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Adiós a los tonos radicales en el pelo: se llevan los cálidos (ayudan a ir sin maquillaje)
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DUDAS Y PREGUNTAS

Adiós a los tonos radicales en el pelo: se llevan los cálidos (ayudan a ir sin maquillaje)

Dejamos atrás los rubios platino, los pelirrojos chillones y los negros radicales. ¿Sabías que además los tonos cálidos actúan como un producto iluminador sobre la piel?

Foto: Marras (Imaxtree)
Marras (Imaxtree)

Elegimos el color del pelo en función de gustos y tendencias. Pocas veces reparamos en cómo le sentará a nuestro color de piel, y aún menos en que, bien escogido, será capaz de actuar como un buen corrector, unos polvos de sol o un iluminador. Así lo cree el estilista David Lorente, según el cual el rubio champagne, siempre que vaya aderezado con reflejos dorados, es capaz de subir dos tonos el color natural del cutis y ahorrarnos el makeup. “Es perfecto para pieles pálidas que no salen de casa sin extender una buena dosis de polvos bronceadores”, aclara. También el rubio cálido, el conocido como 'buttery blonde' o 'mantequilla' de reflejos beis es perfecto para iluminar las pieles apagadas y las maduras, porque aporta un toque rosado al igual que lo haría una base de maquillaje, además de dulcificar especialmente los ojos marrones o ámbar.

Foto: Ester Expósito, en el Festival de Cine de Cannes. (Getty/Vittorio Zunino Celotto)

“Los cobrizos quedan espectaculares en las pieles medias y claras por su poder iluminador. Las más blancas deben optar por cobrizos claros e ir subiendo el tono en las medias, y siempre este color exigirá una piel impoluta y sin imperfecciones”, añade Lorente. Podemos obtener el efecto BB Cream en el rostro gracias a los colores avellana y miel, pues suavizan e uniformizan el tono. “Si además se aclaran algunos mechones frontales emulando el contouring, dejan la piel más luminosa”, aporta el estilista.

La base, dos tonos por debajo

Este año la apuesta en la gama cromática es por los cálidos, lejos de los fríos de temporadas anteriores, como afirma Rubén Torres, director de IO Salón. El profesional se queda con los rubios tostados beis empolvados, con los rubios cobrizos de aspecto natural y con los marrones glaseados que están tan de moda. La calidez la apoya Esther González, propietaria de los salones Menta Beauty Place. Como una evolución del año pasado, “casi un 95% de nuestras clientas busca tonos naturales, mechas degradadas, babylights o balayage con degradados sutiles que viran hacia tonos más suaves como los avellana, miel o caramelo. En 2022 los rubios se oscurecen un poco hacia el marrón, que nada tienen que ver con aquellos ice blonde de hace no tanto (entiéndase, los platino)”.

Y, además del tono de piel, otra premisa importante es priorizar la base de pelo de cada persona. Está de acuerdo David Lorente: “El color de base debe marcar el trabajo, aunque lo recomendable es aclarar uno o dos tonos dentro de la gama con la que queramos jugar”. Esto de ir hacia tonalidades más claras es la propuesta de la mayoría de expertos. Manuel Mon, de Manuel Mon Estilistas, lanza una idea: “A la hora de escoger un color, que siempre sea más claro que nuestra base; no hace falta que sea muchos tonos más claro, con uno o dos es suficiente para dar un toque de luz, que es lo que verdaderamente favorece. Los demasiado oscuros, y más si se hacen de forma sólida, añaden años”.

placeholder Los reflejos claros, el balayage o los rubios tipo bronde también seguirán siendo tendencia. (Imaxtree)
Los reflejos claros, el balayage o los rubios tipo bronde también seguirán siendo tendencia. (Imaxtree)

Más allá de las tendencias

Pero esto de apostar por la calidez no es solo cuestión de corrientes. David Lorente siempre recomienda virar un poco el tono hacia esta versión más sutil de la paleta cuando se acercan los meses fríos. “Es una manera de abrigar el color del cutis que ahora está más apagado y claro. En el caso de los marrones, castaños y negros conviene recurrir en invierno a los colores de los frutos secos, los alimentos más nutritivos y las maderas más acogedoras: los reflejos avellana, miel, caoba, regaliz y café son los más favorecedores”, añade el estilista, que propone reflejos miel o avellana para los castaños; para los morenos, mechas en colores café o caoba; y en los negros evitar los reflejos azulados o violeta, más fríos, y optar por un tono regaliz.

placeholder Cristina Brondo, en la 36 edición de los Premios Goya, con tocado y maquillaje de Dior. (Cordon Press)
Cristina Brondo, en la 36 edición de los Premios Goya, con tocado y maquillaje de Dior. (Cordon Press)

“Bajo mi punto de vista, a partir de los 40, el negro puede endurecer la expresión y marcar más las arrugas, tiene cierto riesgo. Por otro lado, recomiendo a las rubias olvidarse de las mechas ceniza y buscar las doradas, pero sin rastro de naranja, o las beis. Para los cobrizos, lo mejor es oscurecerlos un poco y alternar algún reflejo caoba con los cobres”. Así que el mensaje, sea cual sea el color de nuestro pelo, es claro: algún tono por debajo rejuvenece, dulcifica y da luz al rostro.

Elegimos el color del pelo en función de gustos y tendencias. Pocas veces reparamos en cómo le sentará a nuestro color de piel, y aún menos en que, bien escogido, será capaz de actuar como un buen corrector, unos polvos de sol o un iluminador. Así lo cree el estilista David Lorente, según el cual el rubio champagne, siempre que vaya aderezado con reflejos dorados, es capaz de subir dos tonos el color natural del cutis y ahorrarnos el makeup. “Es perfecto para pieles pálidas que no salen de casa sin extender una buena dosis de polvos bronceadores”, aclara. También el rubio cálido, el conocido como 'buttery blonde' o 'mantequilla' de reflejos beis es perfecto para iluminar las pieles apagadas y las maduras, porque aporta un toque rosado al igual que lo haría una base de maquillaje, además de dulcificar especialmente los ojos marrones o ámbar.

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