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Ceramidas, hialurónico o arcilla: ¿funcionan igual de bien en tu cara que en tu pelo?
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PIEL Y CABELLO

Ceramidas, hialurónico o arcilla: ¿funcionan igual de bien en tu cara que en tu pelo?

El concepto 'skinification' lleva al cabello ingredientes reconocidos en el rejuvenecimiento cutáneo. Falta saber si es buena idea en todos los casos y cómo utilizarlos

Foto: Mima tu piel y tu pelo. (Imaxtree)
Mima tu piel y tu pelo. (Imaxtree)

Vivimos en la era de la especialidad. Y en materia estética, se cumple a rajatabla. Si antes había una crema de día, otra de noche y partían de dos o tres activos cosméticos, ahora hay un producto (y multitud de ingredientes) para cada momento, piel, necesidad y gustos sensoriales. En materia capilar, el ritmo ha ido más lento, pero últimamente ha dado un buen sprint. Así, tenemos champús, mascarillas y toda suerte de sérums con ácido hialurónico, vitaminas, ceramidas, arcillas, etc. Un momento. ¿Pero todo esto no se formulaba para la piel? Desde luego.

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Sin embargo, hoy en día muchos de los componentes usados en tratamientos cutáneos se han subido a la cabeza. Es lo que se llama skinification, que aunque el término en sí es algo farragoso, viene a referirse a aquellas fórmulas cada vez más sofisticadas que se utilizan en el cuidado del cabello y que tradicionalmente se han empleado en la piel. Laura Bey es química orgánica y experta en investigación cosmética. “Hoy en día invertimos una gran cantidad de tiempo en cuidar nuestro cutis, y vemos por ejemplo en Instagram o TikTok pieles sin imperfecciones, luminosas y jóvenes como sinónimo de salud, éxito y belleza. Como consecuencia, la industria cosmética ha logrado innovar hasta ofrecer fórmulas altamente elaboradas con sistemas optimizados capaces de aportar múltiples beneficios. Sin embargo, existen otras áreas del cuerpo cuyo cuidado ha perdido cierta relevancia, como el pelo y el cuero cabelludo”, explica la científica, que aclara que esto lleva a que se trabajen conceptos erróneos, malinterpretados y, por tanto, mal empleados.

Y añade: “Vemos a profesionales de la peluquería, marcas cosméticas y consumidores hablar del pelo en los mismos términos que la piel, sin tener en cuenta que el pelo debe ser estudiado desde la ciencia de los materiales, mientras que la piel debe contar con un enfoque dermatológico”.

placeholder Aprende a optimizar tus cutículas en esta estación. (Imaxtree)
Aprende a optimizar tus cutículas en esta estación. (Imaxtree)

Piel y pelo, poco que ver

“La piel y la fibra capilar son totalmente distintas. La principal diferencia es que la piel es un órgano, mientras que el pelo es un anexo cutáneo. Cada uno posee sus propias estructuras, funciones, características y propiedades, por lo que su estudio tiene que estar orientado desde un prisma diferente”, detalla. Además, aunque ambos poseen características y funciones semejantes, la piel del cuero cabelludo tiene peculiaridades básicas: es muy rica en vasos sanguíneos y en glándulas sebáceas, que realizan una mayor actividad; también cuenta con una mayor cantidad de glándulas sudoríparas y de folículos pilosos, y ofrece una función barrera inferior en comparación con la piel del resto del cuerpo. “Todo esto conlleva que el cuero cabelludo sea mucho más graso, se ensucie antes y se cree un ambiente cálido, oscuro y húmedo, donde prosperan los microorganismos; por tanto, es particularmente susceptible a ciertos trastornos de la piel”, asegura la especialista.

Foto: Foto: Pexels/Elina Fairytale.

Ácido hialurónico: no confundir humedad con hidratación

Lo conocemos como el activo hidratante por definición. Si nos deja la cara jugosa y suave, ¿no debería hacer lo mismo con el pelo? “El objetivo principal de integrar el ácido hialurónico en fórmulas capilares es aportar hidratación, elasticidad, reparación y volumen”, recuerda Teresa Climent, farmacéutica y technical manager de Nuggela & Sulé. Laura Bey especifica: Es probable que en productos de acabado o styling (geles, lacas, espumas, etc) se quede retenido en la fibra, pero en champús y acondicionadores con aclarado, la fórmula termina en el desagüe: “El hialurónico es un biopolímero que atrae agua y se utiliza principalmente en cosmética facial y corporal; sin embargo, sus propiedades aún están por determinar cuando se aplica a la fibra capilar”.

placeholder Multiplica los beneficios de tus productos capilares. (Imaxtree)
Multiplica los beneficios de tus productos capilares. (Imaxtree)

Lo explica de la siguiente manera: "Cuando notamos el pelo áspero pensamos que está deshidratado, pero una mayor absorción de agua provoca mayor daño y hace que este tenga peor aspecto, ya que el contenido de agua depende de la humedad relativa del ambiente, y la alta humedad se traduce en encrespamiento. Por otro lado, a medida que la melena se daña más, tiene mayor afinidad por el agua, y por eso un cabello muy hidratado es sinónimo de dañado; es porque usamos mal la palabra hidratación, por lo que buscamos ingredientes que aporten agua en lugar de acondicionar la fibra, tal y como harían las siliconas". Un razonamiento que termina así Laura Bey: “En el caso del ácido hialurónico, debido a su naturaleza hidrofílica (de afinidad por el agua), podemos enjuagarlo y que lo arrastre, excepto quizá en productos de styling, pero hay que preguntarse hasta dónde es recomendable añadir humedad a la fibra sin propiciar daño”.

