¿Un masaje intrabucal para reducir las arrugas? Así es el supuesto truco antiedad de Meghan, JLo o Kate Moss

Hace unos años se extendía por Hollywood el 'buccal face massage', también conocido como 'inner facial' o directamente masaje intrabucal (o intraoral), y una de las celebrities encantada con el tratamiento era la duquesa de Sussex, por aquel entonces tan solo Meghan Markle, Rachel Zane en ‘Suits’. En una entrevista realizada en 2014, desvelaba en qué consistía el elitista (por precio) masaje con el que sus tejidos faciales eran puestos en forma e incluso hablaba de su facilista de confianza para realizarlos, Nichola Joss. Mientras que sí ha mantenido su excelente relación con su facialista británica, Sarah Chapman, parece que ya no hay rastro de Joss en la vida de la actriz.

Fuera como fuese, este curioso masaje que se realiza desde el interior de la cavidad bucal no era exclusivo de Meghan Markle. Kate Moss o Jennifer Lopez, dos de esas celebrities encumbradas al nivel de iconos y que mantienen su rostro con un envidiable aspecto a prueba de gravedad, también son usuarias de estos 'inner facials'.

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Pero ¿qué es realmente un masaje intrabucal?

Su funcionamiento y resultados se acercan bastante a lo que en el sector se conoce como gimnasia facial. Si en los masajes tradicionales se ejecuta una precisa coreografía siguiendo una dirección concreta con la que descongestionar algunas áreas del rostro y estimular la circulación de otras, e incluso ejercer un efecto tensor con el que elevar algunos rasgos, el masaje intrabucal utiliza toda esa experiencia y la potencia al reforzar el masaje con una doble estimulación: por dentro y por fuera del rostro.

El dedo índice y el pulgar son los encargados de ejercer la fuerza necesaria y marcar el ritmo, uno desde la superficie de la piel y el otro acompañándolo desde el interior de la boca y moviéndose simultáneamente, como si se pretendiera aprisionar la piel y los músculos para estimularlos. Sobre la piel limpia, se aplican unas gotas de aceite para facilitar que los dedos se deslicen y para masajear la cavidad bucal se realiza el masaje con guantes con una duración aproximada de 10 minutos. Al poder acceder al músculo tanto por dentro como por fuera, su estimulación es mayor y lo que se consigue, según explican facialistas de celebrities como Danna Omari, es reafirmar el músculo.

Además de trabajar como un masaje drenante al uso, el intrabucal se utiliza para varios fines, tanto estéticos como médicos. Entre sus promesas está la de realzar los pómulos, funcionando como un masaje escultor capaz de reafirmar y, por tanto, no solo levantar la mirada o reafirmar los pómulos, sino también frenando la flacidez consecuencia del paso de los años. El rostro se descongestiona y, si se repite con asiduidad el masaje, la profundidad de las arrugas se puede suavizar. Hasta aquí la teoría defendida por los profesionales que realizan este tipo de masajes.

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“Al eliminar los bloqueos y ejercitar los músculos y relajarlos, finalmente los fortalecemos. Estamos volviendo a entrenar los músculos. A medida que envejecemos, todo comienza a volverse lento, pero al masajear, no solo relajamos los músculos, sino que también los ejercitamos. Y finalmente, se levantan. Por los movimientos repetitivos, también estamos provocando un microtrauma para que la piel se pueda regenerar. Estamos guiando la piel para que se cure sola”, explicaba Danna Omari a Huda Kattan en su web. Aunque en tan solo 4 sesiones comienzan a preciarse los resultados, la esteticista recomienda realizar una o dos sesiones por semana durante al menos dos meses para que el rostro se vea más perfilado, además de continuar con los masajes en casa.

La propia Meghan Markle reforzaba también esta idea, años antes de ser duquesa, jurando que en los días en lo que ella misma se hacía el masaje con sus propias manos, sus pómulos y la línea de la mandíbula estaban mucho más definidos, “por eso su demanda se dispara en la temporada de premios cuando todas las actrices quieren lucir su mejor aspecto”, confesaba en la entrevista.

Aunque el tratamiento, con un precio de entre 300 y 500 dólares por masaje, parece tentador por su poder antientiedad más natural y cero invasivo, en la actualidad no hay estudios científicos que lo respalden como procedimiento fiable, explica a Vanitatis Jorge Ferrús, periodoncista, implantólogo y cofundador de la clínica dental Ferrus & Bratos: “Todavía no podemos afirmar rotundamente que los masajes intraorales sean aliados efectivos para devolver la tersura a la piel”.

Donde sí podrían ser efectivos este tipo de masajes es para aliviar algunos síntomas del bruxismo. “Desde el punto de vista odontológico y como profesionales, es que los masajes en la zona de la boca son beneficiosos para la salud oral”, apunta Jorge Ferrús. El bruxismo obliga a la dentadura a soportar una mayor carga, lo que se traduce en dolor no solo en la boca, sino también el cuello, los oídos o los hombros. “Aunque el tratamiento indicado para paliar estas cargas extras en la mandíbula es una férula de descarga, también está indicada la visita a un especialista en fisioterapia oral que realice masajes específicos para destensar la mandíbula y el cuello”, momento en el que el masaje intrabucal tendría cabida según el odontólogo.

“Es un tipo de tratamiento que estimula la circulación, como cualquier masaje de los que se han hecho tan famosos en clínicas de estética, que seguro que funciona muy bien para la piel pero no creo que cree cambios o al menos que lo haga a muy largo plazo”, sostiene también Irene Esteve, directora de Irene Esteve Dental Aesthetics, odontóloga y experta en estética dentofacial (www.ireneesteve.com).