Importante: si usas así los cosméticos, serán más efectivos

Elegir una buena crema o un buen sérum es básico. Pero si luego no lo utilizamos como es debido, perdemos eficacia, por no hablar de que podría contaminarse, deteriorarse el producto y ser perjudicial para la salud de la piel. Así que antes de arruinar el bolsillo y el cutis, dejamos en manos de expertos cómo utilizar cada producto de la rutina cosmética para sacar el máximo rendimiento:

• Limpiadores. Esto depende mucho del tipo de producto. Como explican Nerea Goyenechea y Montse Rufas, responsables de I+D+i y de formación de Massada, en el caso del agua micelar es necesario aplicar a toques para que las micelas, responsables de la acción limpiadora, se rompan y realicen correctamente su función. Respecto a la leche limpiadora, en cambio, una vez extendida con las manos, conviene hacer un movimiento de arrastre con el disco de algodón, así se elimina la suciedad. Desde Castilla Termal Hoteles, María Polo, experta en estética del área de balnearios, explica un truco para desmaquillar los ojos de manera suave y cuidar las pestañas: cubrir con el disco impregnado en producto todo el ojo y dejar actuar dos minutos para arrastrarlo (sin frotar) después desde el inicio de la pestaña hacia afuera. Luego le toca el turno al tónico, que debe pasarse con toquecitos.

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• Sérum. Este es el que concentra la mayor cantidad de activos y no la crema, ojo; así que vamos a utilizarlo bien. Dice Reme Navarro, farmacéutica y portavoz de la plataforma de bienestar Atida Mifarma, que con poquita cantidad ya es suficiente: 2 dosis, es decir, la cantidad aproximada de un guisante, o si tiene gotero, 3 o 4 gotas. Nerea Goyenechea y Montse Rufas añaden que la clave es que no queden restos de producto sin absorber en el rostro, masajear suavemente y dar toquecitos en aquellas zonas con más necesidad para estimular, por ejemplo donde notamos más arruguitas.

• Contorno de ojos. Al ser más fina y sensible que la del resto de la cara, el producto debería ser específico, coger la cantidad justa y extenderla con suaves toquecitos hacia afuera y de manera ascendente, como cuentan desde Castilla Termal. Lo ideal es usar las yemas de los dedos, y si queremos hacerlo de diez, realizar ligeras presiones sobre la zona del hueso.
• Crema o tratamiento facial. Es fundamental esperar a que el sérum se haya absorbido antes de aplicar la crema, fluido o gel que utilicemos como tratamiento de base. “Lo recomendable es aplicarlo siguiendo las líneas naturales de la piel; es decir, en la frente de dentro hacia afuera, y lo mismo para los pómulos, sienes, barbilla y cuello y escote. Cuanto más masajeemos la piel, mejor penetrará el producto”, aconseja Reme Navarro. ¿Y cómo llega el producto a la piel cuando viene en tarro? Una pista: muchas veces lleva incorporada una espátula, y hay un motivo: “Al meter esta en lugar de los dedos se evita que se contamine el contenido con bacterias que lo estropeen y hagan que dure menos. Eso sí, al acabar es necesario lavar la espátula y guardarla en un lugar limpio y seco. En cualquier caso, sea cual sea el cosmético que vayas a llevarte a la cara, lávate bien las manos antes”, advierte. O quizá te preguntes qué hay de la tendencia que invita a conservar los cosméticos en la nevera de la cocina o minineveritas ad hoc. Pues bien, desde Atida Mifarma sugieren conservar en frío las mascarillas calmantes o descongestionantes únicamente, porque “si el producto no tiene esa necesidad, no hay porqué meterlo en el frigorífico”. Las expertas de Massada puntualizan que si el producto no lo indica expresamente, no es necesario ni mejor, “otra cosa es que pongamos allí el contorno de ojos para que su aplicación sea más agradable, pero en cualquier caso es importante que el producto no sufra cambios de temperatura bruscos”.

• Protector solar. Andamos a vueltas con aquello de si es necesario aplicarlo media hora antes de la exposición solar (o de salir a la calle) para que el FPS sea efectivo. Aunque hay laboratorios que aseguran que no es imprescindible, lo cierto es que es fundamental que el producto se haya absorbido antes de que nos dé algún rayo de sol, y esto tiene aún más sentido si vamos a la playa o la piscina. Sirva como pista una investigación de la Universidad de Málaga (UMA) que ha demostrado que los protectores solares son eficaces desde los cinco minutos después de su aplicación, así que nada de ponerlo justo antes del momento tumbona o terraza. Y, claro está, tiene que ser el último paso de la rutina cosmética.

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• Exfoliación. Una o dos veces por semana, según nuestro tipo de piel, es bueno renovarla y regenerarla mediante una exfoliación o peeling suave. Por ejemplo, podemos incorporar este gesto antes de la mascarilla, así lograremos que la tez esté más receptiva y aproveche al máximo los beneficios, sugieren desde Massada. Contamos con productos con micropartículas físicas, que se extienden sin presionar, en movimientos circulares y evitando el contorno de los ojos, y también peelings con alfahidroxiácidos (como el ácido glicólico o el salicílico) que actuán de forma química en lugar de utilizar el arrastre de los granulitos. También deben evitar llegar al contorno de ojos y labios.

• Mascarilla. Estos mimos extra que le damos al rostro (y al cuello y al escote, que a menudo se nos olvida) nos tienen despistados, porque en cabina a menudo la aplican en capa muy gruesa y dejan que actúe por tiempo interminable. ¿Tenemos que hacer lo mismo en casa? Por suerte, no. Según Massada, “la capa no tiene que ser ni muy fina ni muy gruesa, lo suficiente como para que se aprecie la sensación de confort y el cutis pueda ir absorbiendo poco a poco los activos; habrá que dejarla actuar el tiempo que se recomiende en cada caso, y no hace falta masajear, porque el momento mascarilla es tiempo de reposo y calma”.