Ceramidas, ideal para melenas dañadas

Este componente, tan de moda en cosmética, se compone de ácidos grasos y es muy abundante en la membrana celular. En la piel funciona, y en el pelo también. “Al igual que en la piel, el envejecimiento fisiológico, la luz solar y las variaciones climáticas provocan una disminución en su producción, dando lugar a una melena sin brillo, encrespada y con una posible aparición de descamación”, opina Teresa Climent. Según Laura Bey, “las ceramidas actúan como agente acondicionador, ayudando a restaurar la apariencia de los cabellos dañados y proporcionando elasticidad, resistencia y suavidad. También evitan la pérdida de lípidos normal durante el lavado o la fricción y disminuye la rotura al peinar, por lo que son ideales para melenas muy dañadas y decoloradas”.

Foto: Gigi y Bella Hadid, en la Milan Fashion Week en febrero de 2020. (Reuters)

Arcillas, prohibidos los productos DIY

Si en mascarillas faciales purificantes y astringentes son el ingrediente de cabecera, en el universo capilar también tenían que tener su función, dice Climent. “La arcilla de caolín o blanca es rica en silicio y aluminio, ayuda a la regeneración de la fibra al aportar múltiples vitaminas y minerales y también destaca por su capacidad purificadora, perfecta para pelo graso, con caspa o dermatitis seborreica”. Pero según la experta en química y formulación, hay que escoger productos específicos y no hechos en casa: “La arcilla puede ser un gran producto calmante para el cuero cabelludo; sin embargo, lo ideal es utilizar un producto ideado para el cuero cabelludo que contenga arcilla en lugar de comprarla por tu cuenta para preparar una mezcla en casa, ya que la purificación de la arcilla es fundamental para el correcto funcionamiento del producto; las arcillas pueden contener impurezas como hierro, potasio, aluminio y otros metales, y la acumulación de estos minerales es un problema, pues si se combinan con el jabón forman un complejo insoluble en el agua muy difícil de eliminar; además, su acumulación puede provocar picor e irritación. Las arcillas empleadas para la elaboración de productos capilares tienen estos iones metálicos ligados al complejo molecular, por lo que se reduce la probabilidad de que estos se depositen en el cabello”, señala Bey.

Ácido salicílico, un buen exfoliante

Este activo es a la piel lo que al cuero cabelludo: un querotolítico (es decir, elimina las células muertas) que en la cabeza ayuda al tratamiento de la caspa, de la descamación y del picor al disminuir la adhesión de las células entre los corneocitos. También evita que se acumule grasa aportando sensación de limpieza, y actúa como regulador del pH creando un medio más ácido, ya que el pH alcalino puede aumentar la fricción entre las fibras y, a su vez, daños en la cutícula, a juicio de Laura Bey.

Aceites, proteínas a salvo

Aquí el consenso es unánime: los aceites son buenos también para el pelo y ocupan un puesto de honor en la cosmética capilar desde hace décadas. “Los más interesantes son el de coco, el de palma, el de oliva, de girasol y la manteca de ucuuba. Penetran en la fibra y así protegen el cabello de la pérdida proteica, lo cual le otorga mayor resistencia a la fibra”, opina la química.

Hacemos para ti una selección de los productos capilares que sí utilizan ingredientes habituales en la piel y son beneficiosos en el pelo:

Sérum rellenador con ácido hialurónico Elvive de L'Oréal Paris (6,49 euros). Un sérum líquido sin aclarado con un 2% del activo que rellena la fibra.

placeholder Elvive.
Elvive.

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Champú Epigenético Pieles Sensibles de Nuggela y Sulé (16,95 euros). Con ceramidas necesarias para nutrir el cabello y fortalecer la barrera cutánea. También ayuda a la protección contra agentes externos.

placeholder Nuggela y Sulé.
Nuggela y Sulé.

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Champú suave ecológico Bio de BeauTerra (11,78 euros). Está enriquecido con manteca de karité, aceite de ricino rico en omegas y vitamina E, que nutren, fortalecen y favorecen el crecimiento capilar.

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Beau Terra.
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Champú Color Complete de Moroccanoil (24,99 euros). Además de ceramidas, tiene aceite de argán, y todo ello repara y sella el cabello. Tiene un pH bajo y está libre de sulfitos, para mantener la integridad del cabello.

placeholder Moroccanoil.
Moroccanoil.
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Champú Kertyol PSO, de Ducray (11,76 euros). Con ácido salicílico, ideal para cueros cabelludos con picores o placas asociados a la sequedad cutánea y para piel con tendencia a la psoriasis.

placeholder Ducray.
Ducray.
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Vivimos en la era de la especialidad. Y en materia estética, se cumple a rajatabla. Si antes había una crema de día, otra de noche y partían de dos o tres activos cosméticos, ahora hay un producto (y multitud de ingredientes) para cada momento, piel, necesidad y gustos sensoriales. En materia capilar, el ritmo ha ido más lento, pero últimamente ha dado un buen sprint. Así, tenemos champús, mascarillas y toda suerte de sérums con ácido hialurónico, vitaminas, ceramidas, arcillas, etc. Un momento. ¿Pero todo esto no se formulaba para la piel? Desde luego.

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