Meghan Markle recupera su pelazo con nuevo repertorio de peinados (o no)

Para su acceso a la familia real británica, Meghan Markle tuvo que dejar a un lado sus estilismos hollywoodienses de peinados 'casual' en los que las horas y horas de producción para conseguir unas estudiadísimas ondas deshechas dejaron paso a una limitada oferta capilar. Cuando Meghan se paseaba como duquesa de Sussex en Inglaterra solo podíamos ver su cabello con unas definidas ondas en zigzag -dos por mechón, para ser exactos- o con el bautizado moño Meghan, creado por su estilista de confianza, George Northwood, precisamente para estos protocolarios paseos.

Una mezcla de condicionantes llevó a que el cabello de Meghan Markle cambiara poco a poco y fuera perdiendo su brillo (puede que el agua de Londres, dura, muy tratada y con altos niveles de calcio contribuyera), el encrespamiento hiciera acto de presencia -en parte por la humedad y en parte por su primer embarazo- y hasta los matices de su coloración desaparecieran. Este último condicionante puede estar directamente relacionado con que la estadounidense cambiara su balayage cobrizo por un negro cada vez más oscuro.

Así fue como se fue perdiendo el efecto Hollywood de su melena y el pelazo de Meghan dejaba de ser protagonista. Su salida de Inglaterra y su regreso a los cuidados beauty a los que se sometiera en su etapa como actriz ayudaron a que, en las siguientes apariciones de la duquesa de Sussex, su pelo pareciera recuperarse… Sin embargo, no ha sido hasta los Juegos Invictus de este año cuando hemos podido observar al detalle que el pelazo de Meghan Markle ha vuelto a ser el que era: brillante, con matices cromáticos y sin rastro de encrespamiento.

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La exactriz no abandonaba, sin embargo, los que fueran sus peinados comodín en Inglaterra, aunque ahora sometiéndolos a efectivas modificaciones con las que despojarlos de la sobriedad.

Aquel moño Meghan que fue pensado para impregnar de su característica esencia ‘effortless chic’ a un peinado aceptado por el protocolo real recogía el cabello en la nuca, eliminando la tensión y aportando volumen en la raíz, sin olvidar los dos mechones que se liberaban a ambos lados del rostro. Aquellos tirabuzones fueron incluso su peinado de boda.

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En 2022 y con un pelo mucho más glossy que el de 2018, Meghan ya no suelta dos mechones como en el face framing, sino que solo libera uno. Durante la ceremonia de inauguración de los Juegos Invictus y micrófono en mano, Meghan se encargó de que ese mechón suelto se moviera y mantuviera fuera del recogido, casi del mismo modo que Angelina Jolie asomaba por la apertura de su mítico vestido de los Oscar 2012 su pierna.

La coleta a media altura y con todo el cabello recogido hacia atrás fue el peinado con el que la duquesa de Sussex sobrellevó el nacimiento de su nuevo cabello descontrolado durante el embarazo de Archie. La versión del peinado de 2022 incorpora hoy un acabado mucho más pulido en el que es vital el uso de un texturizador del cabello y el truco de las coletas de la reina Letizia. La misma altura de la coleta de la española y cubrir la goma de pelo con un fino mechón de cabello logran que el peinado parezca mucho más elaborado.

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Gracias a este terso peinado, también podíamos apreciar el cambio en la coloración de Meghan. La exactriz siempre ha matizado su cabello incorporando sutiles reflejos con los que arrojar luz pero, durante su etapa en palacio, aquellos reflejos bien desaparecían, bien eran cada vez más cercanos al castaño claro. Ahora, Meghan recupera su balayage cobrizo, aquel con el que apareció en la prensa británica en 2017 y con el que logra iluminar su pelazo sin tener que aclararlo.

Pero ni en la coleta cómoda ni en la reinterpretación del moño Meghan ha quedado tan evidenciado el renovado pelazo de la estadounidense como en su clásica melena suelta. Con la raya en medio y ondas creadas primero con tenacilla y luego deshechas con los dedos, la melena de Meghan Markle triplicaba su brillo, demostrando que ya no había encrespamiento y que sus puntas estaban saneadas para lograr una melena compacta.

También había tiempo para las capas largas, una de las tendencias capilares del año, que Meghan incorporaba a la altura de su barbilla y de ahí en adelante para sumar movimiento, volumen y textura a su pelazo. Para rizar el rizo (y nunca mejor dicho), la forma en la que se ondulaba su cabello también era diferente. Si en Inglaterra solo veíamos dos volutas por mechón, ahora hay muchas más, partiendo tan solo a unos centímetros de la raíz y siguiendo diferentes direcciones para alejarse del acabado formal de antaño.

Tres peinados que confirman un pelazo cuidado, que no puede dejar de recordarnos al de la reina Letizia y que parece ser la nueva tendencia entre la realeza: por fin el cabello sano está de moda. La otra teoría podría ser que el agua de California, donde actualmente reside el matrimonio, le sienta mejor al pelo de Meghan.

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