Eyeliner cisne y rubores ultrapigmentados: la Alta Costura dicta las tendencias beauty del 2022
Sin caer en los maquillajes fantasía pero con una considerable nota de color y eyeliners muy marcados, los desfiles de alta costura proponen una sofisticación centrada en la mirada
Los años 20 fueron los del bob francés; la década de los 30, la de los labiales rojos; los setenta fueron para los delineados, hubo flequillos en los setenta y… Como consecuencia directa del normalizado uso de la mascarilla, en los años 2020 la mirada ha pasado de ser un detalle en el que las grandes firmas de la moda apenas reparaban -optando antes por centrarse en una piel sin imperfecciones y de tono homogéneo- a convertirse en el foco de la apuesta beauty de cualquier desfile. Chanel Dior, Elie Saab, Schiaparelli o Giambattista Valli han centrado toda la atención en el maquillaje de los ojos para sus colecciones de alta costura, convirtiendo el párpado en un lienzo y el eyeliner en un preciso pincel con el que tallar una dramática obra maestra.
Giambattista Valli era el encargado de abrir los desfiles parisinos y la rusa Yanina Couture ponía el broche final a una pasarela en la que soñar está permitido, algo que ahora ya no solo se refleja en la riqueza de tejidos y las dimensiones de los volúmenes, también se traslada a cabello, manicura y maquillaje marcando el ritmo de las tendencias del 2022.
Delineados 20.22
El indiscutible protagonista de la Semana de la Alta Costura, aparte de Carlota Casiraghi a caballo inaugurando el desfile de Chanel, han sido los eyeliners más originales y atrevidos de las últimas temporadas.
La maison francesa, que acostumbra a un maquillaje de ojos muy dramático para sus desfiles de alta costura, se hizo eco de la tendencia del doble delineado y creó un original eyeliner cisne en el que el trazo se realizaba con sombras en stick y un pincel biselado. De este modo, se conseguía un trazo más desdibujado. El trabajo en el párpado superior comenzaba desde el lagrimal, siguiendo el clásico maquillaje de cisne negro, pigmentando todo el párpado, por encima incluso de la cuenca del ojo, para rematarlo en un cat eye horizontal. El segundo delineado era apenas un trazo desdibujado que mantenía la horizontalidad al estilo egipcio. Para una mayor dramatización, la línea de agua se maquillaba con el mismo color. El tono elegido no era un negro opaco, sino más traslúcido, rematado por un toque dorado en el párpado móvil, aplicado con la yema de los dedos.
Por el contrario, Dior revolucionaba la escena con su ya característico reverse eyeliner, que ya vimos en desfiles anteriores, pero en su versión más luminosa. Con la combinación de lápiz de ojos blanco y eyeliner del mismo color, el resultado era el de una mirada llena de luz y amplificada.
Giambatista Valli repetía el éxito del floating eyeliner, creando un delineado digno de pluma estilográfica. Con ayuda de un eyeliner muy pigmentado y mate, se realizaba un zigzag adaptado a la forma del ojo, en el que no faltaba el reglamentario delineado a ras de pestañas, manteniendo el rabillo final en negativo y resaltando el lagrimal con sombra blanca para aumentar el contraste.
Siguiendo las normas del delineado tradicional, la propuesta de Valentino era quizá la más limpia y fácil de recrear. Con un marcado acento retro, el italiano apostaba por un eyeliner algo más grueso y de trazo ascendente para abrir y levantar el ojo, que nacía desde el lagrimal y se iba engrosando mientras seguía la forma del ojo, para terminar rematado con un finísimo delineado. Coincidía la propuesta beauty de Gretel Z.
El único corte de pelo de moda
No es un bob ni una melena midi, es el corte de pelo más chic e inesperado de los últimos años y su fama se la debemos únicamente a las modelos que desfilan en las mejores pasarelas de moda. La melena a la altura de la barbilla o chin bob, tanto con flequillo como sin él, ha pasado de ser la seña de identidad de algunas de las modelos fetiche de Chanel a ser el estilismo más repetido sobre el ‘catwalk’, en parte, gracias a su versatilidad.
De forma trapezoidal, se adapta a la forma del rostro, enmarcando cada uno de sus rasgos y sumando volumen y movimiento. Su facilidad de peinado, al adaptarse tanto a recogidos como al efecto mojado, la raya en medio o a un lado, o al ser especialmente útil para los estilismos que requieran peluca, allá donde miráramos la melena de largo lob y estilismo parisino se ha convertido en el corte de pelo protagonista de la Alta Costura.
Extensiones de pestañas de nueva generación
En la reivindicada importancia de la mirada, también cabe destacar la omnipresencia de las pestañas postizas. Una vez superadas las extensiones de pestañas que restaban la naturalidad etérea que siempre se espera de la Haute Couture, la estrategia para sumar volumen y dramatismo a la mirada, permitiéndose incluso prescindir del delineado, pasa por el uso de las pestañas postizas, si bien no discretas, convertidas en el único accesorio de la mirada.
Sin tener siquiera que utilizar unas pestañas demasiado llamativas, Elie Saab lograba un efecto impactante simplemente modificando la zona en la que pegarlas. Sobre un párpado de efecto mojado, el diseñador libanés lograba rasgar la mirada simplemente colocando la pestaña un par de milímetros sobre la línea de la pestaña natural. Otra de las innovaciones de la firma era aplicar pestañas de una tonalidad más clara y mucho más larga, logrando un look casi de dibujo animado.
