas, componía una elección floral blanca que armonizaba con el vestido, también con flores bordadas, y mantenía esa estética boho que la novia buscaba. Los asistentes también apuntaron que, desde la entrada en la Lady Chapel de la abadía de Westminster hasta la posterior celebración en Downing Street, toda la puesta en escena nupcial fue muy romántica.

Para un día tan especial, Carrie Symonds tampoco quiso renunciar a su habitual peinado, dejando el cabello suelto con unos bucles muy marcados de medios a puntas, coronado con el tocado floral. El resultado final era un peinado boho que parecía salido de una revista de novias de los años sesenta. Con la raya a un lado, como buena millennial, Symonds acomodó todo su cabello en un extremo y lo fijó con la corona.

Inspiración boho sesentera

No cabe duda de que esa era la intención de Carrie. Su maquillaje continuaba con el espíritu retro. El punto fuerte del look reposaba en el labial anaranjado como única nota de color. La piel de Carrie estaba maquillada con una base muy natural que mantenía el tono claro de su piel y potenciando su luminosidad para conseguir un efecto natural. La barra de labios en un naranja acoralado aportaba la cantidad justa de color, con un acabado mate que creaba la sensación de un labio más grueso, además de dar calidez al rostro.

Tampoco faltaba otro de los cosméticos preferidos de Carrie, la máscara de pestañas voluminizadora. Habitual de las extensiones y los postizos, la mujer de Boris Jonshon recurría, sin embargo, a la máscara de pestañas para crear su maquillaje nupcial. Grosor, oscuridad, longitud y, por supuesto, waterproof eran fundamentales para dar forma a su mirada.

La novia del esmalte burdeos

Un detalle que puede pasar desapercibido pero que es fundamental para crear un look de novia es la manicura. Las manos protagonizarán más de una instantánea en el momento anillo, por lo que el esmaltado de las uñas tiene que estar preparado para ese momento. Mientras para la manicura Carrie optó por un tradicional rosa empolvado que la reina Isabel II aprobaría, para la pedicura rompió con cualquier protocolo. Con un diseño cuadrado y un esmalte burdeos muy oscuro, la novia se descalzó durante la recepción en los jardines, dejando ver su pedicura.

Sobrevivir en tacones a una celebración al aire libre tiene sus riesgos y descalzarse suele ser una opción bastante popular entre los invitados con tacones. Poseída por el espíritu boho de su look hippie, Carrie también se quitó sus zapatos y presumió de pedicura. Una novia distinta e inesperada.