¡Alerta! También debes cuidar del microbioma de tu boca
Las bacterias son parte de ti. Literalmente. Tras comprender a las que se ubican en la piel y en el sistema digestivo, ha llegado el momento de prestar atención al microbioma bucal
Para ponernos en contexto, el odontólogo Iván Malagón, director de Iván Malagón Clinic, nos da unos apuntes previos: “Se denomina microbioma al conjunto o comunidad de microorganismos que se encuentran en nuestro cuerpo, tanto interna como externamente”. Esto supone que, queramos o no, formamos una unidad biológica que incluye a una amplia comunidad microbiana. Así, debemos entender el papel relevante que estos patógenos tienen, tanto en los momentos de salud como de enfermedad.
Si nos centramos en el oral, lo podemos definir como “la comunidad de microbios de tu boca”, afirma Marie Drago, doctora en farmacia, miembro de la French Society of Cosmetic Science y fundadora de la marca pionera Gallinée. Ella lo denomina como un “pequeño planeta propio”, ya que las “las bacterias de la superficie dura y visible de los dientes son muy diferentes de las que viven en la parte posterior de las encías”. Además, el microbioma oral es la segunda comunidad con más diversidad del organismo, pues alberga a más de 700 especies diferentes.
¿Cuáles son las consecuencias de un ecosistema bucal alterado?
Ya sabes que la clave de estos microcosmos llenos de vida que habitan en tu cuerpo es el equilibrio. Cuando se encuentran en simbiosis es un sinónimo de salud. Sin embargo, cuando algo perturba esa armonía, en el caso concreto de la boca, pueden aparecer síntomas como el mal aliento, la sequedad bucal, una inflamación en las encías, el surgimiento de lesiones blanquecinas (como infecciones por hongos)… El resultado es que pueden dar pie a enfermedades como la periodontitis, la gingivitis o las caries.
Marie Drago señala que “las caries son causadas por una bacteria dañina llamada Streptococcus mutans (S. mutans). A este microorganismo le encanta el azúcar y produce ácido a partir de él, que adhiere a tu esmalte”. El Dr. Malagón explica que su proliferación surgió cuando, en nuestra condición de seres humanos, empezamos a consumir más azúcar refinado y se adaptaron con éxito al aumento del estrés oxidativo que supuso este gesto. De este modo, cambió el metabolismo de esta especie y ahora es una de las más abundantes en nuestra cavidad oral y la responsable de patologías como las famosas caries.
Eso significa que esta comunidad invisible es inherente al ser humano y evoluciona con nosotros. Así, algunos hábitos de vida modernos provocan desequilibrios en la flora erradicando o debilitando a muchos microorganismos en beneficio de otros.
Gestos para mantener en orden al microbioma de la boca
Los expertos destacan que ya es hora de que prestemos atención a este concepto, lo entendamos y sepamos cuidarlo cómo se merece. El Dr. Iván Malagón reconoce que nuestro estilo de vida puede generar un gran impacto en él. “El consumo excesivo de azúcares, los malos hábitos alimenticios y de sustancias como el consumo de alcohol y tabaco, así como la falta de una higiene oral adecuada, son los principales causantes de su desequilibrio”, sostiene.
A priori, las pautas para “mantener todo en orden” y proteger a tu comunidad bucal, son muy fáciles de interiorizar:
- Elige una alimentación correcta, que se base en un aumento del consumo de fruta, de vegetales ricos en nitratos y de pescado, marisco, algas y moluscos que aseguren el aporte correcto de ácidos grasos omega-3. Marie Drago recuerda que “a las bacterias nocivas de tu boca les encanta el azúcar y el ácido, así que evítalos o equilíbralos con alimentos alcalinos como las verduras frescas”.
- Intenta que el ayuno nocturno sea de, al menos, unas 13 horas.
- Presta atención al masticar. Es un gesto que ayuda a salivar y la saliva es necesaria para regular el pH, lo que afecta a la composición de las bacterias.
- Evita gestos nocivos como moderte las uñas (provoca que los dientes choquen de forma continua y recuerda que las manos son una fuente de suciedad) o utilizar tu dentadura como una herramienta (se producen microfracturas que los debilitan poco a poco).
- Olvida el tabaco. Entre sus consecuencias negativas, se ha demostrado que favorece la aparición de la placa.
- Mantén una correcta higiene. Marie Drago indica que cepillarte los dientes supone acabar momentáneamente con todo tu microbioma (asegura que la mayoría de las bacterias que se encuentran en una boca sana son buenas). Pero es un gesto básico (que también debes hacer sobre la lengua, las encías y el interior de las mejillas) ya que “la acción mecánica ayudará a desalojar la placa, que es una pequeña reserva de las partículas nocivas”.
¿Un tip extra? “Se supone que no debes enjuagar tu pasta, solo escupir. Así los buenos ingredientes activos pueden permanecer más tiempo en contacto con tus dientes”.
El futuro de las fórmulas de cuidado
En realidad, es el presente porque las referencias que ayudan a los microorganismos bucales ya son una realidad. Desde la firma Gallinée apuestan a que no se te ocurriría desinfectar tu piel o tu intestino tres veces al día, pero es lo que intentas hacer con la boca. Por eso, el objetivo de su gama dental es cuidar y reforzar a las bacterias buenas, con probióticos y prebióticos (la estrella es el xilitol, una alternativa al flúor) para hacer frente a las nocivas y así reducir las irritaciones y el desarrollo de placa.
¿Sabes cuál es el gran aliado que parece llegado del futuro? El Pack Oral Care, de Gallinée (29 euros, en Laconicum). Se compone de una pasta para dientes y encías sensibles (con un 95% de ingredientes naturales) y un suplemento de pastillas para chupar (con prebióticos, probióticos y vitaminas D3 y B8) que debes usar una vez al día, tras el cepillado, con el fin de fortalecer tu dentadura.
Para ponernos en contexto, el odontólogo Iván Malagón, director de Iván Malagón Clinic, nos da unos apuntes previos: “Se denomina microbioma al conjunto o comunidad de microorganismos que se encuentran en nuestro cuerpo, tanto interna como externamente”. Esto supone que, queramos o no, formamos una unidad biológica que incluye a una amplia comunidad microbiana. Así, debemos entender el papel relevante que estos patógenos tienen, tanto en los momentos de salud como de enfermedad.