Peinados retro
Lo que comenzara como una tendencia pasajera hace un par de temporadas es a día de hoy el estilismo más socorrido en la pasarela. ¿Curtain fringe y melenas setenteras? No, el volumen de los cardados de los sesenta se ha atrincherado un año más en los looks de Giambattista Valli a través de sus altísimas coletas. El ingrediente clave y absoluta lección aprendida del 2021 son las extensiones, responsables de cuadruplicar el largo y grosor de las colas de caballo.
Por su parte, Gretel Z alcanzaba ese volumen retro a través de altísimos moños, creados a partir de mechones retorcidos que lograban una castaña muy gruesa, mientras el resto del cabello mantenía el efecto pulido de acabado mojado.
Rubores con color
Podría decirse que TikTok ha conseguido colar una de sus modas en la pasarela más prestigiosa. El día que la plataforma se adelantó al dictamen del Pantone 2022, vaticinando que el morado sería el color de la temporada, la historia comenzó a cambiar. TikTok demostró que un rubor en crema de un intensísimo color morado se transformaba en un saludable rosa sobre las mejillas, y ahora es la firma Viktor & Rolf la que maquilla a sus modelos con el mismo blush vibrante. Se acabó eso de las mejillas con poco color o simplemente pellizcadas. Partiendo de los tonos naturales, la Alta Costura defiende que los pómulos tomen protagonismo en la estructura facial.
Tras Viktor & Rolf, también encontramos la propuesta de Chiara Perrot. En este caso, la diseñadora napolitana se apoya en el naranja como oposición al frío rosa. Mejillas profusamente maquilladas en distintas tonalidades de coral y naranjas terracota que aportan calidez inmediata al rostro.
Por su parte, Zuhair Murad recurría a las expertas manos de Charlotte Tilbury para elaborar un maquillaje muy natural, pero en el que la piel parecía sublimada gracias al uso de bronceadores satinados. La británica ahumaba los ojos en tonos neutros para conseguir una imagen homogénea y besada por el sol.
"Utilizamos la Magic Cream de Charlotte y la nueva Beautiful Skin Foundation para una piel de aspecto saludable y dewy (brillo jugoso), con un ligero tono bronceado inspirado en un idílico tono isleño, creado con un contorno en crema", explica la maquilladora Charlotte Tilbury.
El efecto mojado resistirá
Recurso fetiche de la pasarela donde los haya, el efecto mojado se cuela cada año en todos los desfiles de moda y la alta costura no es la excepción. Chanel pulía su melena con una coleta baja con la que igualar las melenas de todas sus modelos, marcando su ya característica raya a un lado y añadiendo postizo a los recogidos más escasos.
Alternativa al look chanelero, encontramos el nuevo efecto mojado de Elie Saab, más cercano al Armani Privé de 2021. Respetando la onda natural del cabello y texturizándolo, melenas y pelos cortos mantienen una imagen fresca que también recuerda a la 'Sabrina' de 1995.
Chiara Perrot y Schiaparelli también se han apoyado en el efecto mojado para pulir las melenas y poder así otorgarle un mayor protagonismo a los accesorios en el caso de Schiaparelli y lograr una imagen ultrafresca y natural en la propuesta de Perrot.
Los nuevos ahumados
Comentadísimo fue el aleatorio smokey eye con sombras negras salpicadas de glitter que despertaron sentimientos encontrados. Sin embargo, tras cerrar por completo la Semana de la Alta Costura, parece evidente que, sí, han vuelto, pero no como los lucíamos en los primeros años 2000.
La potente apuesta de Schiaparelli convertía la sombra de ojos negra y mate en el vehículo con el que diseñar un cat eye sin una definición muy marcada. El recogido pulido, las cejas bleached que también utilizaron Viktor& Rolf y la piel nívea hacían destacar por completo la oscura mirada. Para incorporar un sutil punto de luz, Schiaparelli incorporaba el dorado que la ha convertido en la marca del momento, a través de un sutil toque de sombra de oro en el lagrimal.
Menos sutil aunque igualmente impactante era la explosión de glitter en todo el tercio superior de las modelos de Sergeenko. El brillo tampoco faltaba, como decíamos, en el maquillaje de Chanel. Al eyeliner cisne se le sumaba un ojo maquillado en un smokey eye redondo, logrando el efecto ‘oso panda’, que muchos apuntaban como una coz de caballo en el ojo.
Otro tipo de smokey eye que la pasarela ha recuperado han sido los smokey eyes sencillos. La propuesta bronceada de Zuhair Murad se apoyaba en smokey eyes en tonos neutros. Apoyados en la tendencia de los bronzing eyes y el contouring de ojos, Charlotte Tilbury y su equipo de estilismo diseñaron un look centrado en una mirada cálida pero potente. “A Zuhair le encanta el dramatismo de los ojos ahumados, así que usamos sombras de ojos mate en tonos neutros para definir los ojos y crear un hermoso efecto difuso, con un toque bronceado en los párpados”, apuntan desde la marca.
Los años 20 fueron los del bob francés; la década de los 30, la de los labiales rojos; los setenta fueron para los delineados, hubo flequillos en los setenta y… Como consecuencia directa del normalizado uso de la mascarilla, en los años 2020 la mirada ha pasado de ser un detalle en el que las grandes firmas de la moda apenas reparaban -optando antes por centrarse en una piel sin imperfecciones y de tono homogéneo- a convertirse en el foco de la apuesta beauty de cualquier desfile. Chanel Dior, Elie Saab, Schiaparelli o Giambattista Valli han centrado toda la atención en el maquillaje de los ojos para sus colecciones de alta costura, convirtiendo el párpado en un lienzo y el eyeliner en un preciso pincel con el que tallar una dramática obra maestra.
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