Iluminadores que de verdad se pueden aplicar en pieles morenas y quedan naturales

Constantemente escuchamos hablar del superpoder de los polvos de sol para sublimar la piel, cincelar el rostro y conseguir una sensación de piel bronceada en poco tiempo, pero ¿qué ocurre cuando tu piel ya tiene de base un tono moreno? Lo que podría ser una ventaja, al simplificar cualquier maquillaje por no necesitar lograr un tono de piel más moreno, es a veces casi un inconveniente. Dar con un rubor que no deje las mejillas con palidez, encontrar un corrector que cubra y no deje blancas las ojeras o, por supuesto, elegir un iluminador que llene de luz cálida la tez en vez de convertirse en un rastro frío y metalizado son algunas de esas situaciones en las que nos encontramos las personas morenas cuando nos colocamos frente a un expositor de cosméticos.

Tras probar texturas, acabados más o menos brillantes y un sinfín de tonalidades distintas, la lección aprendida por esta periodista es que, para iluminar una piel eternamente bronceada, mantener la calidez es vital y los mejores aliados suelen ser los tonos cobrizos y dorados, sin olvidar que el oro rosa es el metal perfecto para hacer las veces de iluminador y rubor.

Aunque cuestión de gusto, las texturas también influyen en el resultado más o menos natural del iluminador. Los iluminadores fluidos, tanto los cremosos como los líquidos, ayudan a graduar la cantidad de brillo y difuminar hasta que sea inidentificable dónde comienza el highlighter. Las yemas de los dedos se convierten en la herramienta perfecta para lograr una piel húmeda y natural.

Los iluminadores en polvo, aunque hasta hace unos años eran los más fáciles de encontrar, deben utilizarse con cantidades muy pequeñas y para evitar un brillo artificial. El exceso de brillo en polvo se aprecia especialmente sobre las pieles más oscuras, ya que el tono más claro del highlighter contrasta con la base.

Traducir estas vivencias al mundo de la cosmética reduce el neceser de iluminadores para pieles morenas a unos pocos pero efectivos y -nota muy importante- todos cunden más gracias a su textura cremosa con la que un poco de producto logra un efecto guau y glow.

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Glow shopping

De los últimos en llegar pero altamente pigmentado, el Positive Light de Rare Beauty, 26,99€ en Sephora, tanto en el tono Captivate (en la foto) como en Reflect, logra una iluminación tostada en la que la piel no quede repleta de partículas doradas. Su brillo es prácticamente metálico y con una tonalidad cálida que permite que se pueda extender más allá del pómulo para jugar a ser también rubor. Con un pequeño toque del tampón sobre la piel, la cantidad de producto es perfecta para crear una iluminación jugosa. Capa sobre capa, la intensidad se modula.

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Para una iluminación supersutil y muy fácil de aplicar, el Magic Luminizer en color Peach de RMS Beauty, 41,99€ en Sephora, es uno de esos productos que se convierte en un básico en el neceser. Entra también en la clasificación de cosméticos multiusos, ya que se puede aplicar también sobre los párpados para la sensación de sombra líquida. Como si se tratara de un bálsamo, es sólido al tacto, pero al contacto con la piel se convierte en cremoso y muy ligero. Su brillo es más bien nacarado, pero mantiene esa tonalidad cobriza muy sutil y nada recargada.

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Sus creadores lo llaman 'concentrado de brillo iluminador' porque funciona como si se hubiera encerrado a Campanilla en su interior. The Impossible Glow de Pai, 28,99€ en Sephora, no responde solo a un tono de piel, ya que se adapta a todos. Que su intenso tono cobrizo no te dé miedo porque en realidad se trata de una forma ultrafluida que queda ligerísima sobre la piel. Se puede aplicar poco a poco hasta lograr la intensidad deseada, pero también se puede mezclar con la crema o el sérum para llenarlos de brillo y matices. Juega también a ser un pequeño bronceador, capaz de poner buena cara al instante como si la brisa del mar acabara de rozar las mejillas. Y lo mejor de todo es que en su fórmula encontramos ácido hialurónico para dejar la piel hidratada y no resecarla ni que la iluminación se cuartee.

Si lo que buscas es emular el glow de la pasarela o la alfombra roja, el Beauty Light Wand de Charlotte Tilbury en el color Goldgasm, 35€ en su web, puede ser la opción ganadora. Facilísimo de utilizar gracias a su textura cremosa y su aplicador en esponja, permite depositar la cantidad exacta de producto para que no haya excesos. Puede que la popularidad se la llevaran otros tonos de este iluminador como Spotligh -el original- o Pechgasm, sin embargo, el tono idóneo para pieles más oscuras, morenas o bronceadas es el Goldgasm, algo así como el champán tostado. Su brillo refleja la luz dorada como un auténtico filtro de Instagram y se puede ajustar su intensidad con capas.