Micrograyling, el nuevo tratamiento para cejas despobladas que logra resultados naturales

El exceso de depilación siguiendo modas insostenibles, el paso de los años o los tratamientos como la quimioterapia son algunos de los desencadenantes de las cejas poco pobladas.

Pero, mientras durante años las tendencias premiaban precisamente las cejas finas, en las últimas décadas la defensa de la naturalidad ha luchado por normalizar los diseños más poblados.

Dejarlas crecer hasta recuperar su forma natural sería lo más sencillo, sin embargo, no en todos los casos basta con esperar que el vello resurja. Aquellas cejas más despobladas o con calvas se ven entonces excluidas de las tendencias.

El maquillaje puede ser una herramienta para modificar su forma y rellenarlas; sin embargo, aunque efectivo, su resultado no es duradero. El plan B son los tratamientos de micropigmentación, tatuajes en capas más superficiales de la piel que cubren las zonas despobladas. Tras el microblading, el microfeathering o el microshading, llega el micrograyling, especialmente desarrollado para las cejas más pobres.

El tratamiento, que tendría una traducción cercana a ‘sombreado gris’ o cano, aúna las distintas técnicas de micropigmentación para diseñar la ceja con varios tonos, hasta lograr un acabado más difuminado y tridimensional.

“Juega con sombras, gradaciones, polvos, 3D y colores para crear una ilusión de cabello real donde ya no lo hay y, además, ayuda a estructurar la mirada”, explican en la web francesa de Atelier du Sourcil, el único centro en el que de momento se realiza el micrograyling.

El microblading tatúa pelo a pelo, lo que lo convierte en un tratamiento especialmente recomendado para cejas con algunas calvitas. La zona en la que no hay pelo se cubre y así se rediseña, puliendo una ceja más tupida.

Se suele recurrir a esta técnica para rellenar el nacimiento de la ceja o la cola -el final-. Sin embargo, cuando más que calvas lo que tenemos es una ceja despoblada, es preferible recurrir a un tratamiento que actúe sobre toda la ceja, sin tener que reconstruirla pelo a pelo, lo que dejaría un resultado bastante artificial.

Hasta la fecha, en busca de esa naturalidad conocíamos el microshading -dibujar un sombreado empolvado en la piel que se encuentra bajo la ceja- y el microfeathering. Este último es uno de los más exitosos en Hollywood.

Tras un detallado estudio de cada ceja, se micropigmenta pelo a pelo, siguiendo la dirección de este en cada área y clonando el color de la ceja natural. El resultado, por supuesto, es muy natural y prueba de ello es, por ejemplo, Mila Kunis, clienta habitual de Kristie Streicher, la experta en microfeathering.

El micrograyling bebe de todas estas técnicas y parte de un inicial estudio de cada ceja. Para crear un sombreado como el del microshading, se aplica coloración sobre la base de la ceja. Tras haber oscurecido con un tono muy natural la base, se realiza un microblading en las zonas donde haya menos vello. La diferencia con esta técnica es que el micrograyling combina varias tonalidades de pigmento para lograr un resultado más natural.

El efecto final es el de un degradado que genera volúmenes y en el que no se aprecia tanto el trazo del microblading, sino de un sombreado. Es como si en vez de decolorar el cabello con tinte o mechas, se utilizaran ambas técnicas, logrando así una coloración con acentos, zonas más intensas, otras en las que se respetara la raíz, etc. El balayage de las cejas.

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Margarita Velasco

Además de crear la sensación de una ceja más compacta, el micrograyling aumentan el grosor de esta, acercándola el estilo lion mane, que la peina de forma ascendente para ganar anchura sin recurrir a maquillaje.

Otras diferencias notables

Aunque este tipo de tratamientos aún no han aterrizado en nuestro país, la naturalidad de los resultados se traduce en un incremento de su elaboración y como consecuencia del precio. Cada sesión de micrograyling dura 45 minutos y su precio puede variar de los 65€ del tratamiento inicial, que incluye el rediseño y depilación, a los 55€ por cada sesión de retoque.